El destino de Tiana
Capítulo 85 (FIN)

Capítulo 85:

POV: Tiana

Elsie se fijaba en mi aspecto en todo momento, asegurándose de que estuviera perfecta, y por eso literalmente me seguía a todas partes. De repente, me percaté de que casi no había visto a Layla en todo el evento.

“Oye, ¿Has visto a Layla?”, le pregunté a Elsie mientras salíamos para reunirnos con los demás.

Ella negó con la cabeza y dijo:

“No, pero ahora que lo dices, tampoco he visto mucho a Louis por aquí”.

“Es raro”, murmuré.

Antes de que pudiera hacer otro comentario, algunos invitados nos rodearon y, por fortuna, Ryder apareció a tiempo y me tomó de la mano.

“Te ves absolutamente increíble”, me susurró al oído.

Acabábamos de decir las palabras de clausura cuando finalmente pude ver a Layla, ella me saludó desde detrás de la multitud con una amplia sonrisa en su rostro; me habría enfadado con ella si no me hubiera sorprendido lo grande que era su sonrisa y la efusividad con la que me saludaba. No fue fácil alejarme de Ryder para ir a hablar con ella, porque tenía mis manos atrapadas entre las suyas.

Cuando por fin me soltó, vi a Layla caminando hacia mí al tiempo que yo me acercaba a ella, y cuando la vi de frente, noté que sus mejillas estaban sonrojadas y sus ojos brillaban.

“Parece que alguien está muy feliz, ¿Dónde has estado?”, le pregunté con una sonrisa mientras ella me daba un fuerte abrazo.

“Primero, lamento no haber estado contigo”, dijo con una pequeña risita.

Pero no estaba muy segura de que en verdad lo lamentara.

“Se supone que eres mi mejor amiga”, me quejé con un puchero infantil, lo que la hizo reír más.

“Lo sé, pero no pude evitarlo”, se rio.

“Por cierto, te ves absolutamente increíble, nunca había visto a una luna tan hermosa”, sus ojos se iluminaron y yo puse los míos en blanco.

“Solo lo dices porque soy yo”. Me reí.

Desde donde estábamos, podía sentir los ojos de Ryder puestos en mí, nos observaba con desaprobación, el ceño fruncido y los brazos cruzados; al parecer, no le estaba prestando atención a lo que sea que le estuviera diciendo la pareja de Elsie.

Layla siguió mi mirada y la sonrisa en su rostro se esfumó

“Tu pareja es aterradora”. Decía

Me reí y dejé de mirar a Ryder, bloqueando nuestro enlace de pareja para que no se pudiera comunicar conmigo ni leer mi mente mientras hablaba con mi amiga; aunque nunca lo admitiría, era demasiado celoso, incluso con mis amigas.

“¿Qué ha pasado?”, le pregunté a Layla.

Sus mejillas se ruborizaron de nuevo.

“Finalmente hablé con Louis”, luego hizo una pausa.

“Bueno, en realidad hicimos más que hablar”, y después desvió la mirada y yo me reí a carcajadas.

“¿Qué? ¡Tuvieron se%o!”, exclamé.

“¡Cállate!”, me regañó mientras me tapaba la boca con las palmas de las manos, pero tratando de no estropear mi maquillaje

“Hablaste muy fuerte”.

Quité sus manos de mi rostro y asentí cuando una pareja pasó y me saludó con la mano.

“¿Así que ahora estáis juntos?”, pregunté.

“Dilo de una vez”.

“Creo que sí”, y una enorme sonrisa apareció de nuevo en su rostro.

Aunque había perdido algo de peso en los últimos días, Layla se veía radiante, era fácil notar que algo había cambiado en ella.

“¿Crees?”, la miré con una ceja enarcada.

“De acuerdo, lo estamos, pero es que no quiero hacerme ilusiones. No le gustó el hecho de que hubiera estado con alguien antes que él”, me confesó mordiéndose los labios.

“Tonterías, estos Príncipes son demasiado celosos, pero su orgullo ni siquiera les permite admitirlo”, me quejé con el ceño fruncido. Eso la hizo reír de nuevo.

Conocía a Layla desde que éramos niñas y siempre fue una chica alegre, pero ahora su risa sonaba diferente; me preguntaba si yo también había estado tan feliz después de tener s*xo con mi pareja por primera vez, quizá no lo noté en ese momento, pero otros sí lo mencionaron.

Es curioso lo mucho que pueden cambiar las cosas en tan poco tiempo, siempre había soñado con una vida mejor cuando estaba en Eclipse, pero la diosa de la luna me bendijo con mucho más de lo que jamás esperé.

“Es un gran hombre, Tee”, sus ojos adoptaron una mirada soñadora.

“Y lo juzgué mal muchas veces. Nunca antes me había sentido así con nadie, y algún día espero llevar su marca”.

“Lo harás, cariño”, exclamé mientras la abrazaba.

“Te mereces toda la felicidad, Layla. No creo que pueda expresar con palabras cuánto aprecio que hayas estado a mi lado todos esos años”.

“Tee..”.

Sacudí la cabeza y continué.

“Todos esos años en Eclipse fuiste la única razón por la que pude seguir adelante; muchas veces me pregunté por qué te molestabas en ser mi amiga..”., me reí y parpadeé para contener las lágrimas que se comenzaron a formar en mis ojos.

“Tiana, yo soy la afortunada por tenerte en mi vida. ¿Cuántas personas pueden decir que son la mejor amiga de la reina de las lunas?”, dijo sonriendo.

Estaba a punto de responder cuando vi que Louis se acercó sigilosamente detrás de ella y envolvió sus brazos alrededor de su cintura; Layla se puso rígida, y sus mejillas se sonrojaron antes de girarse hacia él.

“Te he estado buscando por todas partes”, dijo el hombre con tono acusador.

“Me fui por menos de quince minutos”, murmuró ella con una sonrisa que se iluminaba con cada palabra.

“Me pareció como si hubieran sido quince años”, g!mió antes de inclinarse para darle un beso en los labios.

Se veían bien juntos, y cualquiera podía ver que estaban hechos el uno para el otro.

Cuando él me miró, sus ojos estaban oscurecidos por la lujuria que le provocaba su pareja, y su voz era más profunda de lo que solía ser.

“Mis disculpas. Su majestad, y felicidades por convertirse en luna, la corona le sienta muy bien”, exclamó con una reverencia y yo agité los brazos.

“No hagas eso”, me moví incómodamente y ambos se echaron a reír.

“Será mejor que te acostumbres”, sonrió.

“¿Puedo robármela por el resto de la noche?”, preguntó mirando a su pareja

“Es tu pareja”, dije encogiendo los hombros.

Layla alcanzó a articular una disculpa cuando él la apartó y yo solo sonreí y asentí. También estaba ansiosa por encontrar a mi pareja, pero él lo hizo antes de que pudiera dar un paso.

La multitud se había dispersado y muchos de los hombres lobo habían comenzado a irse, pero aún tomaría un tiempo para que todos se marcharan.

“¿Qué clase de luna deja a su Alfa después de su ceremonia de apareamiento?”, preguntó mientras acercaba mi cintura hacia la suya.

“Yo no te dejé”, dije.

Envolví mis brazos alrededor de su cuello.

“Nunca podría hacerlo”

Y me levanté en las puntas de mis pies para besar sus labios.

Él enarcó una ceja y dijo con voz ronca:

“Tendrás que hacer más que eso para apaciguarme”.

Me reí y esta vez le di un beso más profundo, mi loba ronroneó al sentirlo tan cerca y pude advertir que ahora su miembro se empezaba a endurecer: entonces me tomó en sus brazos como a una Princesa y comenzó a llevarme a nuestro hogar.

Sin embargo, grité y me eché hacia atrás.

“Bájame, Ryder, la gente nos está mirando”.

“No me importa”, exclamó, inclinándose para volver a besarme.

“Ryder, esto no está bien”, dije mientras miraba a mi alrededor frenéticamente.

Escuché los murmullos de algunas personas a las que esta escena les pareció tierna cuando pasamos.

“Lo que no está bien es que te resistas a mí, así que quédate quieta”, me ordenó.

Pero no podía hacerlo, era demasiado tímida y ahora algunos incluso se habían levantado en una ronda de aplausos mientras caminábamos junto a ellos, lo cual me hizo sentir aún más avergonzada.

Cuando finalmente llegamos a la habitación, me descargó con cuidado sobre la cama y me besó la nuca. Ryder siempre estaba listo, acabábamos de tener una fiesta de toda la noche y no parecía cansado en lo más mínimo.

“Sé lo que estás pensando”, se rio.

“Mi objetivo es poner algunos cachorros en tu vientre lo antes posible, ¡Quiero tener unas hijas como tú!”

Me reí entre dientes y pregunté: “¿Y una mujer sí podría heredar el trono?”, no lo había pensado, y tampoco creía que fuera posible, porque una mujer nunca había gobernado hasta ahora.

“Tendría que desafiar a su hermano por el trono, y si fuera más fuerte, entonces sí”, dijo con firmeza.

“Pero yo quiero niños”, respondí rápidamente.

“Que sean grandes y fuertes como su padre”.

“Bueno, hablando no vas a quedar embarazada”, murmuró, quitándome el vestido.

“Te amo, Ryder, ahora y siempre”, susurré cuando sentí sus labios sobre mi p$zón izquierdo.

“Te amo más, Tiana, ahora y siempre”, fueron las últimas palabras que escuché antes de que mis ojos se pusieran en blanco y me rindiera ante las olas de placer.

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FIN

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