El innombrable vive en New York -
Capítulo 46
Capítulo 46:
“Si lo ves algún día pídele un autógrafo para mí”, dijo Iván con la boca llena de comida.
“Lo haré”, dije riendo al ver que parecía una ardilla por tener la boca toda llena de comida.
“Estoy muy orgulloso de ti hija”, dijo mi padre haciendo que todos se quedaran en completo silencio, Iván me miraba muy sorprendido.
“Gracias papá”, dije sonriéndole.
Después de que terminamos de comer, Iván tuvo la idea de que todos saliéramos y visitáramos algunos lugares que solíamos visitar cuando éramos pequeños.
Nuestro vuelo salía en la tarde y llegaríamos por la noche a Nueva York así que todavía teníamos tiempo.
Cuando regresamos a casa llegamos justamente a tiempo a casa, subí a mi habitación para traer mi maleta.
“Adiós mamá”, dije abrazándola y dándole un beso en la mejilla.
“¿Cuándo vendrán de nuevo?”, pregunto mi mamá.
“Yo volveré cuando menos lo esperen”, dijo Iván con su típico tono juguetón.
“No lo sé, pero cuando te avisaré unos días antes”, le dije a mi mamá.
“Adiós hija”, dijo mi papá abrazándome
“Te amo”, dijo dándome un beso en la frente.
“Yo también te amo papá”, dije sonriéndole.
Iván subió las maletas al taxi cuando llego, nos despedimos por última vez antes de subirnos al auto. El viaje al aeropuerto fue bastante rápido porque no había tanto tráfico.
En todo el camino al aeropuerto Iván no dejaba de ver su celular, cuando al fin llegamos al aeropuerto él choco con una mujer por ir viendo su celular.
“Lo siento”, dijo Iván disculpándose con la mujer.
“¿Qué ves tanto en tu celular?”, dije riendo.
“Leo noticias”, dijo riendo
“Creo que esa mujer me acaba de insultar en italiano”, dijo Iván y ambos empezamos a reírnos.
Nos sentamos para esperar que nos llamaran para abordar el avión.
“Mira una noticia de Spinter Enterprises”, dijo Iván deslizando la pantalla de su celular.
“¿Enserio? ¿Qué dice?”, dije mientras me hacia una cola alta.
“Dice que…” Iván empezó a leer rápido la noticia
“Al parecer el CEO se comprometió con la heredera de Strike Enterprises”, dijo haciendo que mi estómago se revolviera.
“¿Qué?”, dije sorprendida.
“Si, la noticia se hizo pública hace unos minutos”, dijo Iván mostrándome la pantalla de su celular.
Tomé su celular y empecé a leer el artículo, había una foto de Leonardo de la mano de la mujer a la que le había manchado el vestido champagne y uno de los hombres que también estaba esa noche.
“¿Esta noticia es oficial?”, dije muy sorprendida.
“Si, nunca publican noticias falsas en esta página”, dijo tomando su celular de mis manos
“Deberías de estar alegre, dicen que la empresas grandes de Nueva York les dan un aumento a sus empleados cuando le CEO se casa”, dijo Iván riendo.
No dije nada, solamente me quedé viendo hacia la nada.
“Es nuestro vuelo, vamos”, dijo Iván levantándose.
Yo empecé a seguir a Iván y luego abordamos el avión, le mandé un mensaje a Leonardo, pero no me contestó, después tuve que poner en modo avión mi celular porque ya estábamos a punto de salir del aeropuerto.
Unas horas después del viaje llegamos a Nueva York, nos retrasamos unos minutos más porque estaba lloviendo y tuvieron algunos problemas con entregarnos las maletas, después de una hora de haber llegado al aeropuerto ya nos podíamos ir.
“¿Quieres ir a cenar a algún lugar?”, preguntó Iván.
“No, necesito ir a casa ahora mismo, te hablo luego”, dije despidiéndome de Iván.
Literalmente corrí hacia la entrada del aeropuerto y tomé el primer taxi que vi. De camino al departamento de Leonardo recibí una llamada de él, yo contesté de inmediato.
“¿Leonardo que sucede? Intenté llamarte muchas veces, pero no contestabas”, dije.
“¿Ya llegaste al aeropuerto?”, preguntó.
“Si, voy de camino al departamento”, dije.
“No estoy en el departamento, ¿Nos podemos ver en otro lugar?”, pregunto.
“Si, solo envíame la ubicación”, dije.
Después de eso él colgó la llamada y a los pocos segundos me envió su ubicación en tiempo real, estaba cerca del restaurante al que me había invitado el día de mi cumpleaños, le dije al chofer la nueva ubicación a la que me dirigía y unos minutos después llegamos.
Vi el auto de Leonardo estacionado justamente debajo del puente de Brooklyn, él estaba fuera recostado en el auto viendo hacia la nada. Me baje del taxi y baje mi maleta y me cruce la calle lo más rápido que pude porque estaba lloviendo.
“¿Qué haces aquí afuera? Está lloviendo”, dije, él me miro con una expresión triste y me abrazo fuertemente.
“Lo siento” susurro mientras me abrazaba.
“¿De qué hablas?”, dije separándome de él.
“Te juro que lo intente todo, busque muchas alternativas en las que tú y yo pudiéramos estar juntos, pero no encontré ninguna”.
“Entonces es cierto”, dije alejándome de él
“¿Estás comprometido con otra mujer?
Él se acercó de nuevo a mí y me abrazo, yo lo empujé
“Suéltame”, dije mientras sentía como mis ojos se cristalizaban.
“No tuve otra opción, era la única forma”, dijo mirándome con algunas lágrimas en sus ojos
“Solo lo hice para salvar el destino de la empresa”.
“No puedo creer que fui tan tonta de creerte cuando me dijiste que solo eras amigable con ella por asuntos de negocios”.
“No fue así, yo ni siquiera la quiero a ella, yo te quiero a ti”, dijo acercándose a mí
“Además tu y yo todavía podemos estar juntos…” lo interrumpí.
“¿Acaso me estas pidiendo que sea tu amante?”, dije riendo, él no dijo nada
“No puedo creer que te haya puesto en primer lugar a ti en vez de mis sueños”, dije alejándome de él.
“Olivia por favor escúchame”, dijo tomando mi mano.
“¡No, tu escúchame!”, dije soltándome de su agarre
“¡Estuve a punto de sacrificar mis sueños por tu culpa porque pensaba que tú también eras capaz de sacrificarte por mí! Ahora veo que solo piensas en ti mismo”.
“No es cierto, tú también me importas”, dijo tratando de acercarse a mí.
“¡Si realmente te importara habrías luchado por lo nuestro!”, le grite
“¡Pero en vez de eso elegiste el camino más fácil!”
“No sabes lo difícil que fue…” lo interrumpí.
“¿Fue tan difícil que tomaste una decisión en menos de 24 horas?”, dije llorando
“Espero que seas muy feliz y te felicito por haber logrado tu sueño de ser uno de los hombres más poderosos de Nueva York, te juro que me habría encantado ser la persona que estuviera a tu lado cuando lo lograras”.
Leonardo solo me miraba e intentaba acercarse a mí, pero yo empecé a retroceder.
“Adiós Leonardo, espero no volver a verte nunca en mi vida”.
…
Camine en medio de la tormenta, ni siquiera sabía cuánto tiempo había caminado, toda mi ropa estaba totalmente empapada por la lluvia, las personas se me quedaban viendo curiosos como diciendo ´Pobre chica de seguro no tiene ningún lugar a donde ir`.
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