El innombrable vive en New York -
Capítulo 21
Capítulo 21:
“¡Vaya que coincidencia! Sería un gran placer que nos visitaran en algunos de nuestros recitales”, dijo.
“Tenga por seguro que iremos a los de Nueva York”, dijo Leonardo tomando mi mano.
Miré a Leonardo quien me miro al mismo tiempo y me sonrió tiernamente.
“Se ven tan lindos juntos, realmente hacen una linda pareja”, dijo la mamá de Joyce.
“Lo sé “, dijo Leonardo mirándome con su sonrisa tierna que hacía que mi corazón se acelerara.
La fiesta de Joyce había sido muy linda, era una fiesta muy íntima ya que solamente habían sido invitados dos de sus tíos, su abuelita y nosotros que fuimos invitados sorpresa.
Como última instancia Leonardo y yo le compramos un enorme oso que encontramos en la tienda de conveniencia y Joyce lo recibió muy alegre y emocionada.
“No vuelvas a alejarte de tus papás y pórtate bien siempre”, dije acurrucándome para despedirme de Joyce.
“¡Gracias por todo Olivia!”, me dijo abrazándome.
“Espero que hayas tenido un lindo cumpleaños y te deseamos que cumplas muchos más”, dijo Leonardo acurrucado igual que yo.
Después de habernos despedido nos fuimos de la fiesta, ya era de noche, había bastante brisa lo hacía que fuera una noche muy tranquila.
“Que niña más linda”, dije mientras caminábamos hacia nuestras habitaciones.
“Ojalá hubiera sido yo así de lindo y amigable como ella”, dijo Leonardo riendo.
“¿Por qué?”, pregunte.
“Era muy tímido, no me gustaba hablar con las personas mayores”, dijo encogiéndose de hombros.
“Pero mira la ironía de la vida, ahora eres una persona muy admirada por otras personas en el ámbito de los negocios”, dije sonriéndole.
“Supongo que sí, aunque también soy odiado por el mismo motivo”, dijo riendo, negando con la cabeza.
“Supongo que también quieren ser conocidos como el diablo de Nueva York”, dije riendo, pero en el mismo momento deje de reír y me tape la boca.
M!erda, eso no se supone que debía decirle.
“¿Qué?”, dijo Leonardo riendo.
“Nada”, dije abriendo mis ojos muy sorprendida.
“No, ahora dime que fue lo que dijiste”, dijo mientras me empezaba a seguir.
“No”, dije mientras empezaba a correr.
Él empezó a correr detrás de mí, a los pocos segundos ya me había alcanzado y me tomo de la cintura antes de levantarme por los aires para girarme y quedar frente a él.
“Lo siento, no debí haber dicho eso”, dije riendo.
Leonardo me seguía sosteniendo de la cintura mientras se reía por mi nerviosismo, él me empezó a mirar fijamente cuando dejo de reír, el viento hacía que algunos de mis cabellos chocaran con mi rostro, él tomo uno de mis cabellos y lo deslizo detrás de mí oreja.
En ese momento tomo mi rostro con ambas manos y se empezó a acercar a mi hasta que nuestros labios se besaron.
Por un momento el tiempo pareció detenerse, solo nuestros cuerpos siguiendo el ritmo de nuestros labios, mi corazón se estaba acelerando y no sabía que haría si seguía latiendo de esa forma, Leonardo se separó de mí, cuando abrí mis ojos después de nuestro beso él me miraba con una sonrisa muy tierna.
Seguimos caminando en un completo silencio, de camino a nuestras habitaciones a lo lejos del mar se veía como caían algunos relámpagos tal vez llovería esta noche.
Cuando llegamos a nuestras respectivas habitaciones, ambos nos detuvimos y nos miramos, no encontraba la forma de despedirme para desearle una linda noche.
“Pase una linda noche”, fue lo único que se me ocurrió decir.
Me di la vuelta para entrar a mi habitación, pero él tomo mi mano, yo me giré para verlo, nos miramos directamente a los ojos por unos segundos cuando esta vez decidí yo tomar el primer paso y acercarme a él para besarlo.
Leonardo me tomo de la cintura mientras ambos nos besábamos, él abrió la puerta de mi habitación y ambos entramos en ella. Mientras nos seguíamos besando él me guio hasta la cama, yo me acosté en ella y él se puso encima de mí.
Sus besos lentamente empezaron a bajar a mi cuello mientras acariciaba mi v!entre con su mano, él se levantó un poco y se quitó la camisa, me tomé unos segundos para admirar su pecho muy bien tonificado y luego puse mis dos manos alrededor del cuello para acércalo a mí y seguirlo besarlo.
A lo lejos podía escuchar los truenos, lo único que nos iluminaba a Leonardo y a mí era la luz de los relámpagos que se veían a través de la ventana.
Empezó a pasar su mano sobre mi blusa hasta llegar a mis senos, él empezó a levantar lentamente mi blusa y mientras me besaba desde el v!entre, al llegar a mis pechos lo ayude para deshacerme de mi blusa.
Al mirarme solamente con sostén sonrió y empezó a acariciar mis pechos por encima del sostén, después de un movimiento rápido se deshizo de él dejando mis pechos a toda su disposición, se acercó a ellos y empezó a succionar uno de ellos haciendo que g!miera.
“Puedes gritar todo lo que quieras, porque nadie nos escuchara”, dijo antes de morder levemente la punta de mis senos haciendo que g!miera más.
Mientras jugaba con mis senos una de sus manos empezó a bajar lentamente hasta mis bragas y empezó a tocarme por encima de ellas.
En pocos minutos pude sentirme como mis bragas se empezaban a poner húmeda, Leonardo al notar eso se detuvo y me sonrió coqueto.
“¿Quieres que siga?”, dijo sonriéndome.
“Si”, dije haciendo que él me quitara toda la ropa quedando completamente desnuda.
Él se tomó unos segundos antes de subirse encima de mí y volviera a besarme en los labios, mientras lo hacía empezó a hacer un juego con sus dedos sobre mis partes íntima.
Empezó a deslizar su lengua lentamente hasta llegar a mis muslos, tomo ambas piernas y empezó a besar cerca de mi parte más sensible, se empezó a acercar cada vez más pero lentamente haciendo que yo no pudiera aguantar las ganas de g$mir.
Cuando sentí que su lengua llego a la parte más sensible de mi cuerpo salió un gran g$mido de mis labios. Él empezó a mover su lengua cada vez más rápidamente haciendo que llegara a mi máximo clímax, él sonrió al darse cuenta de que realmente estaba disfrutando esto.
Se alejó un poco de mí para quitarse los pantalones y quedar completamente desnudo al igual que yo, empezó a rozar nuestros genitales, mientras que yo ni siquiera era capaz de poder respirar normalmente, sentía la respiración entrecortada.
“Hazlo ya”, dije desesperada.
En ese momento él entro de golpe en mí y ambos g$mimos al mismo tiempo, empezó a moverse lentamente y poco a poco fue aumentando la velocidad.
“Sigue, no te detengas”, dije con la voz entrecortada.
Él siguió moviéndose salvajemente dentro de mi mientras seguía jugando con uno de mis pechos, cuando estábamos a punto de llegar a nuestro clímax acelero más la velocidad de sus movimientos haciendo que yo empezara a g$mir más.
Cuando al fin habíamos logrado obtener nuestra máxima satisfacción salió de mí y empezó a besar mi v!entre.
Lo tome del cuello y lo acerque a mí, de un movimiento rápido me gire para quedar encima de él.
“Es mi turno de jugar”, dije haciendo que él me mirara con una gran sonrisa.
Empecé a jugar con mi lengua con su punto más sensible y él empezó a bufar mientras apretaba la almohada, empecé a acelerar la velocidad de los movimientos con mi boca haciendo que él me tomara del cabello y lo jalara levemente, sonreí al saber que lo estaba excitando hasta sus límites, pocos minutos después él llego a su clímax.
En ese momento me volví a poner encima de él y cuando lo sentí dentro de mi empecé a moverme lentamente haciendo que él cerrara sus ojos y disfrutara de mis movimientos.
“Muévete más”, dijo con la voz muy ronca.
Su voz ronca me excitaba así que empecé a acelerar mis movimientos, él me tomo de los glúteos para ayudarme a moverme más rápidos, ambos empezamos a g$mir mucho cuando estábamos sintiendo que estábamos llegando a nuestro clímax.
“No te detengas”, dijo y yo me empecé a mover más salvajemente.
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