El innombrable vive en New York -
Capítulo 52
Capítulo 52:
“Iván quiero irme mañana mismo”, dije y él me miró muy sorprendido.
“¿Enserio? ¿Por qué tan pronto? ¿Es que acaso ya no me quieres?”, dijo haciendo un puchero.
“No, sabes que te quiero mucho”, dije abrazándolo
“No sabes lo mucho que me ha ayudado que estés a mi lado”.
“Extrañaba estos momentos en los que te ponías tan cursi conmigo”, dijo dándome un beso en la frente
“Y entonces… ¿Francia es tu nuevo destino?” yo asentí con la cabeza.
“Quiero buscar un vuelo a Francia para mañana ¿Me ayudas?”, dije sonriéndole.
Iván fue a buscar su laptop y empezó a buscar un vuelo para mañana, al final después de tanto buscar elegí uno que salía a las 10:00 am.
No siquiera tuve que arreglar mis maletas porque no había sacado nada de mi maleta.
“Te prometo que dentro de poco tiempo tendremos nuestro propio avión privado y no tendrás necesidad de preocuparte por comprar un boleto de avión”, dijo sonriéndome.
“Con todo lo que me has demostrado, ya no soy capaz de dudar de tu palabra”, dije riendo.
“Te llevaré al aeropuerto antes de que me vaya a la oficina a trabajar, ¿Te parece bien?”
“Me parece perfecto”.
Fui al baño para tomar una ducha antes de dormir, Iván estaba revisando algunos documentos de la empresa en su computadora, escuché mi celular sonar, cerré la regadera y mire mi celular, mi cuerpo se congelo al ver quién era
[Leonardo].
No conteste y me seguí duchando, Leonardo me siguió llamando hasta que me cansé de escuchar el celular, lo tome muy enfadada y lo apagué.
“¿Acaso no te quedó claro que no quiero volver a hablar contigo?”, dije enfadada.
Me vestí en el baño y luego salí, Iván seguía en su laptop, le deseé una linda noche y me fui a la cama a dormir.
Al día siguiente me desperté temprano al igual que Iván, él me llevo al aeropuerto un poco más temprano de lo esperado, él se ofreció a esperar conmigo a que llegara mi vuelo, pero le dije que no era necesario entonces él se fue.
Me quedé sentada junto con mis maletas mientras miraba a las personas pasar, había muchas parejas felices agarradas de la mano, me sentía tan amargada al verlos tan felices.
En ese momento mi celular empezó a sonar de nuevo, mire quién era
[Leonardo].
Deje que el celular sonara, él no parecía detenerse, está vez conteste.
“Olivia”, dijo su voz.
“¿Qué quieres Leonardo?”, dije fría.
“Pensé que vendrías al departamento por tus cosas”, dijo.
“Puedes botar todas mis cosas, no las necesito”.
“Olivia por favor, déjame explicarte todo…” lo interrumpí.
“¿Qué se supone que me quieres explicar? Que sigues enamorado de tu ex o que tomaste esa difícil decisión por el futuro de tu empresa”.
“Aunque no lo creas, yo también he perdido”, dijo.
“¿Tu dignidad?”, dije riendo.
“Olivia quiero que vuelvas conmigo, sé que todavía podemos hacer que las cosas funcionen solo dame una oportunidad”, dijo un poco desesperado.
En ese momento se empezó a escuchar la voz de una mujer anunciando que mi vuelo estaba a punto de salir.
“Estás en el aeropuerto”, dijo.
“Perdón por no haber sido lo suficientemente valiosa como para ti, adiós, Leonardo”, dije antes de colgar.
Tome mis maletas y empecé a caminar hacia donde tomaría el avión.
El avión empezó a despegar, mi corazón me dolía al ver que dejaba el lugar en el que alguna vez había hecho tan feliz, tomé una pequeña libreta que tenía en mi cartera y empecé a escribir lo primero que se me ocurrió.
[El día de las luces grises].
[Siempre pensaba antes de dar mi primer ataque, y aunque pocas veces me equivocaba las balas siempre penetraban].
[Si lo hubiera sabido antes creo que habría visto la luz de aquellos ojos en los que deje de confiar].
[Escúchame esta vez porque no creo poder estar aquí para año nuevo, olvida tus preguntas y deja de poner un destino sin prólogo en las manos de alguien más].
[Las páginas se pueden escribir solas, pero también se pueden arrugar con el tiempo que dejamos atrás].
[Trato de capturar mi aliento con cada mentira que mis lágrimas quieren sellar]
[No puedo recordar por las cosas que solíamos luchar solo sé que ahora mismo esto se siente más frío que cualquier otro lugar]
[Todas las cosas que perdimos espero recuperarlas después de que pase este día de luces grises].
[Si me conocieras de verdad sabrías que te elegiría a ti para siempre]
[Pero debes de entender que no puedo sostener el anillo cuando tú sostienes la mano de ella, no puedo sacrificar un futuro si ni siquiera he conocido a mi nueva yo].
[Nunca me había quedado en la orilla del mar pensando que después de tan hermoso atardecer puede que no haya un amanecer para siempre]
[Y si me hubiera dado cuenta habría bailado y escrito por un nuevo para siempre, no puedo recordar por las cosas que solía luchar, pero creo que de cualquier forma te habría elegido para siempre hasta el día de mi muerte].
Después de bastantes horas de viaje al fin llegue a Francia, pensé que el idioma sería uno de los problemas principales porque no sé nada de francés, pero por suerte a las personas con las que he hablado todas me han entendido cuando les he hablado en inglés.
No sabía cuánto tiempo me quedaría en Francia, así que por eso decidí hospedarme en un hotel en vez de un departamento.
Al llegar a mi habitación desempaqué todas mis cosas, hice una mueca al ver que tenía poca ropa.
Tomé mi cartera y salí del hotel, había decidido que compraría ropa nueva aquí, fui bastantes tiendas y empecé a comprar la ropa que más me gustaba, la mayoría de los outfits que compre tenía un notable estilo de como la mujeres francesas se visten aquí, me encantaba su estilo.
Regrese a mi hotel y deje mi nueva ropa, estaba en Francia así que no desaprovecharía la oportunidad de conocer el lugar, aunque estuviera sola.
Encontré un lugar cerca del hotel en donde rentaban bicicletas, renté un bicicleta por dos horas y empecé a explorar los alrededores de la cuidad.
Lo que más veía en todas las calles eran parejas enamoradas y tomadas de la mano, por suerte había comprado unos lentes para que no me vieran rodar los ojos cada vez que veía una pareja feliz.
Me pare en la acera con la bicicleta esperando a que el semáforo cambiara a rojo para poder cruzar, cuando al fin estuvo en rojo el semáforo seguí avanzando, justamente cuando estaba en medio de la calle un auto venía a gran velocidad.
Al verme freno tan fuerte que hasta se escucharon las llantas derrapar en suelo, la parte frontal del auto golpeo la llanta trasera de mi bicicleta haciendo que yo perdiera el equilibrio y me cayera al suelo.
Todas las personas que estaban sentadas afuera de una cafetería miraron preocupadas la escena sin embargo nadie se levantó para ayudarme a mí.
Me levanté lentamente pensando de que tal vez me había hecho daño, pero no, solo me había raspado una de mis rodillas, él hombre del auto salió y empezó a caminar hacia mi dirección con el ceño fruncido.
“Fille stupide, tu n’as pas d’yeux pour regarder de haut en bas dans la rue?”.
Abrí los ojos de la sorpresa, ni siquiera sabía que me estaba diciendo, pero por el tono de su voz sabía que no se estaba disculpando conmigo.
“I’m sorry, but I’m not understanding anything you are telling me”, dije y el hombre empezó a reirse a carcajadas.
“Un étranger stupide”, dijo riendo
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