El innombrable vive en New York -
Capítulo 12
Capítulo 12:
Al final Leonardo pidió la suite presidencial que solamente tenía una cama, fuimos a nuestra habitación, era bastante grande pero la única desventaja es que solamente había una cama.
“No se preocupe, yo puedo dormir en el sofá”, dije haciendo que él alzara una ceja.
“Las mujeres creo que necesitan más privacidad, creo que usted debería de dormir en la habitación”, dijo y yo negué con la cabeza.
“No hace falta, a veces me quedo dormida en el sofá de mi casa, estoy muy acostumbrada”, mentí.
“Bueno, si realmente insiste”, dijo encogiéndose de hombros, empezó a arrastrar su maleta hacia la habitación, yo me tiré en el sofá.
Deje mi maleta junto al sofá.
“Creo que deberíamos de ir al recital que usted mencionó antes”, dijo Leonardo desde la habitación.
Empecé a brincar de la emoción tratando de ser lo más silenciosa posible para que no me escuchara actuar como una niña pequeña.
“¿Compro los boletos?”, dije tratando de ocultar mi emoción.
“Los compraré ahora mismo”, dijo saliendo de la habitación mientras veía su celular.
Cuando se llegó la noche me encerré en el baño para vestirme para ir al recital, por suerte había empacado un vestido rojo que me quedaba un poco arriba de las rodillas y era muy suelto de la falda con algunos pliegues, me puse unos tacones color beige e hice algunas ondas con la plancha en mi cabello y me maquillé un poco.
Cuando eran exactamente las 8:00 pm salimos del hotel hacia el teatro, el recital empezaría a las 9:00 pm, cuando llegamos Leonardo me empezó a guiar hacia nuestros asientos, me sorprendí al darme cuenta de que estaríamos en la segunda planta en donde solo hay asiento para dos personas.
La temática del recital de esta noche era los soundtracks de películas que eran muy populares, empezaron con Bella’s Lullaby, el sonido del piano realmente erizaba mi piel, la melodía se escuchaba mil veces mejor que escucharla simplemente con audífonos.
“Jamás había escuchado esa canción”, dijo Leonardo.
“Entonces jamás vio crepúsculo”, pregunté y él negó con la cabeza.
La última canción del recital fue la más conmovedora fue la canción de Tennesse de Pearl Harbor, fue tan hermosa que hasta provoco que algunas lágrimas se escaparan de mis ojos. Al final todos nos levantamos para aplaudir.
“¿Qué tal le pareció?”, pregunte mientras seguía aplaudiendo.
“Me gustó mucho el final”, dijo aplaudiendo.
Después de salir del teatro Leonardo me pregunto si quería ir a comer, fuimos a comer a un restaurante cercano y luego regresamos al hotel.
“Buenas noches”, dijo él antes de entrar a la habitación.
“Buenas noches”, dije yo mientras me empezaba a acomodar en el sofá.
Después de unos minutos luchando para poder dormirme al fin lo logré y me quedé completamente dormida.
Al día siguiente cuando desperté me sentí tan feliz, me sentía tan cómoda en el sofá, realmente se sentía más espacioso que la noche anterior, en ese momento abrí los ojos como platos y empecé a ver hacia todos lados, estaba en la habitación.
Me levanté rápidamente de la cama y corrí hacia la sala y vi que Leonardo era quien dormía en el sofá.
1 mes después.
En este último mes me había dado cuenta porque Leonardo era conocido como el diablo, después de que los inversores pusieran mayor inversión en otra empresa llamada Marks Enterprises, cerró un trato con el director de la empresa y la compró por $150 millones de dólares.
Para Spinter Enterprises gastar esa cantidad era como para cualquier persona normal gastar 5 dólares en un simple café, cuando compró la empresa obviamente paso a llamarse Spinter Enterprises y sacó a los inversores con que había hablado él.
A pesar de la insistencia de esos inversores por regresar a la empresa de Leonardo él se negó y ni siquiera les permitió reunirse con él.
Ahora que tiene otra empresa en Nueva York tiene que estar a cargo de ambas, las últimas semanas ha estado bastante ausente en el edificio principal por estar en el otro.
Leonardo me dejo en esta empresa porque dijo que le sería de más ayuda si seguía aquí, así que no lo he visto en las últimas tres semanas.
“¿Olivia quieres acompañarnos a almorzar?”, me preguntó Carolina desde su escritorio.
“Claro”, dije sonriéndole.
Cuando llego la hora del almuerzo Carolina y yo bajamos y esperamos a Abigail y Gabriel quienes se tardaron algunos minutos en bajar.
“Necesito salir de este lugar urgentemente”, dijo Gabriel, parecía un poco estresado.
“¿Por qué esa rostro?”, pregunto Carolina.
“No me preguntes como, pero creo que estas tres semanas que el Señor Spinter ha estado ausente mi departamento ha presentado más retrasos y problemas, estamos tratando de resolverlo lo más antes posible antes de que él regrese”, dijo, se podía ver que llevaba varias noches que se había desvelado, tenía unas grandes ojeras.
“¿Olivia sabes cuándo regresara?”, dijo un poco asustado.
“No, y aunque me lo dijera sabes perfectamente que no es seguro por su agenda, puede que venga antes o después”, dije haciendo que él bufara.
“Lo sé”, dijo Gabriel.
“Conozco el lugar perfecto en donde te quitaras esa rostro de muerto viviente”, dijo Abigail.
Pedimos un taxi y fuimos al lugar que Abigail había mencionado, era un bar en donde también vendían almuerzos y cenas, Gabriel pidió una cerveza y empezó a tomarla como si fuera agua.
“Maldición, necesitaba algo así”, dijo Gabriel un poco más alegre.
“¿Vieron al nuevo director del departamento de finanzas?”, pregunto Abigail mientras tomaba de su bebida.
“No”, dije y todos me miraron sorprendidos.
“¿Estás loca? ¿Cómo es que no te has dado cuenta?”, dijo Carolina sorprendida.
“Hasta yo lo sé que estoy contigo todo el tiempo”.
“¿Quién es?”, dije riendo.
“Es guapísimo”, dijo Gabriel.
“Una vez lo encontré mientras esperábamos el ascensor, fueron los dos minutos más hermosos de mi vida, les juro que su voz te da un algo, quieres que te empuje contra la pared y te haga…”, la interrumpí.
“Creo que ya sé cuál es el punto”, dije riendo.
“Creo que te gustaría mucho”, dijo Carolina.
“¿Cómo es?”, pregunte.
“Es alto, su traje le queda tan ah…”, dijo Abigail suspirando.
“Su cabello es rubio y sus ojos parecen el mismo cielo”.
“Jamás había visto un azul como sus ojos”, dijo Gabriel suspirando.
“Escuche que le gustan las chicas”, dijo rodando los ojos.
“¡Que emoción!”, dijeron Carolina y Abigail emocionadas.
“Entonces es alto, su traje le queda a la perfección, es rubio de ojos azules ¿De casualidad su cuerpo se ve tonificado como si fuera al gimnasio?”, pregunté mientras veía a un hombre entrando al bar con las mismas características que ellos acababan de decir.
“Si, ¿Entonces si lo conoces?”, preguntó Gabriel.
“No, solo lo veía a él y parecía la imagen perfecta de la descripción que acababan de decirme”, dije, todos miraron hacia la entrada del bar en donde se encontraba él, Gabriel escupió su cerveza al verlo.
“¡Es él!”, dijo sorprendido.
“Por favor disimulen, o se dará cuenta que lo estamos viendo todos”, dije riendo.
“¿Verdad que es muy atractivo?”, dijo en voz baja Carolina.
Lo volví a ver disimuladamente mientras él caminaba hacia una mesa sola que estaba a un par de mesas de nosotros, realmente era muy atractivo.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar