El innombrable vive en New York -
Capítulo 56
Capítulo 56:
Nunca me había dado cuenta de que la mirada de Jared a veces podía ser bastante intensa que con simplemente verlo me hacía sonrojar sin razón alguna.
Siendo sincera Jared es un hombre bastante atractivo, es alto, de tez clara, a primera impresión creía que su cabello era rubio, pero también tiene uno destellos rojizos, tiene una carba corta y sus ojos son azul claro.
“Entonces nos vemos mañana”, dije sonriéndole antes de darme la vuelta.
“Olivia…”, dijo y yo me detuve
“La primera vez que te vi me dijiste que nunca habías estado en Francia”, dijo y yo asentí.
“Así es, el idioma todavía sigue siendo un problema para mí a todos los lugares que vaya”, dije haciendo un puchero, él me sonrió.
“Si quieres te puedo mostrar algunos lugares cercanos que son muy hermosos”, dijo y yo lo miré con una gran sonrisa.
“Me encantaría”, dije tratando de esconder mi emoción, pero creo de todas formas siempre lo noto.
“Vamos”, dijo tomando las llaves de su auto.
Salimos de la academia y esperamos a que el valet parking trajera el auto.
“¿Qué te ha parecido Francia?”, me preguntó Jared.
“A excepción del suceso con el hombre que casi me atropella”, dije riendo
“Me parece una hermosa ciudad, más que la cuidad del amor creo que Paris también debería de ser conocido por sus cafés en donde puedes leer acompañado de una deliciosa bebida caliente”, dije y el empezó a asentir con la cabeza.
“Me parece un comentario muy acertado, eres la primera extranjera que escucho decir eso”, dijo sonriéndome
“¿A dónde quisieras ir primero?”, pregunto.
“Si te soy sincera, no conozco mucho Francia, solo conozco la Torre Eiffel, así que tú tendrás que ser mi guía por ahora”, dije y él asintió.
En ese momento llego el valet parking, ambos nos subimos al auto y él empezó a manejar.
“Iremos al rio de Sena y allí tomaremos un pequeño tour en barco”, dijo.
No tardamos mucho en llegar al Rio Sena, caminamos hacia el puerto en donde estaban subiéndose las personas al barco, mientras el barco se movía la vista era muy hermosa, ahora entiendo porque Francia es conocida como la cuidad del amor.
La persona encargada del tour iba hablando sobre algunos datos del rio, realmente ni le estaba poniendo atención solamente estaba disfrutando de la vista, me recosté sobre la orilla del barco y seguí disfrutando del viaje.
“Parece que disfrutas del viaje”, dijo Jared recostándose a mi lado.
“Creo que ahora se porque le llaman la cuidad del amor”, dije y Jared empezó a reírse
“Es una hermosa vista”, dije.
“Sí que lo es”, dijo, lo miré y él me estaba viendo a mí.
“¿Qué sucede?”, dije y él me sonrió.
“Solo estaba pensando cual sería nuestro próximo destino después de este pequeño tour”, dijo y yo asentí.
“Ahora que lo recuerdo”, dije girándome para mirarlo
“Recuerdo una vez en clase de sociales que hablamos sobre las catacumbas de Paris”, dije y él me miro sorprendido.
“Eres sorprendente”, dijo riendo.
“¿Por qué?”
“Eres la primera mujer que conozco que dice que quiere ir a las catacumbas, de hecho, ni siquiera yo he ido, así que será una sorpresa para ambos”, dijo.
“¿Crees que dan miedo?”, pregunté y él negó con la cabeza.
“No lo creo, solo han de ser miles de huesos que le dan al lugar un aspecto oscuro”, dijo Jared seguro.
“Desde ya te aviso que no te abrazaré si tienes miedo”, dije bromeando y él empezó a reírse.
“No te prometo lo mismo”, dijo riendo.
Después del tour en el barco tomamos un taxi que nos llevó a las catacumbas, allí esperamos al menos una hora en la fila para que pudiéramos entrar.
Nos dieron bastantes indicaciones antes de entrar, pero la principal fue que no nos separáramos del guía porque es un lugar demasiado grande y nos podíamos perder.
Casi 15 minutos después de haber entrado a las catacumbas el lugar se empezaba a poner muy tenebroso y oscuro, por todas las paredes y el suelo hay miles de cráneos y otros tipos de huesos, no pude evitar pedirle a Jared que me tomara una foto en medio de todos los cráneos.
“¿Cómo es posible que me pidas que te tome una foto en medio de tantos cráneos y no cuando estábamos en el bote con la hermosa vista?”, dijo riendo.
“Porque es más probable que regrese al rio Sena y aquí no creo volver a regresar”, dije riendo.
“Eres increíble”, dijo riendo mientras me tomaba las fotos.
“Quiero ver”, dije acercándome para ver la foto
“Se ve muy oscuro”.
“Es una pena que no podamos tomar las fotos con flash”, dijo Jared.
“Si”, dije haciendo un puchero.
En ese momento miramos al frente para seguir al grupo en que estábamos, pero ni siquiera los vimos.
“¿Dónde están los demás?”, dije preocupada.
“Será mejor que caminemos”, dijo tomándome de la mano preocupado.
Empezamos a caminar hacia el frente en donde habíamos visto por última vez a nuestro grupo, empezaba a asustarme la idea de que nos quedáramos perdidos en las catacumbas, pero afortunadamente encontramos a nuestro grupo.
“Por favor que nadie se aleje del grupo”, dijo el guía mirándonos a todos, pero se detuvo en nosotros como con una mirada con reproche.
Jared y yo solo nos reímos.
Después de terminar el tour en las catacumbas ya se había hecho bastante tarde y ya casi empezaba a anochecer, tomamos otro taxi que nos llevó a nuestro último destino por el día de hoy y creo que Jared hizo la mejor elección.
Ya estaba bastante oscuro cuando llegamos al museo de Louvre, había una gran pirámide construida de cristal que tenía muchas luces que la hacían ver más especial durante la noche.
“Ya que no tuvimos la oportunidad de tomarnos una foto en un lugar lindo, creo que deberíamos tomarnos una foto aquí”, dije y Jared asintió.
Jared sacó su celular y puso la cámara para tomarnos una selfie.
“Puedo ayudarles a tomar la foto si quieren”, dijo una señora al vernos tratar de encontrar la mejor pose para que saliera la pirámide detrás de nosotros.
“Se lo agradeceríamos mucho”, dije sonriéndole.
Jared le dio el celular a la mujer y ella dio unos pasos hacia atrás para asegurarse de que toda la pirámide saliera en la foto.
“Sonrían”, dijo la mujer antes de tomar la foto
“Se ven muy bien”, dijo acercándose a nosotros para devolverle el celular a Jared.
“Gracias”, le dijo Jared.
“Hacen una linda pareja”, dijo la mujer.
Jared y yo solo nos miramos con una sonrisa burlona.
“Gracias”, le dije a la mujer antes de que ella se alejara.
Por último, Jared decidió terminar nuestro tour en Paris con una cena en un restaurante que estaba en un barrio muy famoso en París llamado Montmartre.
Después de cenar caminamos hacia donde habíamos dejado el auto antes de ir al rio Sena, Jared condujo hasta mi hotel.
“Gracias por este tour de hoy, me divertí mucho”, dije sonriéndole.
“Yo también me divertí mucho”, dijo con una media sonrisa.
“Entonces nos vemos mañana a las 6:00 pm”, dije y él asintió
“Buenas noches”, dije acercándome a él para despedirme con un beso en la mejilla.
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