El innombrable vive en New York -
Capítulo 113
Capítulo 113:
“¡Me encanta!”, dijo Carolina emocionada.
“10 de 10”, dijo Abigail aplaudiendo.
“¡Eso dijeron del vestido anterior!”, dije riendo
“¡No me están ayudando!”
“Es que todos se te ven muy hermosos”, dijo mi mamá muy conmovida.
“Mis vestidos favoritos han sido este y el anterior”, dijo Jessica.
“Opino lo mismo”, dijeron al unísono los demás.
“¿Y si compras los dos?”, dijo mi mamá, yo la mire sorprendida
“No puedo a elegir entre ambos vestidos y cada vez que te veo con uno nuevo me dan muchas ganas de llorar”, dijo y yo corrí a abrazarla.
“Ay mami”, dije muy conmovida.
“No puedo más, he estado conteniéndome todo este tiempo para no llorar”, dijo Gabriel levantándose para abrazarnos a mi mamá y a mí.
De repente todos nos estábamos abrazando entre lágrimas de felicidad,
“¿Saben qué?”, dije viéndolos a todos
“Compraré ambos vestidos”, dije y todos se emocionaron.
Los dos vestidos que más me habían gustado eran totalmente diferente, el primero y que pensaba utilizar en la boda es uno tipo princesa, es muy pomposo y con escote tipo corazón y de hombros caídos.
El otro vestido no era tan pomposo, de pero seguía siendo un poco suelto de la falda y de arriba también era de hombros caídos con tela de encaje.
Últimamente había estado soñando en el momento que yo caminará junto con Le mi papá hacia el altar, en mi sueño veía que yo empezaba a llorar de la emoción, de espero que en la boda no llore porque se correrá todo mi maquillaje.
Casi todos los preparativos de la boda estaban listos, la mamá de Leonardo y mi mamá también nos estaban ayudando en los preparativos, aunque ciertamente ellas han hecho la mayor parte de todo.
Marianne y mi mamá estos últimos días que han estado juntas por los preparativos de la boda se han hecho grandes amigas, al parecer ambas comparten la misma obsesión y amor por Robbie Williams.
Marianne y mi mamá tienen unas enormes ganas de que Leonardo y yo bailemos Angel de Robbie Williams, aunque nosotros ya habíamos elegido bailar Lover, la otra canción será la segunda en la lista de reproducción de nuestra boda.
Ahora solo faltaban unos pocos preparativos como el de elegir la decoración y la comida de la fiesta y después ya todo estaría listo para que nos fuéramos a nuestra despedida de solteros.
…
“Bien, la reunión ha terminado por hoy”, dije y todas las personas que estaban sentadas alrededor asintieron y empezaron a tomar sus cosas
“¿Hay algo más en mi agenda Jessica?”, pregunté y ella empezó a leer la agenda.
“Asuntos de la empresa no, pero tiene que ir con su prometido a elegir la decoración y la comida para la boda”, dijo Jessica.
“Está bien”, dije pensativa
“¿Puedes encargarte de hacer el reporte de esta reunión y dejarlo después en mi escritorio?”
“Por supuesto”, dijo ella sonriéndome.
“Por cierto ¿Qué tal la niñera?” pregunte.
“Es todo un amor, Betty la quiere tanto porque salen a caminar todos los días, ella siempre la lleva a un parque que está cerca del departamento y juega allí toda la tarde”, dijo ella sonriendo
“Realmente es de gran ayuda Eli”.
“La otra semana iremos de vacaciones tal y como Iván lo había propuesto”, dije.
“¿Qué pasara con los asuntos pendientes de la empresa?” me preguntó.
“Quiero que organices los asuntos más importantes para el resto de esta semana y los que puedan esperar para después del viaje”, dije.
“Olivia son demasiados asuntos muy importantes, esta semana casi no tendrías tiempo”, dijo arrugando sus labios.
“Después del viaje todavía tendré algunos días antes de la boda”, dije y ella negó con la cabeza.
“No creo que sea buena idea que dejes esos asuntos para después del viaje, te estresaras demasiado, lo digo por experiencia propia”, dijo haciendo una mueca.
“Agh”, dije rodando los ojos
“Ni me recuerdes el imbécil de Ángel, al fin te pudiste deshacer de él”.
El abogado de Jessica había logrado acelerar los trámites del divorcio, Ángel ni siquiera podía creer que ella fue la que dio el primer paso para el divorcio.
A pesar de los inútiles intentos de Ángel por luchar para quedarse con sus dos hijos no pudo y la custodia le quedo a Jessica.
Sin embargo, él siempre podrá ver a sus hijos, pero solamente una vez al mes a menos que Isa lo permita más veces.
“Creo que tal vez sería buena idea de que te encargaras de todos los asuntos más importantes que puedas y que luego dejes a los demás directores encargarse de lo que tú ya no puedas hacerte cargo, si lo haces todo tu sola te estresaras tanto que ni siquiera querrás casarte después”, dijo riendo.
“Está bien”, dije asintiendo
“Haz una lista de todas las cosas que haré esta semana y diles a los demás directores de la empresa que se encarguen de los asuntos exteriores y yo me encargaré de los asuntos que sean dentro del país”.
“De acuerdo Olivia”, dijo caminando hacia su escritorio.
Camine hacia el ascensor y esperé a que la puerta del ascensor se abriera, saque mi celular de mi cartera y llame a Leonardo quien no me contestó.
Decidí no a seguirle llamando porque probablemente también estaría igual de ocupado que yo.
Tomé el ascensor y me dirigí a la primera planta, el parking valet ya tenía mi auto esperándome, le agradecí y luego me subí al carro y empecé a manejar hacia la empresa de Leonardo.
Una vez había llegado a la empresa me baje y entré, todos los empleados de la a empresa me conocían así que nadie decía nada porque yo utilizara el ascensor personal de Leonardo.
Una vez llegue al piso donde estaba la oficina de Leonardo a empecé a caminar hacia ella.
“Buenos días, Señorita Baldinelli”, dijo Mónica la secretaria de Leonardo.
“Buenos días, Mónica”, dije sonriéndole.
Quién diría que hace un tiempo éramos compañeras de trabajo y ahora estoy a punto de ser su jefa.
Me asomé un poco por la ventana de la oficina para ver a Leonardo, él se veía muy concentrado escribiendo algo en su laptop.
Abrí la puerta de la oficina y él levantó un poco la mirada con el ceño fruncido, al verme a mí su expresión cambió y se formó una sonrisa.
“No esperaba que vinieras hoy”, dijo sorprendido.
“Veo que lo has olvidado”, dije cruzándome de brazos, él me miro confundido.
“¿El qué?”, dijo confundido.
“Tenemos que ir a elegir la decoración de la boda y la comida”, dije y él puso su mano en la frente y maldijo en voz baja pero lo escuche perfectamente. –
“Lo siento lo olvide por completo”.
“¿Acaso no te lo recordó Mónica?”, dije frunciendo el ceño.
“No, creo que también lo olvido”.
“Cuando yo era tu asistente no olvidaba tus asuntos importantes”, dije con recelo.
“Y es por eso por lo que desearía que todavía estuvieras a mi lado”, dijo parándose y tomando su saco para ponérselo.
“Vamos”, dijo cerrando la laptop.
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