El innombrable vive en New York -
Capítulo 70
Capítulo 70:
Ambos salimos de la habitación, ambos parecíamos dos almas en pena, solamente caminábamos por los pasillos sin un destino alguno, Leonardo se detuvo en medio del pasillo y yo me detuve detrás de él.
“Gracias”, dijo en voz baja sin ni siquiera mirarme.
“No tienes por qué agradecerme, yo también aprecio mucho a Bradley”, dije.
Él se dio la vuelta, su cara expresaba una gran tristeza, sus ojos estaban rojos y su voz parecía estar a punto de quebrarse cada vez que hablaba.
Él abrió un poco sus labios para decir algo, pero simplemente no pudo, se cubrió el rostro con ambas manos y se quebró, empezó a llorar como un niño pequeño.
No lo dude ni un segundo y lo abrace fuertemente, recosté mi cabeza en su pecho y cerré mis ojos fuertemente.
Ninguno de los dos dijo algo, él me rodeó con sus brazos y puso su cabeza en mi hombro y siguió llorando, apretaba mis labios con fuerza para que no escuchara mis sollozos.
Las lágrimas se estaban deslizando por nuestras mejillas mientras esperábamos que el momento más difícil se acercara.
No sé cuánto tiempo pasamos así, sentía una gran presión en mi garganta por el nudo que sentía, él se alejó un poco de mí y me miro con sus ojos rojos y tristes.
“Olivia…” parecía que pensaba las palabras que estaba a punto de decir
“¿Puedo pedirte un último favor?”, preguntó.
“Lo que sea”, dije viéndolo.
“¿Puedes quedarte conmigo? Al menos solo por este día”, dijo apenas pronunciando las últimas palabras porque su voz era muy débil.
“Lo haré”, dije volviéndolo a abrazar.
“Gracias”, dijo suspirando profundamente,
Ambos nos sentamos en una butaca que estaba afuera de la habitación. Leonardo miraba fijamente un lugar en específico y no se movía de allí, yo recosté mi cabeza en su hombro y me quedé así.
De repente él movió su mano y tomó mi mano entrelazando nuestros dedos, con mi dedo pulgar empecé a acariciar su fría mano.
“Tengo que decirles a mis padres”, dijo Leonardo suspirando.
“Está bien”, dije quitando mi cabeza de su hombro.
Leonardo se levantó y se alejó un poco para hacer la llamada, a lo lejos lo podía ver llorando mientras hablaba por el celular, la llamada no duró mucho porque él volvió a acercarse a mí a los pocos minutos.
Carolina salió de la habitación y cuando me vio corrió a abrazarme y empezó a sollozar sobre mi hombro.
“Entraré a verlo”, dijo Leonardo, yo asentí y él se alejó.
Carolina y yo nos sentamos en la misma butaca y empecé a consolarla porque también se encontraba devastada, casi 15 minutos después llegaron los padres de Bradley y entraron a la habitación.
Carolina se había acostado y tenía su cabeza sobre mis piernas mientras yo acariciaba su cabeza, en ese momento mi celular empezó a sonar, ella se apartó.
“Contesta”, me dijo ella.
Yo me levanté y contesté la llamada.
“Olivia ¿Estas bien? Te fuiste y no nos dijiste nada”, dijo Jared preocupado.
“Lo siento, no me sentía bien”, dije.
“¿Dónde estás? Puedo pasar a recogerte si quieres”, dijo.
“Estoy en el hospital porque un amigo mío está enfermo”.
“Lo siento mucho, ¿Necesitas que haga algo por ti?”, preguntó,
“No, gracias”, me limité a decir.
“El vuelo de regreso a Francia es mañana, decidimos adelantarlo, lo siento mucho pero no sabía lo de tu amigo, puedo atrasar nuestros vuelos de nuevo…” lo interrumpí.
“No hace falta, pueden regresar ustedes”, dije.
“Por favor termina todos tus asuntos que tengas aquí y no te sientas presionada en regresar a Francia por el trabajo, espero que tu amigo se mejore pronto”, dijo haciendo que una lagrima se deslizara por mi mejilla.
“Gracias Jared, eres muy amable”
“Te veo luego”.
Me despedí de él y regresé con Carolina, ambos nos quedamos viendo hacia la nada, escuche la puerta de la habitación abrirse, de allí salieron los papás de Bradley y Leonardo.
Su padre estaba llorando y su esposo la consolaba, ambos caminaron por el pasillo y los vi desaparecer.
“Me dijo la enfermera que lo dejáramos descansar por unas horas”, dijo Leonardo y yo asentí.
“¿Quieren algo para beber?”, preguntó Carolina parándose
“¿Quieren un café?”
“Yo quiero un café”, dijo Leonardo.
“Yo solo quiero una botella con agua”, dije y ella asintió antes de alejarse de nosotros.
Los padres de Leonardo me saludaron después, entraron tan apresurados la primera vez que ni siquiera me habían visto, su madre se puso muy feliz de verme, por un momento parecía haber olvidado la verdadera razón por la que estábamos aquí hasta que la realidad la golpeo como un balde de agua helada.
Collin decidió llevar a su esposa de regreso a casa porque era la que más afectada estaba, nos pidió que le avisáramos sobre cualquier novedad sobre su hijo antes de irse.
La enfermera nos avisó que Bradley nos quería ver a Leonardo y a mí, ambos entramos a su habitación, él nos sonrió con una sonrisa.
“Estaba recordando el día que Olivia nos ganó jugando bolos, he llegado a la conclusión de que tal vez hizo trampa”, dijo haciendo que yo riera un poco.
“Jamás aceptaran que son malos perdedores”, dije y ambos rieron.
“Necesito saber algo Olivia”, dijo Bradley girando su cabeza para verme
“¿Quién hizo la mejor cena? ¿Leonardo o yo?”, dijo haciendo que yo sonriera con nostalgia.
“Me encantó la salsa que le agregaste a la comida, pero también me encantó la ensalada que hizo Leonardo”, dije haciendo que él hiciera un puchero.
“¿Entonces si fue un empate definitivo?”, dijo arrugando sus labios.
“Creo que te elegiré a ti porque Leonardo olvidó ponerle un poco de sal a mi ensalada”, dije haciendo que Leonardo riera un poco.
“Me conformaré con eso”, dijo Bradley sonriendo victorioso.
Todos nos quedamos en silencio por un largo momento, Bradley empezó a cerrar los ojos.
“¿Tienes sueño? ¿Quieres que te traigamos una cobija más caliente?”, pregunté y él negó con la cabeza.
“Solo quiero descansar un poco”.
“¿Quieres que nos vayamos?”, preguntó Leonardo, pero él volvió a negar con la cabeza.
“Recuerdo la noche de la cena que te escuché cantar, cantas muy lindo”, me dijo Bradley.
“Gracias”, dije sonriendo de lado.
“Nunca pude irte a ver a un recital así que ¿Por qué no cantas para mi ahora?”, dijo mientras parpadeaba lentamente.
“¿Qué canción quieres que cante?”, le pregunté tomando su mano.
“Cualquiera”.
Aclaré un poco mi garganta y pensé que canción cantar, ´Yellow` de Coldplay fue la primera que se me ocurrió en ese momento así que empecé a cantar esa.
“Look at the stars, look how they shine for you, and everything you do, yeah, they were all yellow. I came along I wrote a song for you, and all the things you do, and it was called yellow”, cante mientras acariciaba la mano de Bradley
Él sonreía mientras tenía sus ojos cerrados, en medio de la canción Leonardo también empezó a murmurar la canción, él se acercó a su hermano y tomó su otra mano para acariciarla.
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