Embarazada de una noche con el Alfa -
Capítulo 223
Capítulo 223:
Sentía la llama de la esperanza cobrar fuerza en mi interior.
Nos alejamos a toda prisa.
Un poco más tarde, Dylan se reunió con nosotros en la biblioteca local. Pasamos toda la noche inmersos en la búsqueda frenética de aquel texto; cada uno de nosotros exploró un rincón diferente del edificio para conseguir hallarlo lo antes posible.
Sin embargo, al rayar el alba, nuestros grandes esfuerzos aún no habían fructificado, por lo que comenzamos a pensar que, por desgracia, aquel libro no estaba en la biblioteca.
Entonces, exhausta, choqué contra una pila de libros, haciendo caer al suelo uno de ellos. Me volví y vi cómo Dylan lo recogía con parsimonia y se disponía a devolverlo.
De repente advertí que tenía un nombre escrito en la cubierta: Margaret.
«¡Espera un momento! ¡Ese nombre me parece familiar!», exclamé.
A continuación, me entregó el libro. Lo tomé con gran entusiasmo y pronto Marco y Caspian se reunieron con nosotros.
Recordé que se trataba de una de los ascendientes de Lily; tenía grabadas en mi memoria muchas de las fragancias de la exhibición que ella había creado.
Abrí entonces el libro y lo hojeé sin poder dar crédito a mis ojos: contenía numerosas notas manuscritas que explicaban minuciosamente cómo debían prepararse determinados perfumes que tenían la virtud de revertir los efectos de la magia negra.
Punto de vista de Tanya
Estaba supremamente feliz por haber encontrado aquel libro, pero a medida que lo leía, la sonrisa se borraba de mi rostro.
Marco se percató de ello.
«¿Qué sucede?», me preguntó.
Suspiré y respondí: «Cada uno de los perfumes a los que el libro hace referencia cura un tipo diferente de magia negra».
Confundido, Caspian frunció el ceño.
«¿Acaso no es eso algo positivo?», me preguntó, perplejo.
Se me fue el alma a los pies.
«No sabemos a ciencia cierta qué clase de magia negra se usó para contaminar el agua y no tendré el tiempo suficiente para elaborar y probar cada uno de estos perfumes», expliqué.
Mis acompañantes estaban tan desanimados como yo.
No teníamos forma de saber qué perfume era el indicado; tomaría mucho tiempo lograr que los perfumes ejercieran los efectos deseados, así que era ingenuo pensar que podríamos conseguirlo al primer intento.
Nos enfrentábamos a un desafío formidable, puesto que solo poseíamos un conocimiento rudimentario de la magia negra.
«Estoy perplejo; me pregunto quién querría envenenar a mi manada.
No sentimos animadversión hacia las brujas y llevamos una vida simple, así que no tenemos enemigos», señaló Caspian, presa de la incertidumbre.
Mientras estábamos reunidos allí, noté que los rayos del sol comenzaban a filtrarse en aquella fría y oscura biblioteca, lo cual indicaba que disponíamos de muy poco tiempo para lograr nuestro cometido.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar