Capítulo 98:

“¿Qué?”, dijo ella todavía riendo.

“El satánico es Leonardo”, dije apretando mis labios.

“¿A qué te refieres?”, dijo todavía riendo.

“Leonardo era ese jefe del que te hablé”, dije haciendo que mi papá casi escupiera su bebida.

“Lo siento tanto”, dijo mi mamá avergonzada.

“No se preocupe, me pareció tan divertida la historia que no quise interrumpirla”, dijo Leonardo divertido por la situación.

“Entonces usted es el CEO de Spinter Enterprises”, dijo mi papá, Leonardo asintió.

Otro gran detalle que no había mencionado: Leonardo es un multimillonario de Nueva York CEO de una empresa.

“Vaya que casualidad, entonces ahora están trabajando de nuevo en la empresa”, dijo mi mamá tratando de que este momento incomodo desapareciera.

“Si, Leonardo se encargara de transportar nuestros autos hasta Europa”, dije.

“Vaya que bien, podrán trabajar de nuevo juntos”, dijo mi mamá emocionada.

Después de haber comido, fuimos a la sala y seguimos hablando, Leonardo realmente les había agradado mucho a mis papás porque todos se reían y hablaban con tanta confianza como si lo conocieran desde hace muchos años.

“Leonardo quiero mostrarte algo”, dijo mi mamá caminando apresurada a la segunda planta, después bajo con un álbum de fotos.

Abrí los ojos como platos.

“Creo que Leonardo se aburrirá de ver tantas fotos…”, dije, pero él me interrumpió.

“¿Bromeas? Quiero verlas”, dijo sonriéndome.

Mi mamá lo llamo para que se sentara a su lado, él le hizo caso y después empezaron a ver mis fotos de pequeña.

“Papá dile algo a mamá”, dije haciendo un puchero.

“Yo también quiero ver”, dijo mi papá levantándose y poniéndose a la par de mi mamá.

“Traidor”, dije fulminándolo con la mirada,

“¿Sabes por qué esta tan feliz Olivia en esta foto?”, dijo mi mamá

“Ese día me llamaron de su escuela porque le había cortado el cabello a uno de sus compañeros y con el poco cabello que le quedo al pobre niño lo lleno de chicle”, dijo y todos empezaron a estallar a carcajadas.

La situación es la siguiente, tres personas contra mí, todos riendo de las anécdotas que contaba mi mamá sobre mí.

Después de unas horas hablando con mis padres, Leonardo y yo salimos de casa porque él quería conocer un poco Nashville.

“Me agradaron mucho tus padres”, dijo Leonardo cuando nos estábamos subiendo a la camioneta

“¿Crees que les haya agradado?”

“Por un momento pensé que te querían más a ti que a mí”, dije riendo.

“¿Enserio?”, dijo riendo.

“Si, hasta mi hermano se hubiera sentido muy celoso de que le pudieras quitar su puesto como el consentido de la casa”, dije haciendo una mueca.

Empecé a conducir hasta el bar en donde Leonardo me había visto por primera vez, cuando llegamos me estacioné frente al bar y nos bajamos, Leonardo me tomó de la mano.

“Así que aquí fue donde todo inició”, dijo Leonardo mientras ambos mirábamos el local desde fuera.

“Si”, dije haciéndole un puchero.

Ambos entramos y Leonardo me guio a la mesa en donde él estaba sentado cuando me conoció.

Era una mesa con butaca que estaba cerca de la esquina, justamente a unos metros estaba el pequeño escenario en donde yo tocaba antes, sentí un poco de nostalgia al ver la vieja guitarra junto al asiento que estaba en el escenario.

“No puedo creerlo, es la misma guitarra”, dije sorprendida.

“¿Enserio?”, preguntó Leonardo

“¿La compramos?”, dijo riendo.

“La quiero”, dije segura.

Nos sentamos en la mesa y esperamos que un mesero se acercara a nosotros.

“Bienvenidos a Bobby ‘s Bar ¿Qué desean ordenar?”, dijo un chico de unos 17 años sacando una libreta de su delantal para escribir nuestra orden.

“Quiero una malteada de fresa”, dije.

“Yo también, oye ¿Cuánto por la guitarra?”, dijo Leonardo y él chico lo miró sorprendido a Leonardo.

“¿La guitarra?”, dijo confundido.

“Si”, respondimos ambos al unísono.

“No lo sé, tendría que preguntarle a mi jefe”, dijo el chico,

“Pregúntale y nos dices”, dijo Leonardo, el chico asintió y se alejó de nosotros.

El chico entro a la cocina y escuchamos como lo empezaban a regañar, Leonardo y yo nos miramos preocupados a los pocos minutos salió el chico.

“Lo siento, no está a la venta la guitarra”, dijo el chico.

“Lo sentimos si te regañaron por nuestra culpa”, dije preocupada, el chico nos sonrió.

“No se preocupen, estoy acostumbrado, mi jefe es un amargado, solo tengo que ahorrar $150 dólares más y me iré de este lugar, en un momento les traigo sus malteadas”, dijo el chico antes de irse.

Unos minutos después regreso el chico con nuestras malteadas y nosotros empezamos a disfrutar de ellas.

“Conseguiremos esa guitarra”, dijo

“Déjalo, regañaran al pobre chico”, dije triste.

“Tengo una idea”, dijo guiñándome un ojo.

Después de que nos termináramos nuestra malteada Leonardo volvió a llamar al chico para que nos diera la cuenta.

“Son ocho dólares”, dijo el chico mirando su libreta.

“¿Te iras de este lugar después de ganar $150 dólares?”, preguntó Leonardo y él chico asintió confundido.

Leonardo sacó su billetera y le pago las malteadas y después le dio 200 dólares a cambio de que se fuera en ese momento y nos diera la guitarra, él chico acepto muy emocionado, fue al escenario y saco la guitarra de allí y nos la entrego.

“¡Muchas gracias!”, dijo el chico muy emocionado antes de irse del local corriendo.

“Vámonos”, dijo Leonardo levantándose rápidamente.

Ambos salimos corriendo del local y nos fuimos lo más rápido posible de allí con la guitarra.

Leonardo y yo llevábamos una semana en Nashville, y no por mi propia decisión. Cuando pensaba que Leonardo no podía sorprenderme más, lo hacía de nuevo, él mismo había insistido en quedarnos más tiempo aquí.

En estos días hasta habíamos salido a diferente lugares de Nashville y con mis padres, literalmente en una semana había logrado ganarse el cariño de mis padres como si él hubiera vivido unos 20 años con ellos.

Por otro lado, al fin pude contactarme con Jared, me dijo que él solo había dicho que nosotros habíamos tenido una relación y que ambos decidimos terminarla porque no nos estaba llevando a ninguna parte.

Me sentía decepcionada de Jared cuando me dijo eso, el director de relaciones públicas de Leonardo había conseguido los audios de la entrevista en donde claramente Jared dice que yo empecé a salir con Leonardo cuando todavía estábamos en una relación, obviamente después los medios agregaron más cosas para pintarnos a Leonardo y a mí como los amantes de la historia.

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