Capítulo 77:

Cuando estuve en mi habitación nuevamente tomé una ducha rápida y me puse mi ropa interior y me puse una bata de baño encima, me senté frente al tocador para empezar a maquillarme cuando mi celular empezó a sonar.

“Hola” contesté.

“He contratado a algunas personas para que te ayuden a arreglarte”, dijo Iván.

“No era necesario Iván”, dije frunciendo el ceño.

“Lo sé, pero la mayoría de las mujeres que van a estos eventos suelen ser maquilladas por muchos estilistas y pensé que sería lo mejor”.

“Lo haré solo por ti”, dije poniendo en blanco los ojos.

“Gracias”, dijo riendo.

En ese momento tocaron la puerta de mi habitación y yo me levanté.

“Creo que ya llegaron las personas que contrataste”, dije.

“Bien, nos vemos después, te quiero”, dijo antes de colgar la llamada.

Me acerqué a la mirilla de la puerta y vi que eran varias personas con algunas maletas, supuse que eran los estilistas, abrí la puerta y todos me sonrieron al verme.

“Es un gusto conocerla Olivia Baldinelli, nosotros nos encargaremos de dejarla irreconocible esta noche”, dijo uno de los hombres con cabello rubio,

Todos entraron a la habitación y abrieron sus maletas, en cada una de ellas había cosas de belleza, maquillaje, planchas para el cabello, peines, pinta uñas entre otras cosas.

Mientras unas personas se encargaban de mi cabello otras se encargaban de mi manicura, jamás había sido tan atendida, literalmente me sentía como si fuera alguna artista famosa que la están atendiendo varias personas para que llegue temprano a su show.

Casi dos horas después de que me estuvieran maquillando y peinando finalmente había termino, ya me había puesto el vestido que había comprado y hasta yo misma me sorprendí al verme en el espejo.

“Te ves divina”, dijo Franky en encargado de todo el equipo.

“Me gusta cómo me veo, gracias a todos”, dije sonriéndoles.

“Dejaras a todos con la boca abierta cuando te vean llegar”, dijo Franky guiñándome un ojo.

Las puertas del ascensor se abrieron y finalmente salí de allí, camine hacia el lobby para encontrar a Iván, cuando lo vi sonreí y camine hacia él.

“¿Nos vamos?”, dije detrás de él.

“Por Dios Olivia”, dijo mirándome sorprendido

“Te ves muy hermosa esta noche”, dijo mirándome de pies a cabeza.

“¿Esta noche?”, dije alzando una ceja

“¿Acaso soy fea los demás días?”, dije haciendo que él riera.

“Te ves bien”, dijo guiñándome un ojo, tomó mi mano y caminamos hacia la entrada en donde nos estaba esperando una camioneta.

La camioneta la conducía Tony mientras que detrás de nosotros venía siguiéndonos otro carro con los demás guardaespaldas.

Iván no dejaba de ver su celular desde que nos subimos al auto, intenté ver el rabillo de mi ojo su pantalla del celular, pero no lo logré, me di por vencida y hablé.

“¿Qué estás viendo?”, pregunté interesada.

“La lista de invitados, quiero saber con quienes me conviene hablar esta noche”, dijo guiñándome un ojo.

No pude evitar pensar en Leonardo, la vez anterior Iván me había dicho que tendríamos que hablar con él en este evento, pero eso fue mucho antes de que Spinter Enterprises tuviera problemas, ahora no se si Leonardo asistirá o no.

“¿Quieres que este contigo todo el tiempo?”, pregunté.

“¿Acaso escaparas y me dejaras solo?”, dijo con tono burlón.

“Solo lo pregunto porque no se mucho de autos”, dije haciendo una mueca.

“Puedes estar a mi lado y solo asentir cuando los demás lo hagan y reírte cuando los demás lo hagan”, dijo encogiéndose de hombros.

“Está bien”.

Llegamos al hotel en donde sería el evento, cuando le pregunté a Iván porque no nos hospedamos en el mismo hotel en el que sería el evento me dijo porque ya no había más habitaciones disponibles, las reservaciones se acabaron casi el mismo día que el evento fue anunciado oficialmente.

También me contó que a los que no lograban hacer una reservación en el mismo hotel siempre los veían como unos perdedores

“No somos una gran empresa de autos reconocida… Por el momento”, dijo recalcando lo último.

Primero se bajó Iván del auto y rodeo el auto para abrir la puerta de mi lado, lo miré con una ceja alzada.

“¿Esto es parte de tu caballerosidad o es por las cámaras?”, dije.

“Ambas”, dijo sonriéndome.

Él me extendió su brazo y yo lo tomé, mientras caminábamos hacia la entrada del hotel los paparazis nos tomaban fotos, nosotros simplemente caminamos hacia la entrada ignorando todos los flashes de las cámaras.

Bajamos unas escaleras que estaban pasando el lobby para entrar al área en donde se llevaría a cabo el evento, cuando entramos todas las miradas se posaron en nosotros.

Iván no parecía estar nervioso de que tantas personas lo miraran todo lo contrario que yo, estaba muy nerviosa.

“Que empiece la cacería”, dijo Iván en voz baja.

Iván me empezó a guiar para que camináramos hacia un grupo de hombres que estaban con sus típicos trajes caros y con una copa en sus manos hablando de negocios.

Había ido a algunos eventos así con Leonardo antes, normalmente cuando él encontraba alguien con quien estaba interesado en hacer negocios se detenía a hablar con esa persona por un largo tiempo, me pregunto si Iván hará lo mismo.

“Buenas noches caballeros”, dijo Iván saludando al grupo de hombres, todos se giraron para mirarlo.

“¡Iván Baldinelli! Un gusto hablar con el más nombrado de la noche”, dijo uno de los hombres hablando con él.

“¿Ah sí?”, dijo Iván.

“Me encantaría que nos hablara de ese nuevo modelo que ha presentado esta noche”, dijo el mismo hombre de grandes ojos verdes y gran panza.

“Modificamos el diseño del auto al menos unas cinco veces para encontrar el diseño perfecto para un auto bastante aerodinámico, en las curvas el auto no sufrirá ningún problema…”

Iván siguió hablando del auto, parecía que se había aprendido un discurso y ahora se lo estuviera recitando a todas estas personas, no pude evitar compararlo como si estuviera exponiendo en un colegio.

Tal y como Iván lo dijo, reía cuando ellos lo hacían, asentía cuando ellos lo hacían, literalmente solo estaba allí parada copiando cada uno de sus gestos. Empezaba a aburrirme de estar aquí parada haciendo nada.

Mientras los demás hombres estaban riendo le dije a Iván que iría a buscar algo para beber, él solo se limitó a asentir con la cabeza y siguió hablando.

Me dirigí a una de las mesas en donde había una charola con cinco copas de champagne, tomé una y le di un sorbo.

Vi como Iván me empezó a buscar con la vista y cuando me vio solo me sonrió como asegurándose de que yo estuviera bien, yo le devolví la sonrisa y levanté un pulgar como dándole ánimos.

Estaba recargada en la mesa cuando escuché como algo se quebró, miré por encima de mi hombro y vi como uno de los meseros había botado por accidente una de las charolas y casi le había caído encima a un grupo de mujeres que estaban sentadas en la terraza.

“Lo siento mucho señoritas, en seguido les consigo una toalla”, dijo el mesero alejándose rápidamente del lugar.

Las mujeres miraban con fastidio al mesero mientras empezaban a maldecirlo entre dientes.

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