El innombrable vive en New York -
Capítulo 11
Capítulo 11:
“Bueno creemos que esos datos tal vez no han sido del todo verificados porque…”, Leonardo interrumpió al inversionista.
“¿Está diciendo que mi asistente está mintiendo?”, dijo alzando una ceja.
“¿O está tratando de justificar su salida de Spinter Enterprises?”, dijo haciendo que ellos se quedaran callados.
“Bueno es que creemos que nuestras inversiones también podrían crear lazos amistosos con esa otra empresa que también es de autos”, dijo uno de los inversores.
“Bueno, gracias por su tiempo caballeros”, dijo Leonardo levantándose, yo hice lo mismo.
“Señor Spinter espero que…”, ni siquiera pudo terminar de hablar el inversionista cuando Leonardo ya había salido de la habitación.
Yo empecé a seguir a Leonardo.
“Quiero que se contacte con el Director Ejecutivo de Marks Enterprises”, me dijo Leonardo mientras ambos caminábamos hacia la salida.
“¿Qué piensa hacer?”, pregunte curiosa y él sonrió de lado y se detuvo para mirarme.
“Pienso comprar la empresa y dejarlos fuera de la lista de inversionistas de ambas empresas”.
Cuando salimos de la fiesta nos subimos a la limosina y Leonardo iba concentrado viendo algo en su celular mientras que yo iba concentrada viendo las luces de la cuidad.
Por un momento empecé a imaginarme como si esta fuera mi vida y yo fuera el CEO de alguna empresa exitosa, probablemente mis padres se sentirían más orgullosos de mí y no quisieran que me casara con alguien para tener un buen futuro.
Recuerdo la respuesta que mi padre me dio cuando le pregunte porque me obligaba a casarme con Erick si ni siquiera lo conocía y solamente dijo:
“Es la única forma en la que lograras llegar lejos y es la única forma en la que tu madre y yo nos sentiremos orgullosos de ti” A veces me pregunto si mis padres también fueron igual de duros con mi hermano mayor.
Iván nunca logro sobresalir en la escuela, de hecho, llevaba las peores calificaciones y sin embargo siempre lo prefirió mi padre por encima de mí, todos esos años siempre luche en sobresalir en cualquier cosa para que mis padres vieran mis esfuerzos, pero nunca lo hicieron.
¿Qué habría sucedido si Iván nunca hubiera huido?. Tal vez ya me habría graduado de la universidad y ahora estuviera trabajando y ahorrando para comprar mi propia casa.
Tal vez habría hecho más amigos o tal vez nunca habría perdido a mis amigos de la escuela porque nunca asistí a sus fiestas o cumpleaños porque siempre estaba trabajando para ahorrar para la universidad.
Sentí como mis ojos empezaban a cristalizarse y rápidamente abrí la ventanilla del auto y me giré completamente para que Leonardo no me viera como algunas lágrimas amenazaban con salir.
“Hoy hizo un buen trabajo Olivia”, dijo Leonardo, cada vez que me llamaba por mi nombre causaba la misma expresión de sorpresa en mí, sonreí un poco triste y luego lo miré.
“Gracias”, dije con una media sonrisa.
“Regresaremos mañana mismo a Nueva York, saldremos a las 10:00 am así que prepare sus cosas”, dijo y yo solo asentí, espere a que el mencionara algo más pero no lo hizo, así que regrese mi vista hasta la ventanilla para seguir viendo la cuidad.
“Es muy bella la cuidad por la noche”, dije viendo la ventanilla.
“Lo es”, afirmó Leonardo.
Llegamos al hotel, ambos subimos a nuestras respectivas habitaciones y cuando estaba a punto de entrar a mi habitación él hablo.
“Buenas noches, Olivia”, dijo abriendo la puerta de su habitación que estaba frente a la mía.
“Buenas noches”, le respondí antes de cerrar la puerta.
Me miré en el espejo y sonreí, realmente me veía muy linda esta noche, quería salir a divertirme con alguien, pero ni siquiera conocía a nadie solamente a mi jefe y por obvias razones no saldría con él.
Tomé mi celular y me tomé algunas fotos antes de quitarme el vestido.
Pensaba subir mi foto a mis redes sociales, pero todos se empezarían a preguntar dónde estoy y por qué había desaparecido durante todo este tiempo.
Después de aquella vez en el taxi que mi madre me había llamado no había vuelto a recibir una llamada de ella, mi padre había dejado de llamarme a mi celular cuando empecé a enviarle dinero para la renta de la casa en donde viven ahora, creo que tal vez solo me llamaba para exigirme que los tenía que ayudar a salir adelante.
Me quite el vestido y lo guarde en mi maleta, me puse mi pijama y me dispuse a dormir.
Al día siguiente me desperté a las 7:00 am, tome una ducha y baje al restaurante del hotel para desayunar algo antes de que saliéramos hacia el aeropuerto, tome algunas frutas y unos panqueques del restaurante que era de tipo bufete luego me dirigí hacia una mesa vacía y empecé a comer.
Mientras desayunaba, en las bocinas del restaurante empezó a sonar música clásica sonreí al imaginarme a mí misma tocando el piano en un recital de música clásica, había escuchado que en Florida había un lugar en donde todas las noches siempre hacían recitales de música clásica, era una pena que no podría ir.
“Buenos días”, dijo una voz detrás de mí haciendo que me sobresaltara.
“Buenos días”, dije al ver que era Leonardo.
“Pensaba que fuéramos a otro lugar a desayunar, pero creo que se adelantó”, dijo antes de sentarse y poner su plato con comida sobre la mesa.
“Disculpé, anoche no comí nada y me levanté muy hambrienta”, dije y él me miro sorprendido.
“Tuvo que haberme dicho, habríamos ido a algún lugar a cenar”, dijo y yo negué con la cabeza.
“No hacía falta”, dije.
Seguimos comiendo en total silencio, Leonardo era un hombre que conocía muchos lugares, supuse que tal vez conocía ese lugar en el que hacían recitales de música, no pude resistir la tentación y le pregunté.
“¿Usted conoce sobre un lugar en donde hacen recitales de música clásica todas las noches aquí en Miami?”, pregunté.
Y él se quedó pensando algunos segundos.
“Creo que tal vez se refiere al teatro ´Olympia Theater and Office Building` recuerdo haber ido alguna vez a ese lugar, es hermoso”, afirmo.
“Olympia Theater and Office Building”, dije para mí misma para no olvidar el nombre.
“¿Le gusta la música?”, pregunto y yo asentí.
“Me gusta mucho”, dije.
Después de haber desayunado, regresamos a nuestras respectivas habitaciones para tomar nuestras maletas, Leonardo pago por la estancia en el hotel y luego su chofer nos llevó al aeropuerto, tomé mi celular y anoté el nombre del teatro en mi celular, si algún día regresaba a Florida tendría que visitar ese lugar.
Cuando llegamos al aeropuerto nos bajamos del auto y Leonardo y yo empezamos a caminar al avión privado cuando el piloto se acercó a Leonardo.
“Creo que no podremos regresar a Nueva York, al menos hoy no”, dijo el capitán.
“Uno de los motores del avión ha presentado una falla eléctrica y no creemos que sea seguro volar así, los mecánicos están arreglando el avión, pero no saben cuánto tardaran”, dijo.
“Capitán por favor asegúrese de que todo esté bien, no regresaremos a Nueva York si el avión no está en óptimas condiciones, sino consiga otro avión privado”, el capitán asintió y se alejó de nosotros.
Leonardo se dio la vuelta para mirarme con los ojos entrecerrados.
“¿Acaso usted sabía que el avión no iba a funcionar que hasta planeo algo para esta noche?”, dijo haciendo que yo empezara a reír.
“Por supuesto que no”, dije riendo.
“Fue pura casualidad mi pregunta sobre el recital de música”, dije haciendo que él riera.
“Bueno, creo que tendremos que regresar al hotel”, dijo mientras regresamos al auto.
Cuando regresamos al hotel, Leonardo volvió a pedir las mismas habitaciones, pero ya había sido reservadas por alguien más, la recepcionista le dijo que la única habitación libre era la suite presidencial la cual solo tenía una cama matrimonial.
Traté de hacer una reservación en otro hotel, pero todas las habitaciones estaban ocupadas menos la suite presidencial, al parecer ese día habría un concierto de un cantante muy famoso y había muchas personas que se habían hospedado en los hoteles más cercanos para ir a su concierto.
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