Capítulo 55:

Jared me empezó a mostrar el estudio, a pesar de que estábamos en Francia la mayoría de las personas aquí hablaban más de un idioma debido a que era un requisito en el contrato, a pesar de que a mí no me exigían saber francés me propuse aprender al menos lo básico para entenderle a las demás personas.

“¿Quiénes más nos acompañaran a la boda?”, pregunté mientras él me seguía mostrando el estudio.

“Solo nosotros dos, la embajadora me dijo que no quería tantos músicos en su fiesta”, dijo y yo asentí

“Era el único pianista aquí, pero ahora ya hay dos”, dijo mirándome a mí

“Ensayaremos todos los días de 10 am a 12:00 pm”, dijo y yo asentí con la cabeza.

“¿Qué tipo de música tocaremos ese día?”

“La embajadora me dio una lista de canciones que quiere que toquemos ese día, todas son de pop en inglés”, dijo y yo asentí

“Supongo que estas muy familiarizada con ese género”.

“Por supuesto”, dije segura.

Entramos a una habitación en donde me sorprendió ver a una niña muy joven practicando tocar el violín en medio de muchas personas bastante adultas.

“¿Cuántos años tiene esa niña?”, pregunté sorprendida.

“Tiene 13, se llama Millie”, dijo Jared.

“Si tiene un gran talento esa niña”, dije sorprendida.

“La llamamos la pequeña gran estrella”, dijo Jared sonriendo mientras la veía.

“Ella si es una niña prodigio de la música”, dije sorprendida.

“Lo es”, dijo sonriendo.

Esta semana todos los días habían sido casi iguales, me levantaba a la misma hora para ir a los ensayos en la academia de música, el primer día Jared me dio la lista de canciones que tendríamos que tocar para la boda.

Obviamente todas eran canciones románticas, la mayoría de todas esas canciones ya las conocía y sabía como tocarlas así que no fue un gran problema para mí.

Jared me enseño algunas nuevas técnicas para el piano que yo no conocía, a veces nos sentábamos juntos en el piano y tocábamos las canciones mientras cantábamos.

Él realmente tenía una voz muy hermosa y tocaba espectacular, aunque él me decía que yo tocaba mejor que él, creo que solo me lo decía para ser amable conmigo.

Durante la semana llego un diseñador de ropa, me sorprendí al saber que la academia también tenía un convenio con un diseñador muy famoso de Francia.

Nuestro diseñador se llama Martin, él llego el lunes para tomarnos algunas medidas y así hacer nuestros atuendos para el domingo.

Para mí es muy increíble pensar que sacara un traje y un vestido para mí en menos de una semana, pero según me dijo Jared él ya estaba muy acostumbrado a trabajar bajo presión.

“¿Estás nerviosa por la presentación de mañana?”, me preguntó Jared.

“Un poco”, dije sincera.

“Lo hemos hecho bien en los ensayos, todo saldrá bien”, dijo sonriéndome,

En ese momento alguien toco la puerta del estudio en donde estábamos

“Adelante”.

“Los atuendos están listos”, dijo Martin entrando con otras personas que traían unos maniquíes con los atuendos.

“No puede ser”, dije sorprendida al ver el vestido

“Es precioso”, dije.

“Me alegra que te gusté, decidí hacerle algunos cambios y le puse más brillos de lo que había planeado”, dijo Martin tocando la tela del vestido.

“Literalmente parece el vestido de una princesa”, dije sonriéndole.

“Es que eres como una princesa cariño”, me dijo Martin.

“Gracias”, dije riendo.

“Bueno no vine solo para que vean los atuendos, necesito que se los prueben para ver si necesitan algunos cambios”, dijo Martin.

“Tan exigente como siempre Martin”, dijo Jared en tono de burla.

Las chicas que acompañan a Martin me ayudaron a vestirme, entramos a un vestidor que estaba en otra habitación.

Martin nos esperaba afuera para ver qué tal se nos veían los atuendos y si necesitaban algún cambio.

Me sorprendí mucho al verme el vestido puesto, realmente me gustaba como me veía, el vestido me quedaba a la perfección y creo que no necesitaba ningún cambio.

“Se le ve bien”, dijo una de las chicas que me ayudaron a vestirme.

“Gracias”, dije sonriéndole.

Salí de los vestidores para que Martin me viera. Allí estaba Jared con su traje puesto mientras que Martin estaba analizándolo de pies a cabeza, cuando llegue a donde estaban ellos me miraron muy sorprendidos.

“Tú no necesitas ningún cambio, te ves perfecta así”, dijo Martin

“Creo que la embajadora se sentirá un poco celosa de que haya alguien más linda la noche de su boda”.

“¿Deberíamos de cambiar de vestido?”, dije preocupada.

“¡No!”, dijeron al unísono todos.

“Es decir, está bien ese vestido, no creo que se moleste la embajadora”, dijo Jared tosiendo un poco.

“Entonces creo que ninguno de los dos necesita ningún cambio, los dos se ven perfectos”, dijo Martin mirando muy orgulloso sus dos atuendos que había diseñado.

“Olivia parece una princesa y el Señor Le Goff parece su príncipe”, dijo una de las chicas.

“¡Exacto! Al fin alguien capto la idea, gracias, Jaqueline”, dijo Martin.

“Muchas gracias por el vestido Martin, iré a quitármelo para guardarlo”, dije antes de caminar de vuelta al vestidor.

Me quité el vestido y lo volví a poner en la bolsa de tela en la que estaba, me puse la ropa que tenía anteriormente y salí.

“Mucha suerte mañana, adiós”, dijo Martin despidiéndose.

“Adiós”, dije antes de verlo desaparecer por las escaleras.

Empecé a buscar a Jared para preguntarle la dirección de la fiesta y así estar a tiempo en el lugar.

“¿Jared?”, dije buscándolo.

Regresé a su oficina y la abrí sin tocar la puerta y lo vi quitándose la camisa del traje dejando a la vista su abdomen musculoso.

“Lo siento”, dije cerrando la puerta de golpe.

Escuche un poco su risa dentro de la oficina, toque mis mejillas y estaban muy calientes también apuesto a que estaban rojas de la vergüenza.

“¿Necesitabas algo?”, pregunto Jared saliendo de la oficina esta vez con ropa.

“Si, solo te iba a preguntar la dirección de la fiesta”, dije sin ni siquiera verlo a los ojos.

“Es cierto no te la he enviado”, dijo sacando su celular del bolsillo

“De hecho… Si quieres podría pasar por ti al hotel y así llegaríamos juntos y no tendríamos ningún retraso”, dijo.

“Claro, me parece perfecto”, dije viendo el vestido.

“¿Estás bien?” – dijo bajando un poco su rostro para verme

“¿Fue por lo que sucedió antes?”

“Lo siento debí tocar la puerta”, dije mordiendo mi labio inferior nerviosa.

“No, fue mi culpa, olvidé ponerle seguro a la puerta”, dijo y yo asentí

“Pasaré mañana por ti a las 6:00 pm”.

“Perfecto”, dije viéndolo a los ojos por primera vez.

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