Capítulo 7:

“Realmente lo siento mucho hija, siento que tengas que pagar los errores que tu padre y yo hicimos”.

“Mamá no llores por favor”, dije mientras sentía como se formaba en nudo en mi garganta.

“Espero que algún día seas capaz de perdonarnos por todo lo que hicimos, no espero que me perdones ahora ni mañana ni tampoco sé si algún día lo harás… Solamente te pido que no te olvides que te amo, te amo mucho Olivia”, dijo mi madre sollozando.

“Yo también te amo mamá “, dije mientras sentía como algunas lágrimas empezaban a deslizarse por mis mejillas.

“Creo que ya viene tu padre”, dijo mi mamá mientras escuchaba sus pasos apresurados caminando.

“Debo colgar para que no sepa que he hablado contigo, te amo mucho Olivia no lo olvides por favor”, dijo sollozando.

Ni siquiera pude responderle cuando ella ya había colgado la llamada.

“Yo también te amo”, dije antes de empezar a sollozar.

Pasé llorando casi todo el camino hacia el trabajo, pude ver como el chofer del taxi me miraba un poco preocupado a través del retrovisor, pero nunca dijo nada en todo el camino, cuando estuvimos a unas cuantas calles me miré en el espejo y se había corrido un poco mi rímel, limpie todo el maquillaje corrido y lo trate de arreglar.

Me baje del taxi y camine hacia el ascensor que solamente utilizábamos Leonardo, Carolina y yo, las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse cuando vi que alguien puso su mano en la puerta para impedir que se cerrara.

Cuando levanté mi vista me di cuenta de que no era nadie de las personas que estábamos autorizadas a utilizar este ascensor. Era un hombre alto de cabello castaño y alto que parecía de mí misma edad.

“Disculpé, usted no puede utilizar este ascensor”, le dije.

“¿Por qué?”, dijo alzando su ceja, de todas formas, me ignoro y entro al ascensor y presiono al botón que llevaba al último piso que era la oficina de Leonardo.

“Caballero tendré que llamar a seguridad si no sale ahora mismo del ascensor”, dije acercándome a la puerta tratando de buscar a alguien de seguridad.

“Veo que tal vez es nueva por aquí”, dijo sonriendo de lado, en ese momento saco su billetera y en ese momento sentí de nuevo una gran vergüenza.

“Usted es el hermano del Señor Spinter, dije sorprendida.

Dije al leer que su identificación decía: [Bradley Spinter].

“Así es”, dijo antes de que las puertas del ascensor se cerraran.

“Disculpé mi actitud, no sabía que usted era su hermano”, dije avergonzada.

“No se preocupe, puedo estar aliviado que al menos usted si está haciendo bien su trabajo en esta empresa”, dijo guiñándome un ojo.

¿Qué se supone que acaba de hacer?

Rápidamente mire hacia otro lado incomoda por lo que acababa de hacer, él simplemente sonrió con un poco de arrogancia. Viéndolo mejor, realmente se parecía a su hermano, ambos compartían casi las mismas facciones, aunque Bradley parecía un poco más joven.

En ese momento tuve un pequeño flashback de algunos documentos que había leído alguna vez, recuerdo haber leído su nombre en algún documento, recuerdo haber leído su edad 25 años, era su hermano menor.

“Después de usted señorita”, dijo Bradley haciéndose a un lado cuando las puertas del ascensor se abrieron.

“Gracias”, dije.

Empecé a caminar hacia mi escritorio para dejar mis cosas.

“Buenos días, Señor Spinter”, dijo Carolina al verlo.

“Buenos días, Carolina”, dijo Bradley acercándose a ella.

Ellos dos empezaron a hablar, pero yo no pude escuchar lo que decían porque entre a la oficina de Leonardo para dejar su café sobre el escritorio, empecé a hacer lo que hago habitualmente como encender su computadora y ordenar algunas cosas.

“Vaya, no ha cambiado nada por aquí”, dijo la voz de Bradley a unos metros de mi haciendo que me sobresaltara.

“Leonardo suele ser un poco anticuado ¿No crees?”, dijo mirándome con una gran sonrisa.

“Lleva usando la misma decoración de esta oficina desde que lo nombraron CEO”, dijo riendo, en ese momento se empezó a acercar a mí.

“Deberías de recomendarle hacer algunos retoques”, dijo guiñándome un ojo.

Pasó de largo de mí y se sentó en la silla de Leonardo.

“Que bien, café”, dijo dándole un sorbo al café de Leonardo.

Mordí mi labio inferior nerviosa, ahora tendría que conseguirle un nuevo café.

“El Señor Spinter no tardara en venir”, dije y él asintió.

“Tengo que retirarme”, dije antes de empezar a caminar hacia la puerta.

Me senté de nuevo en mi escritorio y suspiré al ver mi café.

“Tendré que darle mi café”, dije haciendo una mueca triste.

En ese momento vi como Carolina me hacía señas para que me acercara a donde estaba ella, yo me levante y camine hacia ella.

“Siempre esconde tu café cuando él venga, él y su hermano son unos amantes del café”, dijo en voz baja.

“Lo sé, me acabo de dar cuenta porque robo el café del Señor Spinter y ahora tendré que darle el mío”, dije haciendo un rostro triste.

En ese momento escuchamos como las puertas del ascensor se habrían, Carolina empezó a escribir algo rápidamente a su computadora y yo me acerque a Leonardo cuando él salió del ascensor.

“Buenos días, hay alguien esperándolo en su oficina”, dije haciendo que él se detuviera.

“¿Alguien?”, dijo frunciendo el ceño.

“Perdón, su hermano”, dije mordiendo mi labio inferior.

Él levanto ambas cejar y camino hacia su oficina.

“Espera y ve esto”, dijo en susurro Carolina.

Ambos miramos atentamente desde la ventana de la oficina, ambos se abrazaron fuertemente y empezaron a bromear.

“¿Ese es nuestro jefe?”, dije sorprendida.

“Lo sé, resulta difícil de creer ¿Verdad?”, dijo riendo.

Regresé a mi escritorio y empecé a llenar algunos documentos de Leonardo, unos minutos después una luz del celular se encendió, cuando esa luz se encendía significaba de que él quería que entrara a su oficina y eso fue lo que hice.

“¿Qué se le ofrece Señor Spinter?”, dije.

“Cancela mi reunión de la 1:00 pm y pásala para mañana, saldré a almorzar con mi hermano, puedes tomarte ese tiempo para ir a almorzar tú también”, dijo Leonardo.

“De hecho, tú también podrías acompañarnos”, dijo Bradley.

“No quisiera incomodarlos”, dije lo más amable que podía sonar.

“Para nada”, dijo sonriéndome.

“Sería un honor tenerte con nosotros”

Sonreí un poco nerviosa, miré a Leonardo esperando que dijera que no hacía falta de que yo fuera porque pensé que tal vez quería pasar un tiempo con su hermano, pero no dijo nada, en vez de eso solo me dedico una media sonrisa.

“¿Esta seguro?”, le dije a Bradley, aunque realmente miraba a Leonardo dándole una segunda oportunidad para que interviniera por si realmente no quería que yo estuviera aquí.

“¿Por qué lo miras a él?”, dijo Bradley sonriéndome.

“Bueno es que yo…”, empecé a balbucear.

“¡M!erda habla bien Olivia!”

“Pensé que tal vez ustedes dos querrían pasar tiempo a solas, como hermanos”, dije jugando con mis dedos nerviosamente detrás de mi espalda.

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