El innombrable vive en New York -
Capítulo 131
Capítulo 131:
Después del día en el que le había dicho a Leonardo que estaba embarazada al día siguiente fuimos a la casa de mis suegros para contarles.
Tenemos planeado contarles a mis padres este fin de semana, iremos a Nashville solamente para eso.
Por otro lado, Iván ya lo sabe y también lo sabe y se puso muy alegre por nosotros, también está muy emocionado por ser tío.
“Iré a tomar agua”, dijo Betty levantándose de la arena.
“Tráete una botella de agua a mamá también”, dijo Jessica, aunque Betty ni siquiera la alcanzo a escuchar porque salió corriendo hacia el interior de la casa
“Creo que ni siquiera me escuchó”
“Yo también tengo un poco de sed, si quieres entremos de nuevo a la casa”, dije y ella asintió.
Ambas empezamos a caminar hacia la casa, mientras caminábamos nos dábamos pequeños empujones jugando, subimos las gradas que llevaban hacia la a Casa.
“¿Sabes? He logrado ahorrar lo suficiente y finalmente me puedo mudar a otro lugar y así puedas volver a mudarte a tu departamento”.
“No me molesta para nada que los chicos y tu vivan en el departamento, de todas formas, ahora vivo con Leonardo” me encogí de hombros.
“Eres muy considerada con nosotros”, la voz de Jessica fue interrumpida.
“¡Mami, papi está aquí!”, dijo Betty apareciendo de la mano de Ángel.
Jessica y yo casi inmediatamente nos congelamos, él no estaba invitado a la fiesta y por la expresión en el rostro de Jessica tampoco le alegraba verlo aquí.
“¿Alicia puedes llevarte al bebé a otro lado?”, dijo Jessica seria.
La niñera quien sostenía en sus brazos al bebé entro a la casa y desapareció.
“¿Tampoco me dejaras ver a mi hijo?”, dijo Ángel alzando una ceja.
“Cariño ¿Por qué no vas a la casa y traes algunos de tus juguetes para que se los muestres a tu papá?”, le dijo Jessica a Betty.
“¡Si!”, dijo ella muy emocionada.
Jessica me hizo una mirada que sabía perfectamente lo que significaba.
“Vamos Betty te acompañare”, dije estirando mi mano, ella corrió a mi lado y ambas empezamos a caminar hacia el interior de la casa, cuando pase al lado de Ángel solo se rio.
Cuando entramos a la casa fuimos a la sala en donde estaban algunos de los regalos que le habíamos comprado, ella empezó a revolverlos todos tratando de buscar uno para mostrarle a su papá.
“¿Cuál crees que debería mostrarle a papá?”, preguntó Betty.
“El que más te guste” casi no le puse atención a Betty por estar viendo hacia el patio de la casa para asegurarme de que todo estuviera bien con Jessica.
Ella siguió revolviendo lodos sus juguetes, escuché como Ángel empezaba a elevar el tono de voz y empecé a ponerme más alerta,
“¿Por qué está gritando papá?”, preguntó Betty dejando: de lado sus juguetes y yo prestándole atención a la voz de su papá,
“No pasa nada cariño, ¿Encontraste el juguete?”, dije un poco impaciente.
“Si, creo que le enseñaré este”, dijo la niña.
“¿Le enseñaste tus juguetes a tu hermano?” le pregunté.
“No”.
“Ve con Alicia y muéstraselos antes a tu hermano, ya sabes que después se pone a llorar si no juegas con él”, dije y ella asintió.
La lleve rápidamente a la segunda planta en donde estaba Alicia con el bebé, cuando entramos Betty salió corriendo hacia su hermanito para mostrarle sus juguetes.
Me acerqué a Alicia para que no me escuchara Betty.
“No dejes que Betty salga, no quiero que escuche la discusión de sus padres”.
“Está bien” Alicia asintió con la cabeza.
Empecé a caminar hacia la puerta de la habitación cuando escuché gritos de Jessica desde el patio de la casa.
“No dejes entrar a nadie más a la habitación” le dije rápidamente a Alicia y ella asintió.
Antes de salir de la habitación le puse seguro para que nadie la pudiera abrir desde afuera, baje las escaleras corriendo y fui al patio de la casa.
Ángel le estaba jalando el cabello a Jessica con una mano y con la otra la estaba golpeando.
“¡Eres una maldita p$rra!”, le gritó Ángel mientras que Jessica trataba de cubrir su rostro para no recibir más golpes
Tomé uno de los jarrones que estaba en la sala y corrí hacia donde estaban ellos, cuando estuve cerca le pegue con el jarrón en la cabeza a Ángel haciendo que se quebrara.
“¡Suéltala maldito imbécil!”, empecé a golpearlo con todas mis fuerzas.
Ángel dejó de golpear a Jessica y la empujo tan fuerte que la hizo caer en la piscina.
Ni siquiera pude acercarme a la piscina porque Ángel empezó a caminar hacía mi amenazante. Toda su frente estaba llena de sangre por el golpe que le había dado con el jarrón.
“Tú eres la z%rra que le ayudó a conseguir abogados para que me quitara a mis hijos”, se empezó a acercar amenazante.
Empecé a retroceder rápidamente, en un instante empecé a correr hacia el interior de la casa y él corría detrás de mí mientras me gritaba muchos insultos.
“¡Ven aquí maldita p$rra!”, dijo logrando agarrarme del cabello.
“¡Suéltame!”, intenté liberarme de su agarre, pero no pude.
“Tú también me las pagaras” de un movimiento rápido me tiro contra el suelo haciendo que me golpeara la cabeza muy fuerte.
Regresó hacia la puerta trasera que daba hacia el patio y la cerro con llave justo antes de que Jessica pudiera entrar a la casa.
“¡Déjala imbécil ella no tiene nada que ver!” grito Jessica desde afuera.
Ángel la ignoro y volvió a regresar hacia donde estaba yo, antes de que él llegara a mi lado logre levantarme y corrí a la cocina.
Estuve a unos pocos centímetros de tomar un cuchillo para defenderme cuando nuevamente me tomó del cabello y empezó a jalar de él haciendo que yo gritara del dolor.
Me tiro nuevamente al suelo y tomó el cuchillo que antes quería tomar yo.
“¿Querías esto?”, preguntó mostrándome el cuchillo
“No tuviste que haberte metido en nuestros asuntos” en ese momento me dio una patada en las costillas haciendo que hasta me quedara sin aire
“¡No debiste haberte metido z%rra!” intenté cubrirme lo suficiente para que no me siguiera golpeando en el estómago.
“¡Ángel déjala, está embarazada!” grito desesperadamente Jessica mientras golpeaba la puerta intentando entrar en la casa.
“Te enseñaré que se siente perder un hijo”, sonrió con cada palabra que pronunció.
“¡Ángel déjala!”, grito de nuevo Jessica.
Ángel volvió a darme una patada, pero esta vez en el rostro, sentí como empezó a dolerme todo el rostro y a sentir un gran ardor.
Me hice una bolita tratando de protegerme inútilmente de sus golpes, sentí otro golpe en mi espalda y después otro, cerré mis ojos con fuerza simplemente esperando quizás el momento de mi muerte.
“¡Maldito imbécil!” esta vez escuche la voz de Leonardo
Me di la vuelta y vi como Leonardo empezó a golpear con tanto odio a Ángel quien ahora se encontraba en el suelo recibiendo los golpes de Leonardo e Ívan.
Cuando Ángel se quedó cas! inconsciente en el suelo Leonardo se acercó a mí muy preocupado,
“Lo siento tanto cariño”, dijo mirándome con lágrimas en sus ojos.
…
8 meses después.
“¿Cariño estas lista?” me preguntó Leonardo desde la sala.
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