El innombrable vive en New York -
Capítulo 134 (FIN)
Capítulo 134: (FIN)
Yo sonreía al sentir los movimientos de mi bebé, se estaba moviendo más delo normal, poco a poco mi sonrisa se empezó a borrar al sentir un dolor intenso.
“¿Estás bien?” me preguntó Jessica al ver mi expresión.
“Si, solo quiero levantarme para tomar un poco de aire fresco”, dije y ella asintió.
Ella me extendió la mano y yo la tomé, en el momento que yo tomé su mano sentí algo mojado entre mis piernas, abrí los ajos muy sorprendida y miré el suelo.
“Olivia sete rompió la fuente”, dijo Jessica sorprendida.
“Ya viene mi bebé”, dije muy sorprendida,
“Siéntate de nuevo, llamaré a Leonardo para que te lleve al hospital”, ni siquiera le respondí por el dolor que empecé a sentir.
Unos pocos minutos después llegó un Leonardo muy asustado,
“¿Estás bien?”, dijo mirándome de pies a cabeza.
“No, creo que ya viene el bebé”, empecé a hacer los ejercicios de respiración que me había enseñado mi doctora cuando estuviera en este momento.
Iván y Leonardo me ayudaron a llevarme al auto, Leonardo empezó a conducir como alma que lleva el diablo hacia el hospital, cuando llegamos, entramos por la sala de emergencias, al verme en mi estado actual me llevaron inmediatamente a la sala de partos.
El trabajo de parto inició, mi frente estaba llena de sudor y yo pujaba con todas mis fuerzas. Unos minutos después entró Leonardo con un traje celeste como el que llevaban puestos los doctores en la sala, él me tomó de la mano.
“Tú puedes amor” me dijo Leonardo.
Yo cerré los ojos con fuerza y seguí pujando, no sé cuánto tiempo paso cuando de repente escuche el llanto de mi bebé, el hermoso llanto de mi bebé.
“Felicidades, es un varón”, dijo una de las enfermeras.
Limpiaron a mi bebé y luego me lo dieron y lo puse en mi pecho, Leonardo y yo estábamos llorando al ver a nuestro pequeño bebé.
“Hola cariño, bienvenido a tu nuevo hogar”, dije sintiendo su pequeño cuerpecito encima de mi pecho.
“Hola bebé”, dijo Leonardo tomando su pequeña manita para darle un beso.
…
El amor que no dejó de florecer. Tantos después.
Abrí el horno con cuidado y mire nuevamente para asegurarme de que estuvieran quedando bien, ya casi estarían, quizás le faltaban unos cinco minutos de más, cerré el horno y le baje la llama del horno para que se terminaran de cocinar con el calor que había quedado dentro.
Tomé mi taza de café que estaba en el mueble y empecé a caminar por toda la casa hasta llegar al porche del patio, recosté todo el peso de mi cuerpo sobre el marco de la puerta y me quedé viendo como mi hijo jugada con su bicicleta.
En ese momento sentí como dos brazos rodearon mi cintura, me di la vuelta y Leonardo me dio un beso en los labios.
“¿Qué estas preparando que huele tan delicioso en la cocina?”, preguntó Leonardo.
“Estoy preparando sus galletas favoritas” respondí.
“¿Acaso nuestro hijo no es igual de atractivo que su padre?”, dijo bromeando Leonardo.
“No, creo que se parece más a mí” bromee.
“Así que al fin lo logramos”, dijo y yo lo mire un poco confundida
“Logramos crear una hermosa familia en la casa de nuestros sueños”.
“Si, y no podría estar más feliz teniendo a mis dos hombres favoritos a mi lado”, dije sonriendo.
“Yo también, no podría estar más feliz con ustedes dos a mi lado”.
Ambos nos quedamos en silencio mientras seguíamos viendo a nuestro hijo jugar en su bicicleta.
“Estaba pensando de que tal vez ya sería tiempo de que le enseñaras a nuestro hijo a tocar el piano, quien sabe y heredo tus habilidades musicales” susurro Leonardo cerca de mi oído.
“La otra vez que estábamos jugando monopolio me di cuenta de que tal vez le vaya mejor en los negocios, te dejo en bancarrota en casi una hora” lo mire con una sonrisa burlona.
“Lo deje ganar” se encogió de hombros.
“¿Enserio?” alcé una ceja
“No parecía que lo hubieras dejado ganar cuando le pediste revancha dos veces seguidas” empecé a carcajearme.
“Fue a propósito”, dijo escondiendo una sonrisa burlona.
“¡Bradley!” cuando lo llame él me volteó a ver
“¿Quieres comer galletas?” sus ojos se abrieron con mucha sorpresa y se dibujó una gran sonrisa en su rostro, dejó la bicicleta de lado y corrió hacia nosotros aquél pequeño niño de cabello castaño y ojos azules.
“¿Todo bien campeón?” le dijo Leonardo.
“Di cien vueltas en el patio”, dijo Bradley muy entusiasmado.
“Tal vez deberías de enseñarle a tu papá, ni siquiera sabe andar en bicicleta”, dije haciendo que Bradley y yo empezáramos a estallar a carcajadas.
“Hasta mamá sabe andar en bicicleta ¿Cómo es que tú no?”, dijo Bradley riéndose.
“Creo que es mejor que vayamos a comernos esas galletas”, dijo Leonardo entrando de nuevo a la casa.
Bradley y yo caminamos juntos a la cocina, él me ayudó a servir vasos con leche para acompañarlo con las galletas de chispas de chocolate que había preparado.
Cada vez que veía a mi hijo no podía evitar que mi corazón se llenara de tanta alegría, jamás pensé llegar a amar a una persona como amo a mi pequeño Bradley.
Le pusimos Bradley en su honor ya que su nombre y toda su esencia siempre seguirá viviendo en nuestros corazones.
Todos nos sentamos a comer, me encantaba ver a Bradley metiendo la punta de la galleta sobre el vaso de leche, la dejaba allí por unos 15 segundos y después la saboreaba en su boca.
“Están deliciosas”, dijo Leonardo probando las galletas.
Bradley se comió al menos unas 5 galletas y después me miro con una gran sonrisa, reí al ver que todos sus dientes tenían pedazos de chocolate entre sus dientes.
“¿Puedo ir a jugar de nuevo?”, preguntó emocionado.
“Ve a lavarte los dientes primero” le respondí.
“¡De acuerdo!”, dijo antes de salir corriendo a su habitación.
Estaba a punto de decirle algo a Leonardo cuando escuche los pasos apresurados de Bradley acercarse de nuevo a la cocina.
“Gracias por las galletas mamá, estaban deliciosa” se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla
“Te amo mami”.
Sentí como mi corazón se conmovió ante sus dulces palabras, le dedique una tierna sonrisa y toque su mejilla.
“Yo también te amo cariño”.
…
De la más pequeña casualidad surgió un gran amor, ¿Te imaginas haber conocido al amor de tu vida unos años atrás y que por casualidades de la vida el destino vuelve a darles una segunda oportunidad y esa persona se presenta una vez más frente a tu puerta?
Al menos eso le sucedió a Iván Baldinelli después de volver a reencontrarse con su gran amor de la adolescencia, él y Jessica decidieron dar un paso más adelante y comprometerse, poco tiempo después se dieron cuenta que ellos estaban destinados a estar el uno con el otro.
Dos años después de la boda de su hermana Iván decidió proponerle matrimonio a Jessica y se casaron en agosto de ese mismo año, la pequeña Betty y el pequeño Ángel le dieron la bienvenida a su nuevo hermano llamado Joe.
Las buenas noticias no dejaron de llegar, porque las familias Spinter y Baldinelli se convirtieron en una de las familias más poderosas de todo Nueva York.
Spinter Enterprises, Strike Enterprises y Bendome Corporation se fusionaron para formar una sola empresa llamada S£8B Corporation la cual en menos de un año se había expandido en la mayoría de todos los países del mundo.
Jared una vez más en un intento de hundir a Olivia volvió a revelar cosas de su pasado cuando todavía estaban juntos de Paris, a Leonardo y Olivia no dio nada de gracia lo que él había dicho y ella decidió demandarlo por difamación.
Al final ella termino ganando la demanda y ahora Jared jamás podrá volver a hablar en mal de Olivia a menos que quiera pagar una gran cantidad de millones.
18 años después de haber estudiado administración de empresas en la universidad, Bradley consiguió graduarse con honores de la universidad, tal y como todas las personas cercanas a sus padres habían dicho ´Él tendrá la ambición de su padre y la inteligencia de su madre`
Un par de años después S4B Corporation le dio la bienvenida al nuevo heredero de esa empresa.
Está de más decir que, aunque la historia de Olivia y Leonardo parecía sacada de un cuento de fantasías, ellos solían tener problemas o discusiones tal y como una pareja normal.
La única diferencia entre ellos y las demás parejas era que a pesar de cualquier problema su amor era tan profundo que ambos sabían que no serían capaces de vivir separados.
Cada año van a Nashville a celebrar su aniversario, siempre van al mismo bar en el que se conocieron por primera vez, casi inmediatamente al entrar a ese lugar los recuerdos empezaban a reproducirse en la mente de Leonardo Spinter, 20 años después y él sigue sin arrepentirse de haber visitado aquel pequeño pueblo en donde finalmente conoció a la que él llamaría el amor de su vida.
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FIN
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