El innombrable vive en New York -
Capítulo 34
Capítulo 34:
“¿Puedes leer todo el artículo para mí?”, dijo y asentí.
Me senté frente a su escritorio y empecé a leer las tres páginas de la revista que eran completamente sobre Leonardo.
En todo el articulo hablo sobre los inicios de la empresa con su padre y que luego fue nombrado él como el nuevo CEO a sus 25 años, en tan solo tres años Leonardo había logrado todo lo que su padre no pudo hacer en 30 años, logro que la empresa lograra expandirse a nivel mundial.
Al final del articulo Leonardo da sus agradecimientos a su familia y a todas las personalidades más importantes de la empresa, menciono algunos nombres de personas que trabajan en la empresa que ni siquiera conocía, mientras leía todos los nombres más me emocionaba, termine de leer el artículo y le sonreí.
Por un momento pensé que encontraría mi nombre entre toda su lista de personas a las que le agradecía, pero no fue así, sabía que tampoco era una obligación para él hacerlo, pero no pude evitar sentir un poco de tristeza.
“¿Estás lista para esta noche?”, me preguntó Leonardo haciendo que yo saliera de mis pensamientos.
“¿Esta noche?”, pregunte confundida.
“Hoy es el recital de Edward”, dijo haciendo que yo recordara las entradas que me había dado el día de mi cumpleaños.
“Es cierto, lo había olvidado por completo”, dije sorprendida.
“Saldré a almorzar con unos colegas de otras empresas para celebrar esto”, dijo levantando la revista
“Pasaré por ti a las 8:00 pm”, dijo y yo asentí
“De hecho, ahora que lo pienso tú y tus amigos se deberían de tomar la tarde libre”, dijo guiñándome un ojo.
Salí de la oficina y me senté en mi escritorio para seguir trabajando en algunas cosas que tenía pendientes, Leonardo salió unas horas antes de la hora de almuerzo.
Casi como siempre salimos mis amigos y yo a almorzar, ya se había convertido casi como un reto para nosotros ir a diferentes restaurantes para comer, esta vez me tocaba a mi elegir un nuevo restaurante, elegí un restaurante que quedaba un poco más lejos de lo que estábamos acostumbrados a ir.
Cuando llegamos todos mis amigos se quedaron sorprendidos al ver el lugar, tenía una temática muy simple por fuera, pero una vez entramos todo cambiaba parecía un lugar sacado de un mismísimo cuento de hadas, las paredes estaban rodeadas de plantas y con unas pequeñas luces que parecían luciérnagas.
“Creo que este ha sido el mejor lugar al que hemos ido”, dijo Gabriel.
“Sin duda alguna”, dijo Abigail sonriendo.
Elegimos una mesa con vistas al puente de Brooklyn, una vez nos sentamos nos llevaron té en unas tazas de porcelana que tenían una decoración al estilo victoriano.
“Me siento como si estuviera en Inglaterra”, dijo Carolina tomando té y levantando el pulgar.
“¿Cómo es que nunca habíamos descubierto este lugar?”, dijo Carolina.
“¿Todos estamos de acuerdo que Olivia gano este mes?”, dijo Abigail.
“Sí”, dijeron los demás al unísono.
Después de que termináramos de comer fuimos a unas tiendas a comprar ropa, por último, entramos a una tienda de trajes para caballeros, Gabriel quería comprar nuevos trajes.
Mientras él se probaba algunos trajes conoció a uno de los hombres que trabaja en la tienda, ambos parecieron hacer un click inmediato porque empezaron a hablar tan plácidamente.
“No puedo creerlo, el maldito encontró a su amor antes que yo”, dijo Abigail cruzándose de brazos.
“Creo que solo tendremos que alquilar el departamento nosotras tres”, dije haciendo que ellas rieran.
“Pienso que deberíamos de invitar hombres ricos a nuestro departamento, lo seducimos toda la noche, lo emborrachamos y le robamos su billetera”, dijo Carolina.
“Me parece una muy exquisita idea”, dijo Abigail haciendo que todas riéramos.
“Podríamos empezar con él”, dijo Carolina señalando a un hombre que estaba de espaldas en la caja, parecía que estaba pagando algo.
“Mira esa gran espalda, me encantaría poder quitarle ese saco yo misma”, dijo Abigail.
En ese momento el hombre empezó a moverse para darse la vuelta y yo mire disimuladamente hacia otro lado para que no me viera que lo estaba viendo.
“No puede ser está viendo hacia nuestra dirección”, dijo Abigail.
“Disimulen”, dije riendo.
“¿Soy yo o está viendo a Olivia?”, dijo Carolina.
“Creo que sí”, dijo Abigail
“M!erda allí viene”, dijo antes de levantarse y disimular como si estaba viendo unos trajes.
“¿Olivia?”, dijo una voz familiar, yo me gire muy sorprendida.
“Iván”, dije muy sorprendida.
“¿Qué haces aquí?”, dijo sorprendido.
“Bueno…”, empecé a balbucear.
“¿Vives en Nueva York?”, me preguntó y yo asentí
“Vaya, ahora entiendo como lograste pagar todo ese dinero tu sola”, dijo sonriéndome.
“¿Y tú que haces aquí?”, le pregunté y él sonrió.
“Negocios, tu hermano mayor está a punto de hacer el mejor negocio de su vida”, dijo guiñándome un ojo.
“Iván por favor dime que no eres un narcotraficante”, dije mirándolo con rostro de pocos amigos y él empezó a reír a carcajadas.
“¿Acaso dudas que tu hermano llegue a ser el hombre más exitoso de Nueva York?”, dijo sonriéndome.
Sonreí un poco al recordar quien es el hombre más exitoso de Nueva York.
“Creo que tienes un gran camino por recorrer”, le dije sonriendo.
“Lo lograre ya verás”, dijo orgulloso
“De haber sabido que estabas aquí en Nueva York te habría visitado el día de tu cumpleaños ¿Por qué no me dijiste?”
“Antes de mi cumpleaños estaba muy enfadada contigo”, dije cruzándome de brazos
“Me hiciste pagar $7,000 dólares por gastos hospitalarios y los podrías haber pagado tú mismo”.
“Lo siento”, dijo haciendo un puchero, yo rodé los ojos y él empezó a reír
“No has cambiado mi pequeña Olivita”, dijo haciendo que yo estallara a carcajadas.
“No me decías así desde que tenía 15 años”, dije riendo.
“Aunque no lo creas, te he extrañado”, dijo poniendo la palma de su mano en mi mejilla.
“Yo también”, dije en voz baja, él sonrió.
“Te diría que regresemos juntos a Nashville, pero sé que no quieres volver a ver a papá”, dijo y yo asentí
“Te prometo que cuando haya logrado mi objetivo te nombraré presidenta de mi empresa para que papá no vuelva tratarte como si no valieras nada para él”, dijo, mire su rostro
Realmente se veía muy decidió, suspire cansada, ya había recibido muchas promesas de Iván en el pasado, pero nunca las cumplía.
“Está bien”, dije encogiéndome de hombros.
“¿No me crees verdad?”, dijo alzando una ceja.
“Iván es difícil creerte después de todas las veces que me has mentido”, dije suspirando.
“Olivia no te estoy mintiendo”, él tomo mis manos y me miro a los ojos
“Olivia te juro por mi vida que esta vez no te miento, lo haré y papá se sentirá muy orgulloso de ambos”.
“Te creo”, dije mirándolo a los ojos.
Después de ese encuentro con Iván regrese a mi casa.
Iván había mantenido el nombre de su supuesta empresa en secreto, ni siquiera me dijo donde vivía, tanto misterio solo me llevaba a pensar que todo era una mentira.
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