El destino de Tiana
Capítulo 84

Capítulo 84:

POV: Tiana

Mis mejillas se pusieron rojas de inmediato, le di un golpecito en las costillas con el codo de manera juguetona, y su sonrisa se hizo más grande.

Se suponía que no debía coquetear conmigo ante todos estos lobos, pero estaba a punto de hacerme perder los modales que tantos días había estado memorizando.

“Levántense”, ordenó su padre, y todos los hombres lobo se pusieron de pie al unísono ante sus palabras; me asombró ver tanta uniformidad.

“Es hora de coronar al próximo Rey y reina de los hombres lobo, Ryder Cadwalder, y su hermosa luna”.

Antes de empezar con el ritual, teníamos que hacer nuestros votos, y después de la ceremonia de coronación vendría el proceso de apareamiento; este acto era muy riguroso, Ryder primero hizo sus votos y luego yo hice los míos.

El Rey se cortó la palma de la mano izquierda con la daga real y Ryder hizo lo mismo en la palma de su mano derecha, después se estrecharon las manos y la multitud siguió mostrando sus cuellos mientras el intercambio de poder continuaba y uno de los caballeros leía los votos para que Ryder los repitiera.

Cuando eso terminó, él tuvo que arrodillarse para recibir la corona de manos de su padre, también yo me arrodillé a su lado mientras el Rey saliente me ponía la corona de la madre de Ryder una vez que terminó con él.

Repetí mis votos y juré lealtad a mi pueblo y a Ryder, para gobernar juntos, siempre anteponiendo el bienestar de mis súbditos.

Entonces llegó el momento de la marca, mi loba estaba aturdida de la emoción, había esperado esto por mucho tiempo, quería estar unida a su pareja como uno solo para siempre. Ya era la medianoche y la luna brillaba en todo su esplendor.

Cambiamos nuestro atuendo real por una túnica sencilla, porque al transformarnos terminaríamos desnudos.

Por lo general, las personas que querían presenciar la ceremonia de marcación traían ropa de cambio, y aunque normalmente no todos eran invitados a presenciar esto, esta vez hicimos una excepción; el traspaso de poder y la ceremonia de apareamiento eran dos eventos separados, pero los habíamos fusionado en uno.

Ryder y yo dirigimos a la multitud para que todos estuviéramos mirando en dirección a la luna, pero mantuvimos una buena distancia; entonces Ryder se transformó primero y le aulló a la luna, esta era una tradición para alertar a todos de lo que iba a suceder.

Los hombres lobo de todo el planeta se mantendrían inmóviles mientras su Rey marcaba su luna, yo me transformé después de esa llamada, y otros en la multitud hicieron lo mismo.

Ya me había ajustado completamente al proceso de transformación, en la última semana, me había transformado tantas veces como pude, para así acostumbrarme sin sentir ningún tipo de dolor; mi loba también estuvo sometida a un entrenamiento riguroso para que ambas estuviéramos preparadas para la ceremonia, y ahora lo estábamos.

Los otros hombres lobo presentes que no podían transformarse, o que no habían traído ropa extra, se quedaron a una distancia mayor de nosotros, pero sin dejar de mostrar sus cuellos y rezando a la Diosa de la Luna para que bendijera esta unión.

Si mi loba hubiera podido sonrojarse, creo que lo habría hecho, porque en lugar de concentrarse en el proceso, estaba caliente el lobo de Ryder y el mío no habían podido pasar mucho tiempo juntos, y si no estuviéramos frente a una multitud, lo más probable es que estuvieran el uno encima del otro.

Podía sentir que su lobo estaba tan caliente como la mía, y como estaba perdida en alguna parte de su cabeza, casi no podía hacer nada para controlarla; además, este lobo no nos lo estaba poniendo fácil, porque era demasiado se%y y podíamos percibir su propia calentura.

Entonces frotó su cabeza contra la mía, y cuando su lobo comenzó a oler todo mi cuerpo, contuve la respiración: empezó por el rostro, luego el cuello, el abdomen, las patas e incluso los genitales.

“Maldición, hueles como el cielo”, me dijo a través del enlace mental.

Se suponía que no nos debíamos comunicar a través de ese medio, ni hacer nada que pudiera interrumpir el proceso. Pero supongo que no pudo contenerse.

Mi loba movió la cola y no respondió, era casi como una tortura, pero había que terminar esto sin estropearlo; entre más rápido terminara el proceso de apareamiento, más pronto podríamos estar en los brazos del otro.

Estuvo un tiempo olfateando mi cuello, antes de comenzar a lamer la misma área en la que me había marcado en mi forma humana; este simple gesto hizo que mi loba jadeara, y ahora la lengua le colgaba fuera de su boca.

Después, clavó sus colmillos en mi cuello lentamente y mordió el área; aunque el dolor atravesó mí cuerpo, también pude sentir a mi loba haciéndose más fuerte y poco a poco fui soportando mejor el dolor, se me había dicho innumerables veces que no debía mostrar ningún tipo de debilidad ante mis súbditos.

El proceso de marcación en forma de lobo solía ser más doloroso que en forma humana, y cuanto más fuerte era el lobo macho, más doloroso era su marca: sentía que nuestro vínculo se fortalecía y ahora percibía sus emociones con más fuerza.

Después, comenzó a lamer despacio el área para sanar la marca, sabía que estaba c*liente y al mismo tiempo le preocupaba haberme lastimado, podía leer sus pensamientos.

Cuando yo sufría, él también lo hacía, cuando él se enojaba, yo también me enojaba; era como si fuéramos un alma en dos cuerpos: además, nunca había sentido a mi loba tan fuerte y confiada como ahora.

No dejó de lamer el área hasta que la marca se curó por completo.

De repente, mi visión se hizo más clara, y cuando me miré las patas, vi que las partes blancas ahora estaban más brillantes; su lobo le aulló a la luna, yo me uní a su aullido, y los otros hombres lobo también aullaron con su Rey.

En ese momento, lo único que quería era estará solas con mi pareja, me estaba volviendo loca de emoción y deseo, quería que me tomara en mi forma de lobo, pero primero debíamos salir a correr.

Me sentía agotada, y la única actividad que quería hacer era una que solo nos involucrara a mi pareja y a mí, no a toda la población de hombres lobo, pero no podía pasar por alto la tradición.

Ahora mi loba se movía más rápido, tal vez no tanto como el de Ryder, pero sí más rápido de lo que recordaba, y él fue lo suficientemente gentil como para disminuir su ritmo e igualarlo al mío: se suponía que debíamos correr uno al lado del otro.

Tenía claro que necesitaba entrenar más, no sabía si mi loba podía llegar a ser tan rápida como Ryder, considerando que él era el Rey y, por lo tanto, era el más fuerte del planeta, pero debíamos gobernar como iguales, y para ser tan fuerte y rápida como él, tenía que entrenar más.

Después de treinta minutos, la enorme campana volvió a sonar, indicando que la ceremonia de marcación había llegado a su fin: los hombres lobo comenzaron a transformarse y a vestirse para volver a la fiesta, pero Ryder y yo solo podíamos pensar en una cosa, necesitábamos un tiempo a solas.

Aunque todavía debíamos dar el discurso de clausura para agradecer a todos por haber venido, mi bestia necesitaba saciar sus instintos.

Corrimos muchos kilómetros, hasta alejarnos de la multitud, para encontrar un lugar privado en el cual satisfacer nuestros deseos del uno por el otro.

El apareamiento en forma de lobo solía ser más agresivo que en forma humana, y sabiendo que habíamos estado calientes desde el principio de la ceremonia, al instante me preparé para sentir a su lobo dentro de mí.

Mi loba estaba extasiada, y Ryder me montó por detrás mientras yo abría mis piernas para recibirlo; cuando su gran p$ne encontró mi abertura y me embistió bruscamente, mi loba aulló y ronroneó de placer, nos montó así durante varios minutos.

Nuestros lobos tardaron más en llegar al orgasmo, e incluso después, aún seguían con deseos de más, pero ya debíamos regresar a la ceremonia, nuestros invitados nos esperaban.

Todavía debía conocer a muchas personas, Ryder me iba a presentar a una larga lista de miembros de la realeza, y todos nos estaban esperando.

“Tenemos que volver”, le dije a través del enlace.

“Una vez más”, respondió él.

“No, tu gente nos está esperando”, me quejé.

“Vale”, gruñó.

Regresamos, nos pusimos nuestros atuendos para la recepción y nos unimos a los invitados que nos esperaban; me alegraba que Elsie hubiera sugerido un cambio de ropa, porque me habría sentido muy incómoda con el atuendo real. Me puse el vestido de gala, pero debía maquillarme un poco, así que Ryder salió primero que yo.

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