Capítulo 53:

“Maintenant, vous devez me payer pour les dommages que vous avez causés à ma voiture”, dijo señalando una parte de su auto que tenía un golpe que había hecho la llanta de mi bicicleta.

En ese momento entendí lo que decía, quería que le pagara por el daño de su auto.

“You hit me with your car, the traffic light was already red”, dije frunciendo el ceño, el hombre se empezó a acercar muy amenazante hacia mí.

“Fille stupide”, levantó su mano como si tuviera la intención de golpearme, cuando estaba a punto de golpearme alguien lo empujo al hombre.

“Tu devrais faire plus attention quand tu conduis, la fille n’était pas à blâmer”, dijo el mismísimo Jared Le Goff, el hombre por el que vine a Francia está aquí mismo defendiéndome.

“Rester en dehors de nos affaires”, dijo el hombre mirando a Jared.

“J’appellerai la police si tu ne pars pas maintenant”, dijo Jared mirándolo enfadado.

El hombre me miro con el ceño fruncido por última vez y se subió a su auto.

“¿Está bien señorita?”, me pregunto mirándome.

“Sí, gracias”, dije.

“Por favor déjeme ayudarla”, dijo tomando mi bicicleta y caminando hacia la acera en donde no nos hiciera daño otro auto.

Él me miró por primera vez a los ojos y sus ojos me vieron con sorpresa cuando vio mi rostro

“Tú eres Olivia, la chica del recital”.

“Sí”, dije con una media sonrisa.

“Que sorpresa encontrarte aquí y que encuentro más extraño”, dijo sonriendo.

“Si, ni siquiera sabía como terminaría esa discusión, no entendí una sola palabra de lo que dijo ese hombre”, dije.

“A veces las personas de aquí suelen aprovecharse de los extranjeros porque no saben hablar el mismo idioma”, dijo Jared, bajo su rostro a mis rodillas

“Te llevaré a una clínica para que puedan curarte”.

“Gracias”.

Jared y yo caminamos unos pocos metros donde estaba su auto, su auto era muy lindo es un audi negro, él empezó a conducir y me empezó a contar lo que había hablado con el hombre, al parecer el hombre me estaba echando la culpa a mí por haber cruzado la calle, pero no era así, no había cruzado cuando la luz del semáforo estaba en rojo.

Unos minutos después llegamos a una pequeña clínica en donde nos sentamos a esperar a que me atendieran.

“Mira, él es Jared Le Goff”, dijeron unas chicas que estaban sentadas frente a nosotras.

“Es cierto, es él”, dijo en murmuro la otra chica.

Miré disimuladamente a Jared, pero él ni siquiera se estaba dando cuenta de que hablaban de él porque estaba leyendo el periódico.

“Le quiero pedir una foto, ¿Crees que su novia se enoja?”, dijo una de las chicas y yo abrí mis ojos con sorpresa.

Me les quedé viendo a las chicas y ellas se pusieron nerviosas al darse cuenta de que las estaba mirando, para darles un poco de confianza les sonreí ellas me sonrieron y murmuraron algo entre ellas, después se levantaron y caminaron hacia nosotros.

“¿Jared Le Goff?”, dijo una de las chicas y él levanto la vista para verlas.

“¿Sí?”, dijo él mirándolas.

“¿Podríamos tomarnos una foto con usted?”, dijo una de las chicas.

“Claro”, dijo Jared levantándose.

Las chicas se querían tomar una selfie con él, pero salían todas, me levante para poder tomarles la foto yo misma.

“Puedo tomar la foto yo si quieren”, dije y las chicas me miraron felices.

“¡Gracias!”, dijeron emocionadas.

“Bien… sonrían”, dije y todos sonrieron para la foto.

“Gracias a los dos”, dijo la chica viéndonos a ambos.

Al parecer Jared es toda una sensación aquí en Francia, cuando entramos a la clínica me di cuenta de que hasta la enfermera se puso un poco nerviosa al verlo.

Entramos a la consulta el doctor me curo las heridas y me dijo solamente limpiara la herida todos los días y ella sola se iba a curar rápidamente.

Cuando salimos de la clínica Jared se ofreció para llevarme de vuelta a mi hotel, pasamos devolviendo la bicicleta en el lugar que la había rentado y luego me dejo en mi hotel.

“¿Pensó en la propuesta que le hice en Nueva York?”, preguntó Jared cuando se estaciono frente al hotel.

“Si, pensaba ir mañana mismo a la dirección que me dio”, dije y él asintió.

“Bien, la veo mañana pasé una linda tarde” él se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, yo me congele ante su acción.

“Hasta mañana”, dije bajándome del auto sorprendida.

´¿Qué rayos acaba de suceder?`

Entre al hotel todavía sin poder sacar de mi mente el beso de Jared, cuando estaba a punto de subir al ascensor vi que unas personas se saludaban y se despedían de beso.

Casi inmediatamente saque mi celular y empecé a buscar en internet como se saludaban en Francia, empecé a reírme a carcajadas al darme cuenta de que esa es su forma de saludar y yo que estaba a punto de insultar a Jared por ser tan atrevido.

Después de que Jared me dejara en el hotel subí a mi habitación para cambiarme de ropa porque la que tenía antes se había ensuciado cuando me caí al suelo.

Todavía era muy temprano como para quedarme en el hotel, elegí un atuendo entre toda la ropa nueva que había comprado, me maquillé y salí a caminar un poco.

Mientras caminaba por las calles podía sentir la mirada de muchos hombres viéndome, ¿Es que acaso me veía tan diferente con esta ropa?

Mientras caminaba en las calles de Paris vi que había música en vivo, me acerque a donde se encontraba una chica cantando.

Algunas canciones que ella cantaba me las sabía de memoria así que las empecé a cantar, la chica dijo que cantaría una canción en español que alguien le había solicitado y fue cuando empezó a cantar ´Como la flor`

Toda la gente empezó a bailar muy feliz y al ritmo de la canción, siempre había pensado que por el ritmo era una canción muy alegre y a pesar de que muchas veces había cantado la letra de la canción a todo pulmón jamás me había sentido tan identificada con la letra.

Ni siquiera estaba bailando solo me quedé inmóvil entre todas las parejas bailando, me senté en una mesa vacía y solo observaba a las personas bailar alegremente. Sin ni siquiera darme cuenta una lágrima se empezó a deslizar por mi mejilla.

“¡Vamos!”, dije jalando del brazo a Leonardo.

Literalmente empuje a Leonardo hacia la pista de baile para que ambos empezáramos a bailar.

“Yo sé que tienes un nuevo amor, sin embargo, te deseo lo mejor” empecé a cantar mientras yo bailaba.

Empecé a reír cuando vi que Leonardo ni siquiera sabía bailar, lo tomé de ambas manos y lo empecé a guiar para que bailáramos juntos.

“Como la flor, con tanto amor, me diste tú, se marchitó, me marcho hoy yo sé perder. Pero, ah-ah-ay, cómo me duele” empecé a cantar con tanto sentimiento Leonardo solo reía mientras negaba con la cabeza.

“No sabía que te gustaba bailar”, dijo Leonardo.

“No me gusta”, dije sonriendo y él me miro sorprendido

“Solo quería verte bailar ese tipo de música”, dije riendo, haciendo que él me fulminara con la mirada al ver su expresión empecé a reír más

“Quien diría que el CEO de Spinter Enterprises aprendió a bailar en medio de unas vacaciones”, dije haciendo que él empezara a reír negando con la cabeza.

“Quien diría que al final el mismo hombre que me hizo tan feliz ahora mismo me haga sufrir de desamor”, dije triste.

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