Capítulo 133:

“Pero ella no parece tener problemas con eso” ambos empezamos a reír.

Me levanté de nuevo y la tomé de la mano, nos salimos un poco del camino y empezamos a bajar sobre unas pequeñas gradas que llevaban hasta la playa, bajamos lentamente porque le ayudaba a Olivia a bajarlas con cuidado.

Caminé con ella de la mano cerca de la orilla del mar y me quedé admirando de hermoso dorado atardecer.

“Te juro que podría quedarme aquí contigo por el resto de mi vida”, apreté más su mano.

“Yo también”, inclino su cabeza en mi brazo.

Pase mi brazo alrededor de ella para acercarla a mi pecho, nos quedamos viendo hacía la nada por un largo tiempo, hasta que metí la mano en mi bolsillo y saque unas llaves, tomé su mano derecha y puse las llaves en su mano.

“¿Qué es esto?”, preguntó confundida al ver las llaves.

“¿Recuerdas que antes de casarnos me dijiste que tu sueño siempre había sido tener una casa alejada de la ciudad, en medio del bosque con una chimenea?”, ella asintió

“Esas son las llaves de esa casa”.

“¿Es enserio?” me miro muy sorprendida.

“Compré una casa en Canadá y es tal y como la describiste, estuve pensado de que podríamos irnos a vivir allí al menos por los primeros meses después de que nazca el bebé”, la miré y sus ojos se veían muy conmovidos y con algunas lágrimas.

“No lo olvidaste”, me sonrió.

“Jamás olvidaría la promesa que te hice ese día, te dije que compraríamos una casa así y nos iríamos a vivir allí”.

Ella no dijo nada más y simplemente me abrazo fuertemente, yo también la rodeé con mis brazos y le di un tierno beso en la frente.

Después de haber tocado la última nota del piano todas las personas presentes se levantaron de sus asientos y todo el lugar se llenó de aplausos.

Me levanté de mi asiento e hice la despedida de cortesía y después de eso caminé a las escaleras del escenario, Leonardo estaba esperándome allí para ayudarme a bajar.

“Estuve tan excelente como siempre”, dijo cuando empezamos a caminar hacía nuestra respectiva mesa.

“Habría tocado por más tiempo de no haber sido porque me siento un poco sofocada con este gran v!entre”, hice una mueca y Leonardo rio

“Por cierto, ¿Dónde está Iván? Dijo que quería presentarme ante su socio porque es un era un admirador mío desde Francia”.

Este es un evento que Iván había organizado por parte de su empresa, era como una celebración por cumplir sus primeros 3 años.

Iván había invitado a uno de sus socios más importantes y fue una gran casualidad saber que él era un gran admirador mío como pianista.

Con todo esto de la empresa y el embarazo me había convertido un poco exclusiva con el lugar y las personas para las que tocaba, recibía muchas ofertas para tocar en diferentes lugares, así que prácticamente mi vida estaba divida en dos:

Era una gran empresaria y también una pianista ´De categoría profesional` o al menos eso era lo que se dice de mí.

“Lo vi salir, no debe tardar en regresar” respondió Leonardo.

Buscamos nuestra mesa y nos sentamos allí.

“¿Te imaginas que yo también me volviera un gran pianista profesional como tú?”, dijo Leonardo.

“¿Estás intentando quitarme mi popularidad?”, dije bromeando.

“¿Cómo podría? Las personas pagan grandes cantidades de dinero para verte tocar, creo que en mi caso solamente tu estarías en mis recitales”, el empezó a reír,

“Estaría felizmente acompañándote, aunque no llenaras grandes teatros dije y él siguió riendo, Leonardo y yo seguimos hablando cuando vimos entrara Iván, Jessica y Betty, todos venían tomados de las manos.

“Allí viene la familia feliz”, dije sonriendo,

Después de todo este tiempo en el que Iván había estado enamorado e insistiendo por el amor de Jessica finalmente decidieron darle una oportunidad a su relación.

Fue un gran dilema el inicio de su relación, por una parte y como ya casi todos sabían Iván estaba locamente enamorado de ella desde que éramos adolescentes.

Y por otro lado Jessica también empezó a sentir cosas por mi hermano, poco a poco su corazón se conmovió al ver la actitud tan paternal que tenía él con Betty.

Pase los últimos días tratando de sacarle algo a Jessica para saber si ella sentía algo por él y al final me dijo que si, que también sentía algo por él pero que creía que él jamás la querría por tener dos hijos y ser una mujer divorciada.

Casi doy un grito al suelo al escuchar eso ¡A Iván ni siquiera le interesaba eso! ¡Él la seguía amando de igual forma!

Durante todo este tiempo se ha encariñado de Betty y el pequeño Ángel que creo que hasta los trata como si fueran sus propios hijos.

“¡Olivia!”, dijo Betty muy emocionada al verme, salió corriendo hacia mí para abrazarme

“¿Cuándo saldrá de tu estomago mi primito?”

“Muy pronto Betty” le sonreí.

“Pero miren quienes están aquí ¡La gran pareja de la noche!”, dijo Leonardo refiriéndose a Jessica e Iván.

“Deberíamos de recibir algún tipo de regalo como agradecimiento por su parte por haberlos ayudado a estar juntos”, dije entrecerrando los ojos, Jessica solo empezó a reír.

“Unas vacaciones en Italia o en las playas de México no estarían mal”, dijo Leonardo bromeando, haciendo que todos riéramos.

“Por cierto ¿Cuándo nacerá el bebé?”- preguntó Jessica,

“El doctor dijo que solamente me quedaba una semana más, aunque creo que este bebé quiere salir lo antes posible” hice una mueca.

“¿Entonces si se irán para Canadá?”, preguntó Iván.

“Si, nos iremos por al menos seis meses” respondió Leonardo.

“¿Podremos ir a visitarlos en navidad?”, preguntó Betty un poco triste.

“No nos iremos por mucho tiempo Betty” le sonreí

“Y si, podrás ira visitarnos, cortaremos un pino y lo decoraremos juntas para navidad ¿Te parece?”

“Si” tomé mi mano muy alegre.

Después de esa conversación Leonardo e Iván se fueron a hablar con algunos socios, Leonardo le quería presentar a unos socios de Europa que estaban interesado en la empresa de Iván.

“Iván y yo hemos pensado comprar una casa en Nashville”, dijo Jessica y yo la miré muy sorprendida.

“¿Enserio?”, dije muy alegre.

“Queremos recordar nuestras raíces y nuestros tiempos de juventud, además a Betty le encanta la idea de regresar a Nashville para estar con sus antiguos amigos. Ahora que no está Ángel, no tendremos ningún problema si regresamos”, dijo con una media sonrisa.

“Me alegro mucho por ustedes”

“Gracias” yo la mire confundida.

“¿Por qué?”, pregunté confundida.

“A pesar de todas las cosas malas que te hice, cuando nos volvimos a reencontrar en Nashville, tú volviste a confiar en mí y jamás olvidaré eso, has hecho más cosas que cualquier persona ha hecho por mí, siento que ya no somos unas simple amigas, siento que somos casi como hermanas”.

No sé si era por el embarazo, pero cada una de sus palabras hizo que mi corazón se conmoviera tanto, le sonreí y ambas nos abrazamos.

“Creo que hasta mi bebé se conmovió tanto por tus palabras”, dije tocando mi v!entre al sentir que me dio una gran patadita.

“¿Enserio?” ella puso su mano en mi v!entre y empezó a sentir como se movía mi bebé.

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