El innombrable vive en New York -
Capítulo 86
Capítulo 86:
Prácticamente ya no me dolía el tobillo, pero todavía debía caminar con cuidado y todavía utilizaba la tobillera, gracias al cielo mi vestido largo la cubre para que no se me vea.
Para llegar hasta el teatro debíamos de subir bastantes gradas, Jared me tomó de la mano para ayudarme, él todavía tenía miedo de que algo me sucediera por mi tobillo,
“Tranquila, no tan rápido”, dijo Jared riendo.
“Jared, creo que jamás había estado tan emocionada en toda mi vida”
“Ni siquiera hemos entrado al teatro y ya estas emocionada, no me imagino como estarás cuando entremos”, dijo Jared.
Después de subir el primer tramo de gradas debíamos de caminar un poco más para llegar a las últimas gradas en donde ya estaba la entrada del teatro, cada grada parecía eterna.
En este momento quisiera volar para evitar cada una de estas gradas y llegar hasta el escenario en donde quería estar en este momento.
Cuando estábamos a unos pocos pasos de entrar nos pidieron nuestras entradas, Jared entregó unas especiales que solo les habían dado a los músicos de esta noche, el hombre las tomó y las examino por unos segundos y nos dejó entrar.
“Aquí vamos”, dije apretando más la mano de Jared antes de entrar.
Por un momento sentí como que si todos hubieran desaparecido y empezara a ver todo en cámara lenta, empecé a caminar y adentrarme en el teatro.
Era muy diferente a los otros teatros en los que había estado antes, el escenario estaba en el centro y allí estaban algunos instrumentos de la primera orquesta que tocaría.
Lo que más hacia especial este teatro es que los asiento tenían un diseño diferente, normalmente la audiencia siempre estaba delante de la orquesta, pero en este teatro estaba en un radio de 360” y la orquesta quedaba en el centro.
Tal vez el diseño de este teatro se puede comparar con una iglesia, las paredes y el suelo eran de color beige y café, por el momento la intensidad de las luces era alta, pero en cuanto comenzáramos a tocar las luces se volverían tenues.
“¿Es como te lo imaginaste?” me preguntó Jared a mis espaldas.
Negué con la cabeza.
“Es mejor”
Nosotros seríamos la quinta orquesta en tocar esta noche, así que empezamos a buscar nuestros asientos, las orquestas que todavía no tocarían nos teníamos que sentar en los asientos de atrás del escenario
A nosotros nos tocó en los primeros asientos, así que prácticamente estábamos tocando el escenario.
Dentro del teatro había muchas personas preparando cámaras y verificando que el sonido estuviera bien, nosotros caminamos por un pasillo para buscar nuestros respectivos asientos.
Jared no pasó desapercibido cuando algunas de sus admiradoras lo empezaron a llamar, él las saludo con la mano y al parecer eso fue más que suficiente para que ellas saltaran de la emoción.
“Que admiradoras tan fieles”, dije y él sonrió.
“A veces ni siquiera sé cómo se dan cuenta donde estoy, a veces voy a un café y de repente encuentro algunas personas esperándome afuera para tomarse alguna foto conmigo, no sé si es pura coincidencia o me seguían”, dijo haciendo una mueca al decirlo último.
“Jared Le Goff”, dijo un hombre acercándose a él.
Yo iba a seguir caminando junto con el resto del equipo, pero Jared me tomo de la mano para que no me fuera de allí.
“¡Tenía tanto tiempo de no verte!”, dijo abrazándolo.
“Casi un año”, dijo Jared dándole unas pequeñas palmaditas en la espalda
“Quiero que conozcas a Olivia”
“Olivia Baldinelli”, dijo el hombre con una gran sonrisa al verme
“La nueva pianista de esta generación”, dijo estrechando su mano
“Soy Steven Benson” yo tomé su mano.
“Un gusto conocerlo”, dije sonriéndole.
“Él ya conoce tu nombre porque se siente en peligro de que puedas robarle el puesto como uno de los mejores pianistas de esta generación”, dijo Jared.
“¿Qué? Apuesto a que debes ser muy bueno”, dije.
“Lo soy” aceptó
“Pero ahora todos los ojos de esta noche estarán sobre la joven pianista de Nashville”, dijo guiñándome un ojo
“Disfruta de esta noche y toca con todo el corazón”, dijo poniendo su mano sobre mi hombro
“Fue un placer haberlos encontrado a ambos especialmente a ti”, dijo mirándome a mí
“Tenía muchas ganas de conocerte Olivia. Tengo que irme, suerte”, dijo sonriéndonos antes de irse
“¿Es cierto lo que dijo?”, pregunté un poco nerviosa.
“Así es Olivia”, dijo Jared
“¿Ves e a todas las personas que están allá sentadas en primera fila?”, dijo señalando un punto en específico.
“Si” asentí con la cabeza.
“Son algunos críticos o jurados como quieras llamarlos” esta vez me miro a mi
“No te había dicho nada porque no quería ponerte nerviosa, pero… Ellos están aquí por ti”, dijo en voz baja.
“¿Qué?”, dije abriendo los ojos con mucha sorpresa.
“Veras, la mayoría de los que estamos aquí somos músicos conocidos, por ejemplo, Steven es uno de los más grandes pianistas del momento, por un concierto privado mínimo cobra $70,000 ¿Te imaginas lo importante que es?”, dijo y yo asentí
“Tal vez no te diste cuenta, pero en los últimos recitales que tuvimos en Francia algunas de esas personas estaban allí, les llamaste mucho la atención y sacaron un artículo diciendo que le quitarías el lugar al gran Steven Benson”.
“¿Qué? No”, dije asustada
“No, escúchame”, dijo tomándome de ambos hombros
“No te digo esto para ponerte más nerviosa, te digo esto para que des lo mejor esta noche, si logras impresionarlos tal y como lo has estado haciendo te convertirás en una pianista muy popular”.
“Jared, Olivia vengan, ya casi inicia la primera función”, dijo Melissa detrás de nosotros.
Nosotros asentimos y empezamos a caminar detrás de ella, mis manos estaban heladas porque me estaban sudando de los nervios.
Después de sentarnos casi cinco minutos después la intensidad de las luces bajo y segundos después empezamos a escuchar el hermoso sonido de los pianos.
A pesar de que había estado en muchos recitales, nunca me dejaría de impresionar el primer acorde de los violines, siempre me erizaban la piel.
Cuando termino de tocar la primera orquesta, todos nos paramos y aplaudimos, hicieron su saludo de cortesía y bajaron del escenario, casi inmediatamente subió la otra orquesta y empezaron a prepararse en sus respectivos puestos.
“Tenemos 3 minutos para prepararnos una vez estemos en el escenario” nos dijo Jared a todos.
Todos asentimos y empezamos a disfrutar de la música de la siguiente orquesta.
“Tengo que ir al baño”, dije levantándome de mi asiento,
“¿Quieres que te acompañe?” me preguntó Melissa a punto de levantarse
“No, gracias”, dije son riéndole.
Bajé las escaleras y empecé a caminar por un pasillo vacío hasta llegar a la gran puerta que señalaba el baño para mujeres, estaba a punto de entrar hasta que vi una pequeña terraza, decidí mejor caminar hasta ese lugar.
Al llegar a la terraza recosté mis dos manos sobre el umbral y cerré mis ojos, empecé a inhalar y exhalar repetidas veces para controlar los nervios.
Me quedé así durante un tiempo mientras mantenía los ojos cerrados, estaba muy nerviosa, mis manos hasta temblaban y estaban sudando.
“Tú puedes hacerlo Olivia” me dije a mi misma.
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