Capítulo 42:

“Tenemos que actuar ahora mismo, sino toda la empresa caerá, tenemos que crear lazos más fuertes con empresas asociadas, la opción más factible sería Strike Enterprises”, dijo otro hombre de la mesa.

“La relación entre Strike Enterprises y Spinter Enterprises es fuerte y buena, no sé a qué se refiere en crear lazos más fuertes Señor Lightbody”, dijo Leonardo frunciendo el ceño.

“Según tengo entendido usted se reunió con el CEO y su hija hace unos días” Leonardo asintió

“Señor Spinter usted ya no sigue siendo el mismo joven al cual dejo como sucesor su padre hace unos años atrás, ¿Qué sucedería si usted tiene algún problema de salud grave por el cual usted ya no pueda seguir dirigiendo esta empresa? Ni siquiera tiene hijos como para nombrarlos sucesores o herederos de la empresa, el día que usted ya no este, el destino de esta empresa estará colgando de un hilo”, dijo el Señor Lightbody.

“Le recuerdo que mi hermano menor es mi sucesor en caso me ocurriera algo a mí”, dijo Leonardo.

“Su hermano ya no es un candidato elegible como sucesor por su estado actual”, dijo el Señor Lightbody, en ese momento lo miré sorprendida.

´¿Acaso él sabe del cáncer de Bradley?`

“¿A qué se refiere? Mi hermano es mi sucesor”, dijo Leonardo enfadado.

“Según los últimos registros hospitalarios de su hermano, él no puede ser su sucesor”, dijo entregándole unos papeles.

Leonardo abrió rápidamente un sobre y empezó a leer todo.

“Me sorprende que no esté enterado de la situación de su hermano, hasta su asistente personal lo sabía”, dijo el hombre sacando unas fotografías de una de las visitas que habíamos hecho Bradley y yo al hospital.

Leonardo tomó las fotos y frunció el ceño al verlas, ni siquiera me miró a mí, se notaba muy enfadado.

“¿A qué quiere llegar Señor Lightbody?”, dijo Leonardo apretando su mandíbula.

“La única forma en que la empresa se levante en este momento es que ambos herederos contraigan matrimonio, es decir necesita casarse con la hija heredera de Strike Enterprises”, dijo el Señor Lightbody.

“Enserio esa fue la única solución que encontraron?”, dijo Leonardo riendo burlón

“Podemos bajar el precio de las acciones que están en Europa y recuperaríamos un gran equilibrio de las acciones”.

“Señor Spinter, ¿Cómo cree que sería mejor la relación con Strike Enterprises? ¿Cómo amigos o enemigos? Piense que sucedería si en este mismo momento Strike Enterprises decide abandonarnos, ellos son nuestro más grande apoyo por el momento”.

“Reprogramen otra reunión para mañana, esta reunión ha terminado”, dijo Leonardo levantándose notablemente enfadado.

Carolina y yo nos levantamos para seguir a Leonardo a la oficina.

“Sigue siendo un joven tan terco, nos llevara a la quiebra si sigue siendo el CEO de esta empresa”, dijo uno de los hombres.

Carolina y yo salimos de la sala de reuniones, ambas nos miramos preocupadas mientras esperábamos el ascensor.

“¿Acaso quieren quitar al Señor Spinter del poder?”, dije sorprendida.

“Yo también pensé eso”, dijo Carolina.

En ese momento nos subimos al ascensor.

“¿Qué sucede con Bradley? ¿Por qué lo acompañabas al hospital?”, pregunto Carolina preocupada.

Ni siquiera podía responderle, el simple hecho de recordar el estado de Bradley hacia que se creara un nudo en mi garganta.

“¿Acaso está enfermo?”, dijo mientras podía ver como sus ojos se empezaban a cristalizar.

“Lo siento Carolina, no te había dicho nada porque él me hizo prometerle que no le dijera a nadie”, dije triste.

“¿Pero que le sucede?”, dijo preocupada.

“Él tiene cáncer”, dije con un nudo en mi garganta.

Ella me miro sorprendida por unos segundos, luego pude ver como salían algunas lágrimas de sus ojos, ella no dijo nada más y solo me abrazo.

“Lo siento, se supone que él debía decirte esto”, dije triste.

“Está bien”, dijo sollozando un poco

“Gracias por decirme”.

En ese momento se abrió la puerta del ascensor, salimos y escuchamos como desde la oficina de Leonardo alguien arrojaba cosas, ambas nos acercamos y vimos por la ventana que era Leonardo arrojando cosas muy enfadado.

“Creo que no deberías de entrar en este momento”, me dijo Carolina y yo asentí.

Ambas nos sentamos en nuestros respectivos escritorios y seguimos con nuestro trabajo, de vez en cuando ambas nos sobresaltábamos al escuchar que algunas cosas que Leonardo arrojaba chocaban con la puerta o pared.

Unos minutos después ya no se escucharon ruidos y a los pocos minutos se encendió la luz del teléfono de mi escritorio avisando que Leonardo me necesitaba.

“Suerte”, me dijo Carolina antes de que yo entrara a la oficina.

Al entrar me di cuenta de que toda la oficina era un desastre.

“¿Quieres que ordene tu oficina?”, dije, pero él negó con la cabeza.

“Quiero que envíes esto a la empresa de Inglaterra”, dijo empujando unos documentos en su escritorio

“Escanéalo y envíalo hoy mismo”, dijo sin ni siquiera mirarme.

“De acuerdo”, dije acercándome a su escritorio para tomar los papeles.

“¿Por qué no me dijiste nada sobre Bradley?”, me dijo con una voz muy ronca, quizás quería llorar y estaba conteniendo sus ganas por no hacerlo.

“Él me pidió que no lo hiciera”, dije triste.

“¿Cuánto tiempo le queda?”, dijo mirándome a los ojos, sus ojos se veían un poco rojos como si hubiera llorado antes.

“No lo sé, los doctores dijeron que estaba en una fase muy crítica y que no se puede recuperar”, dije mientras sentía como mi voz se empezaba a quebrar poco a poco.

“Gracias por haberlo acompañado todo este tiempo a sus terapias”, dijo mientras podía ver como sus ojos se empezaban a cristalizar.

“Lo siento tanto Leonardo”, dije rodeando su escritorio para abrazarlo.

Me senté en sus piernas y él me abrazo muy fuerte, lo escuche sollozar sobre mi hombro y yo empecé pasar mi mano suavemente por su espalda, nos quedamos así por un largo tiempo hasta que ya no lo escuche sollozar.

“¿Te encuentras mejor?”, le pregunte arreglando su cabello despeinado, él asintió.

“Envía los documentos por favor, son muy importante”, dijo y yo asentí.

“¿Necesitas algo más?”, pregunte y él me sonrió de lado, su sonrisa se veía muy triste.

“No, gracias Olivia”.

Salí de la oficina y empecé a hacer el trabajo que Leonardo me había puesto a hacer, mientras esperaba que las paginas se escanearan vi la tarjeta de Jared Le Goff sobre mi escritorio, sonreí un poco triste, ni siquiera pude contarle a Leonardo sobre lo emocionada que estaba por viajar a Francia.

Ya tenía el dinero suficiente para comprar la casa de mis padres, estaba pensando ahorrar unos meses más para conseguir un poco de dinero para viajar a Francia y si es que el Señor Le Goff me contrataba renunciaría a Spinter Enterprises y trabajaría por tiempo completo en Francia.

Sin embargo, no podía renunciar en este momento, Leonardo estaba en un momento muy difícil y no lo abandonaría, no me importa si tenga que sacrificar esa gran oportunidad de trabajar en Francia, sé que él se sacrificaría de la misma forma por mí.

Ahora que Leonardo ya sabía sobre la situación de Bradley, ahora él se encargaba de llevarlo a sus respectivas terapias en el hospital.

Estos últimos días Leonardo había estado muy impaciente sobre la respuesta a los papeles que había enviado a Inglaterra, todos los días me preguntaba sobre eso, pero todavía no había respuesta, hasta el día de hoy.

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