Capítulo 44:

“Frappuccino”, dije y él me entrego el vaso.

Nos sentamos a esperar nuestro vuelo, casi media hora después empezaron a llamar a las personas de nuestro vuelo, abordamos el avión.

Ni siquiera fui consciente del vuelo a Nashville me la pasé la mayor parte del tiempo con mi cabeza sobre el hombro de Iván durmiendo.

Después de que salimos del aeropuerto Iván le dijo al Chofer que nos llevara a una dirección diferente a la que vivían nuestros padres.

“¿A dónde vamos?”, pregunte.

“A casa”, dijo.

“Esa no es la dirección correcta”.

“Vamos a la nueva casa”, dijo sonriéndome de lado.

Me quedé en silencio mientras veía por la ventanilla el camino a la ´nueva casa` me sorprendí cuando entramos a una avenida en donde había casas más grandes que la casa actual en donde viven mis padres. El taxi se estaciono frente a una casa de paredes blancas y café.

Iván se bajó y abrió el baúl del taxi, yo también me bajé y lo miré sorprendida.

“¿Es una broma verdad?”, dije sorprendida.

“No, esta es nuestra nueva casa”, dijo Iván jalando ambas maletas dentro de casa.

En la entrada de la casa había una persona, Iván me dijo que era un abogado que nos estaba esperando para firmar algunos papeles de la casa, el abogado me hizo firmar unos papeles y cuando termine de hacerlo él se fue.

“Bien esto es tuyo, esto hace constar que eres dueña de esta casa y que tú la compraste”, dijo Iván entregándome las escrituras de la casa.

“¿Qué? Pero ni siquiera he pagado nada”, dije sorprendida.

“Conserva tus ahorros que utilizarías para comprar esta casa y utilízalos para ir a la universidad o haz lo que quieras”, dijo sonriéndome.

“Tú compraste la casa”, dije muy conmovida.

“Si, pero papá y mamá piensan que lo hiciste tú”, dijo guiñándome un ojo

“Hubieras visto la rostro de papá al saber que le habías pagado a Erick los gastos de la boda y que compraste una casa para ellos”, dijo riendo.

“Iván no sé cómo agradecerte”, dije abrazándolo.

“No tienes que agradecerme nada, es lo menos que puedo hacer después de todas las cosas que sufriste por mi culpa”, dijo dándome un beso en la frente

“Te quiero mucho hermanita”, dijo sonriéndome.

Pensando ahora las cosas con claridad, tenía mucho dinero ahorrado puedo ir a Francia y no me tendré que preocupar por el dinero, pero primero esperaría a que Leonardo solucionara las cosas en la empresa para que así yo pudiera renunciar.

La casa ya estaba totalmente amueblada, muchos de los muebles eran nuevos y otros eran de la antigua casa, unas horas después llegaron papá y mamá. Abracé mi feliz al ver a mi mamá.

“¡Hija mía!”, dijo mi mamá con algunas lágrimas en sus ojos

“Te amo tanto”.

Yo la seguí abrazando, en ese momento vi a mi padre detrás de nosotros, mi cuerpo se tensó un poco al verlo, todavía no lo perdonaba después de lo sucedido la última vez.

“Gracias por todo hija”, dijo mi padre cuando dejé de abrazar a mi mamá, yo solo asentí con la cabeza

“Lo siento por todo, no he sido un buen padre contigo, siempre fui un hombre machista y nunca pensé que mi hija pudiera lograr muchas cosas”, dijo acercándose lentamente a mí.

Él pareció dudar por unos segundos si abrazarme, pero al final me abrazo fuertemente.

“Te amo papá”, dije abrazándolo.

No lo podía negar, se sentía bien volver a abrazar a mi padre tal y como lo hacía como cuando era una pequeña niña.

Mamá nos dijo que nos prepararía una rica comida y por una extraña razón hasta mi padre decidió ayudarla a hacer la comida, viendo a toda la familia completa en este preciso momento parecíamos una familia perfecta.

Vi a Olivia alejarse del auto junto con su maleta roja, puse en marcha el auto cuando ya no la pude ver, manejé de regreso a la oficina, durante todo el camino no podía dejar de pensar en los documentos que ella me había entregado, no podía creer que unos malditos papeles definirían nuestro destino.

El camino de regreso a la oficina se sintió más largo ahora que no estaba Olivia, sonreí al recordar cada una de sus pequeñas bromas que hacía cuando nos deteníamos en cada semáforo o cuando encontraba alguna de sus canciones favoritas en la radio y las cantaba a todo pulmón, los autos de atrás me empezaron a pitar cuando el semáforo cambió a verde, seguí conduciendo unos minutos más hasta que llegué a la oficina.

Subí a mi oficina, Carolina me saludo cuando llegue y yo le devolví el saludo, entre a mi oficina y me pare frente a los documentos que estaban en mi oficina.

Suspire profundamente y tomé los papeles, abrí el sobre y saque los papeles para empezarlos a leer.

“Maldita sea”, dije arrojando el folder con los documentos lo más lejos que pude.

La única opción de salida que tenía ya no existe, los inversores de Inglaterra se retiraron por completo del proyecto, si ese proyecto no se lleva a cabo será una perdida multimillonaria para mi empresa de la cual nos llevara muchos años levantarnos si es que la empresa se logra recuperar, según los asesores de la empresa dicen que es imposible que nos podamos recuperar de esa perdida.

Por más que pensaba no encontré otra solución, la única salida era la opción que me había dado el Señor Lightbody.

Conocía perfectamente a Thomas Bramson, es un hombre muy ambicioso, sé que él no aceptara ningún relación entre Strike Enterprises y Spinter Enterprises si no hay nada de por medio, su hija Selena y yo salimos por un tiempo, antes de que mi padre me nombrara director de la empresa.

Nunca había me di cuenta de las verdaderas intenciones detrás de la relación de Selena y yo hasta que me nombraron director, mi padre me dijo que debía desposar a Selena para que ambas empresas se beneficiaran sin embargo yo no acepte.

La relación entre ambas empresas no se rompió, pero ya no existía el mismo apoyo que antes. Tomé mi celular y llamé a Thomas Bramson.

“Leonardo, que sorpresa recibir esta llamada”, dijo Thomas.

“Necesito reunirme contigo”, le dije.

“Bien, le diré a mi secretaria que reservé mañana en…” lo interrumpí.

“Necesito hablar ahora”, dije interrumpiendo.

“Veo que es algo urgente”, dijo Thomas aclarándose la garganta.

“Podría ir a su empresa ahora mismo”, dije, él lo pensó por unos segundos.

“Está bien”, dijo.

Colgué la llamada y tomé mi saco, tomé el ascensor y luego subí a mi auto muy apresurado. Manejé hasta Strike Enterprises, cuando llegue vi como todos los empleados empezaron a murmurar sobre mi visita inesperada a la empresa.

¿Quién no lo haría? Había salido tan deprisa que ni siquiera les había dicho a mis guardaespaldas ni mi secretaria que me acompañaran, al llegar a recepción la secretaria me guio hasta la oficina de Thomas.

“Señor Bramson el Señor Spinter ha llegado”, dijo la secretaria abriendo la puerta de la oficina de él.

“¡Leonardo!”, dijo Thomas levantándose para saludarme

“¿Quieres beber algo?”, dijo acercándose a su pequeño bar.

“Me gustaría que habláramos sobrios”, dije y él empezó a reír.

“Entonces debe ser algo serio”, dijo Thomas

“Siéntate por favor – dijo señalando unos sofás

“¿Quieres un café?”, preguntó mientras caminaba hacia su cafetera.

“No, gracias” respondí.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar