El innombrable vive en New York -
Capítulo 83
Capítulo 83:
“Sabes que mi opción favorita siempre ha sido Spinter Enterprises” yo asentí
“A pesar de que su empresa no esta tan bien sé que no nos afectaría porque esa empresa lo que necesita es una oportunidad para expandirse a Europa y nosotros somos esa oportunidad”, dijo.
“Claro, y nosotros también los necesitamos a ellos”, dije completando su idea.
“Exacto” admitió
“¿Entonces firmaras con Spinter Enterprises?”
“Si, otra de las razones por las que te hablaba es para decirte que necesito que vengas a Nueva York”
“Claro, solo dime cuando y yo…” me interrumpió.
“Ahora”, dijo haciendo que yo abriera los ojos con mucha sorpresa.
“¿Qué?”
“Sabes que tienes un cargo muy importante en la empresa y no podemos tomar una decisión sin tu consentimiento”.
“Pero si ya sabes que te apoyo”, dije riendo.
“Lo sé Olivia”, dijo riendo
“Me refiero más a tu presencia aquí para firmar los documentos y para que las otras empresas vean que las decisiones también son estudiadas por los otros miembros de la empresa”
“¿Entonces me estás diciendo que me suba al avión ahora mismo y que vaya a Nueva York inmediatamente?”, dije.
“Por favor”, dijo haciendo una voz de niño pequeño.
“Está bien ¿Enviaras al avión para que venga por mí?”, pregunté.
“De hecho, ya está en Francia, le dije que se fueran a traerte, aunque no hubieras aceptado todavía”.
“Eres un loco psicópata Iván”, dije riendo.
“Yo también te quiero mucho hermana”, dijo riendo antes de colgar.
Di un gran suspiro y mire toda la comida en la mesa, sería una pena que no la podría disfrutar ahora junto con Jared.
“¿Sucede algo malo?”, pregunto Jared al ver mi expresión, me miro preocupado.
“Pero ni siquiera te puedes mover libremente, debes de guardar reposo”, dijo mirándome con el ceño fruncida
“Lo sé, pero es algo importante”, dije.
“Olivia no puedes ir así”, dijo mirándome serio.
“Jared si puedo caminar, solamente no puedo apoyar todo mi peso sobre ambos pies”, dije.
“¿Y si te caes? ¿Quién te ayudara a levantarte?”, dijo Jared mirándome muy preocupado.
“Jared creo que te preocupas por mi salud más que yo”, dije mirándolo con una sonrisa burlona.
“Lo sé”, dijo pasando su mano sobre su cabello con frustración.
“¿Te sentirías menos preocupado si me acompañas a Nueva York?”, dije haciendo un puchero.
“Olivia no quiero interferir en tus asuntos, supongo que si viajaras hoy es por algo importante”.
“Si es algo muy importante” acepté
“Pero también es muy importante que mi pie se cure lo antes posible para que podamos tocar en Australia”, dije sonriéndole
“Nada me haría más feliz si me acompañaras” arrugue mis labios haciendo un puchero.
Jared solo negó con la cabeza riendo, se acercó a mí y me dio un beso en la frente.
“¿Acaso tengo otra opción?”, dijo en tono de burla.
“La verdad es que no, te habría obligado de todas formas”, dije encogiéndome de hombros.
Jared se fue de mi departamento para ir a traer su maleta con ropa para ir E$tados Un!dos, yo aproveche ese tiempo para empacar mi ropa.
No sabía cuánto tiempo me tardaría en Nueva York, pero no creía que fuera mucho tiempo así que solo lleve dos pijamas, cinco atuendos diferentes, zapatos y mi ropa interior.
Una media hora después llego Jared, bajo mi maleta por las escaleras y la subió al baúl de su auto y a pesar de que le dije que podía bajar sola las escaleras me ignoro y me cargo en sus brazos y me entró al auto delicadamente.
“No deberías de ser tan bueno conmigo, cuando te vayas extrañare mucho toda tu atención”, dije cuando él ya se había subido al auto.
“¿Quién dice que me iré?”, dijo alzando una ceja
“Solo me iré a menos que tú lo quieras”, dijo antes de empezar a conducir de camino al aeropuerto.
Casi unos cuarenta minutos después llegamos al avión privado. A pesar de que no le quería hablar a Jared sobre mis asuntos de negocios con mi hermano fue casi imposible evadir el tema.
Tenía que estarle pidiendo permiso muy frecuentemente para ir a Nueva York por la empresa así que al final ahora él lo sabe todo, sabe quién es mi hermano y que soy alguien importante para la empresa.
Una de las cosas que me gusta de Jared es que nunca me forzaba a hablarle o darle más información, se conformaba con lo que yo le decía.
El vuelo duraría unas ocho horas, así que llegaríamos hasta el día siguiente, aquí en Francia ya era un poco tarde, Jared y yo ya teníamos sueño, el avión no tenía camas porque los asientos eran reclinables y que prácticamente servían como camas.
Nos acomodamos en nuestros respectivos asientos y nos quedamos dormidos.
…
“Señorita Baldinelli”, dijo una dulce voz moviéndome levemente.
Me moví un poco incomoda mientras me reincorporaba
“Ya casi aterrizamos, necesitamos que se ponga el cinturón de seguridad”, dijo la aeromoza.
“Gracias”, dije volviendo a reclinar el asiento para ponerme el cinturón.
La aeromoza despertó a Jared y él reclino el asiento y se puso el cinturón.
Miré su rostro y me reí, ambos teníamos caras de ´mátenme por favor`
“Por un momento olvide que estaba en un avión”, dijo Jared con la voz muy ronca porque se acababa de despertar.
“Ya veo la razón por la que pasaste roncando toda la noche” mentí.
“¿Es enserio?”, dijo mientras sus mejillas se tornaban de color carmesí.
“Si, por un momento pensé que estaba a la par de una gran construcción y no en un avión”, dije riendo.
“No recuerdo que ronque”, dijo frunciendo el ceño.
“Mm, ya ves que no”, dije alzando una ceja.
Cuando aterrizamos le llame a Iván para preguntarle a qué horas quería que estuviera en la oficina, me dijo que debía estar allí a las 2:00 pm.
Todavía faltaban 3 horas así que tenía tiempo suficiente para ir a mi departamento en Nueva York y cambiarme de ropa porque ahora mismo mi ropa parece más pijama que ropa formal para firmar un contrato.
Jared condujo el auto que me había dado Iván hasta el departamento, al llegar ambos nos bañamos y nos cambiamos de ropa para ir a la empresa.
De camino a la empresa Jared paso por un autoservicio de McDonald ‘s porque tenía un gran sueño por el Jet-Lag del vuelo.
Yo había viajado tantas veces que el Jet-Lag ya no era un gran problema para mí y solamente pedí un helado.
Cuando entramos a la empresa algunas personas que ya me conocían se acercaron preocupados al verme que no podía caminar tan bien pero simplemente les decía que estaba bien y que no se preocuparan.
A la sala de juntas a donde yo debía ir no podía entrar Jared porque se hablarían algunas cosas confidenciales de ambas empresas entonces le dije a Jared que me esperara en uno de los pasillos de la empresa, él acepto y yo camine hasta el ascensor y subí hasta la sala de juntas.
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