Capítulo 23:

No dejaría que él conociera a mi familia que no tiene ninguna etiqueta de perfecta como la suya.

“No hace falta, igual no creo que me este mucho tiempo allí”, dije.

“Si necesitas cualquier cosa por favor solo dímelo”, me dijo.

“Gracias Leonardo”.

Después de terminar la llamada esperé unos 30 minutos más cuando nos empezaron a llamar a los pasajeros de ese vuelo, tomé el avión y ahora solo tenía que esperar unas horas de viaje para llegar de nuevo a mi viejo hogar.

Unas horas después llegué al aeropuerto de Nashville, tomé un taxi que me llevo a la casa que estaba pagando para mis padres, toque la puerta y me abrió mi madre, cuando ella me vio las lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas.

“Hija estas aquí”, dijo mi madre muy feliz.

“Solo vine a dejar mis cosas para ir al hospital y ver a…”, mis palabras quedaron en el aire cuando vi a Iván aparecer detrás de mi madre.

“Hola hermanita”, dijo Iván.

Miré a Iván quien tenía bastantes hematomas en todo su rostro, tenía un collarín y un yeso en su brazo.

“¿Qué te sucedió?”, dije acercándome a él muy preocupada.

“Unos locos delincuentes le robaron y lo golpearon”, dijo mi padre.

“¿No los has denunciado?”, dije preocupada.

“No, ni siquiera vi sus caras porque me dejaron inconsciente en el suelo”, dijo Iván.

“Me robaron todo el dinero de papá”.

“No te preocupes por el dinero hijo, lo bueno es que estas aquí con nosotros”, dijo mi mamá.

“Me dijeron que él estaba en el hospital y que debíamos a pagar la deuda hospitalaria”, dije.

“Así era, pero Erick decidió pagar la deuda ¿Acaso no es muy lindo de su parte?”, dijo mi mamá sonriéndome.

“Ni siquiera sé como tuviste el valor de dejarlo plantado, él era el indicado para ti”, me dijo mi padre.

“¿Cuánto pago por los gastos de hospital?”, dije seria.

“¿Qué? ¿Acaso crees que podrás pagar tu sola?”, dijo mi papá riendo.

“Eso espero, no quiero que él piense que yo le debo algún favor y después se les ocurra hacer otros estúpidos planes de boda…”, ni siquiera pude terminar cuando mi padre me dio una bofetada en el rostro.

“Eres tan estúpida hija mía, ¿Cómo puedes ser capaz de hablar así de él cuando él solo tiene buenas intenciones contigo?”, dijo mi padre.

“No te volveré a permitir que me vuelvas a poner una mano encima”, dije mirando a mi padre muy enfadada.

Mi papá estaba a punto de decir algo cuando pasé de largo y subí a la segunda planta, entre a la única habitación que encontré vacía y entre a está cerrándola de un gran portazo.

Cuando desperté vi que todo estaba muy oscuro, miré la hora eran las 5:00 am, me cambié de ropa y me puse ropa deportiva y salí a correr para ejercitarme.

Cuando todavía vivía en Nashville siempre salía todas las mañanas a correr para despejar un poco mi mente.

Sin darme cuenta empecé a recorrer todas las calles que recorría cuando era pequeña para ir a la escuela, recuerdo que en esta esquina que voy pasando mi padre solía comprarme un helado todas las tardes después de mis clases.

Ni siquiera sé cuándo inició aquella rivalidad con mi hermano para demostrarle que yo era mejor que él, lo único que recuerdo que cuando éramos pequeños éramos tan felices.

Las horas pasaron y el sol empezaba a salir, estaba un poco cansada de tanto trotar así que solamente seguí caminando, podía ver como algunos niños eran acompañados por sus padres para ir a sus escuelas o esperar el autobús, sonreí al recordar todos esos momentos.

“¿Olivia?”, dijo una voz femenina detrás de mí. Me di la vuelta para encontrar a la dueña de esa voz, sonreí un poco al verla.

“Hola Jessica”, le dije a la mujer que estaba frente a mí y que empujaba un coche para bebés.

“Pensé que te habías ido”, me dijo sorprendida.

“Así fue hasta hoy, tuve que regresar”, dije.

Jessica y yo solíamos ser grandes amigas, nos conocimos a los 7 años en la escuela y estudiamos juntas hasta el último año en que nos graduamos.

El problema con ella inició cuando en nuestro último año a mí me gustaba un chico llamado Ángel, ella lo sabía perfectamente, los últimos días de clases me di cuenta de que ambos me engañaron y de hecho Jessica hasta quedo embarazada a los 18 años antes de graduarnos.

Cuando me di cuenta de todo ella intentó disculparse conmigo, pero jamás la escuche y solamente me aleje de su vida.

Poco después empezaron los problemas en mi familia, mi padre me reprocho lo que había sucedido con Jessica y Ángel, él me dijo que Ángel era un buen hombre como para que yo estuviera con él pero que nunca tome la iniciativa de hacer algo, poco después ellos iniciaron mi compromiso con Erick.

De una u otra forma mi padre lo único que ha querido es que me case con alguien rico para ya no ´Depender de él` aunque realmente no se ha dado cuenta de que deje de depender de él desde hace mucho tiempo.

“¿Cómo has estado?”, dijo mirándome con un gran brillo en sus ojos.

“Bien, creo que salir de Nashville fue una de mis mejores decisiones”, dije haciendo que su rostro se pusiera un poco triste.

Ella no sabe lo que sucedió con mi familia y creo que piensa que escape por su culpa, pero la verdad es que supere hace mucho lo que ella y Ángel me hicieron, ya no guardo ningún rencor hacia ellos.

En ese momento su bebé empezó a llorar y ella lo saco del coche para empezar a arrullarlo.

“Se parece mucho a ti”, dije al ver el bebé, tenía la misma forma de la nariz de ella y los mismos ojos café claro.

“¿Crees?”, dijo mientras se formaba una gran sonrisa en su rostro.

“¿Es tu segundo hijo?”, pregunté y ella asintió.

“Ángel y yo nos casamos el año pasado”, dijo un poco temerosa por mí, pero yo solamente le sonreí.

“Me alegra que ambos sean felices juntos”, me acerque un poco a ella para ver mejor a su bebé, realmente era un hermoso bebé.

“¿Quieres cargarlo?”, me preguntó y yo asentí.

Tomé cuidadosamente al bebé y lo empecé a arrullar sus ojitos poco a poco se empezaron a cerrar hasta que se quedó completamente dormido.

“¿Cómo se llama?”, dije.

“Decidimos ponerle el mismo nombre que su padre”, dijo Jessica.

“Eres muy lindo pequeño Ángel”, dije mientras seguía arrullando al bebé, estaba tan concentrada viendo al bebé que no me di cuenta de que Jessica me veía muy sorprendida.

“Creo que serías una buena madre Olivia”, me dijo y yo me reí un poco.

“Espero no ser madre al menos en los próximos 5 años”, dije haciendo que ella riera.

“¿Te gustaría ir a comer algo? Hay una cafetería que vende cosas muy deliciosas”, me dijo.

“Claro”, dije sonriéndole, le regresé a Ángel y ella lo volvió a acostar en su coche.

Durante todo el camino ella me hablo sobre su otra hija, se llama Betty ya tiene 4 años y es una niña muy inteligente, pensando mandarla a la escuela antes porque es demasiado lista. Cuando llegamos a la cafetería ambas ordenamos algo para desayunar y empezamos a hablar.

“Olivia enserio lo siento por todo lo que sucedió”, me dijo, pero yo la interrumpí.

“Jessica no me fui de Nashville por tu culpa, si estuve enojada por mucho tiempo, pero luego ni siquiera los recordaba a ti y Ángel y ni siquiera guardé rencor hacia ustedes, de hecho, realmente me alegra poder volverte a ver y conocer a tu lindo bebé”, dije sonriéndole sinceramente.

Los ojos de Jessica se empezaron a cristalizar y yo la miré sorprendida.

“Realmente te he extrañado mucho todos estos años”, dijo mientras veía como unas lágrimas se empezaban a deslizar por sus mejillas.

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