El destino de Tiana
Capítulo 83

Capítulo 83:

POV: Tiana

Le sonreí a la chica en el espejo, y ella me devolvió la sonrisa mientras las lágrimas se acumulaban en mis ojos, pero tuve que contenerlas, porque si no, Elsie se enojaría conmigo.

“No te atrevas a arruinar tu maquillaje”, ya me lo había advertido innumerables veces.

Me reí como una niña pequeña cuando sus ojos se clavaron en los míos a través del espejo, era muy evidente su advertencia.

No podía creer que esto realmente estuviera sucediendo, en pocos minutos sería coronada como reina, llevaba un atuendo real y lucía las joyas más rostros, en verdad parecía una reina. Nora, Sadie, Rose y Layla acababan de salir de la habitación para unirse a la multitud afuera.

“Te ves absolutamente increíble”, exclamó

Layla mientras se limpiaba las lágrimas, dice:

“Sabes que esto significa mucho para él”.

“Significa todo para Ryder”, asentí.

Estaba segura de que él quería esto tanto como yo, o incluso mucho más.

Entonces Elsie intervino:

“La corona de mi madre ha estado guardada durante muchos años desde su muerte; su último deseo fue que la mujer adecuada la usara, y más importante aún, que fuera la pareja que la diosa de la luna le diera a Ryder”.

La miré sorprendida, esta era la primera vez que escuchaba esto, porque Ryder no hablaba mucho de su madre y yo respetaba que ese fuera un tema delicado para él, así que tampoco lo mencionaba.

Aunque Elsie me había advertido que no llorara, dudaba que después de esta revelación pudiera seguir conteniendo mis lágrimas.

“Estoy segura de que esa es una de las razones por las que mi padre finalmente te aceptó, podía tratar de controlar muchas cosas, pero no se iría en contra del último deseo de su pareja, incluso aunque no estuviera de acuerdo. Además, has demostrado lo fuerte que eres y cuánto amas a Ryder”, explicó.

“No sé si sea tan fuerte”, dije con voz temblorosa.

Elsie se rio y dijo en voz baja

“Tú eres la única que merece llevar esa corona, Tee, y estoy segura de que serás una excelente reina”.

“Gracias, Elsie”, respondí mientras la envolvía en un abrazo y me secaba los ojos antes de que las lágrimas comenzaran a rodar por mis mejillas.

Cuando la enorme campana empezó a sonar, nos separamos, ya era el momento de la ceremonia de entrega.

Tres mujeres entraron en la habitación con mucha elegancia, ya me había familiarizado con ellas, porque en los últimos días estuvieron a cargo de prepararme, enseñándome todo lo que debía saber para este día e instruyéndome sobre la historia de los hombres lobo y la cultura real.

Ophelia, la mayor, me dio un beso en ambas mejillas y dijo.

“Te ves hermosa. Ya es hora”.

Mi loba jadeaba y meneaba la cola en mi cabeza, aullando eufórica por lo que estaba por venir, pero yo, por otro lado, me sentía extremadamente nerviosa; contuve el aliento mientras permitía que las mujeres me guiaran hacia la multitud que ya me esperaba.

Cuando aparecí en público, todos se quedaron en silencio y levantaron la cabeza para verme; me sentía como una celebridad en ese momento, pero mis ojos solo se fijaron en una persona, y una sensación cálida se extendió por mi cuerpo cuando nuestras miradas se cruzaron.

Ryder estaba vestido con un atuendo real similar al mío, decorado con cordones dorados y otros elementos. Las mujeres se habían tomado el tiempo de explicarme lo que representaba cada elemento del atuendo real y su importancia, pero en este momento, mientras miraba a mi caballero con su armadura brillante, no podía recordar nada.

Mi padre se puso a mi lado y tomó mi mano, tenía una enorme sonrisa en su rostro y los ojos rojos e hinchados, al parecer, había estado llorando; lo miré con una sonrisa y luego desvié mi mirada hacia mi pareja.

La mirada de Ryder se vela suave y llorosa, y debido a nuestro vínculo, sabía que se sentía orgulloso y confiado, pero al mismo tiempo abrumado.

Lucía deslumbrante con su cabello bien peinado, y no podía dejar de preguntarme qué había hecho para merecer a este hombre; lo elegiría como mi pareja una y otra vez en otras vidas, sin importar si fuera un Príncipe o no.

Mi padre le entregó mi mano a Ryder y le susurró:

“Confío en ti para que cuides a mi pequeño tesoro”, alcancé a escucharlo, y luego él respondió sin apartar sus ojos de los míos.

“La cuidaré con mi vida”, en sus ojos se podían ver las lágrimas acumulándose mientras sostenía firmemente mis manos y las acariciaba, lo que me hizo sonrojar.

“Eres increíblemente hermosa”, murmuró.

“Tú eres absolutamente espectacular”, le devolví el cumplido.

Cuando el Rey saliente subió al escenario para dar su discurso, la multitud se levantó en una fuerte ovación y luego lentamente mostraron su cuello en señal de sumisión.

Él habló brevemente sobre los líderes anteriores y contó un poco de la historia de nuestra especie; había miles de hombres lobo de todas las razas reunidas escuchando atentamente cada una de las palabras del Rey.

Después, comenzó a hablar de Ryder y de mí, enfatizando en la fuerza de Ryder y todos sus logros del pasado; el orgullo en su voz cuando hablaba de su hijo era evidente.

Me habían dicho que debía mantener mi pose y mi sonrisa mientras el Rey daba su discurso, pero me sentía muy ansiosa y quería que la ceremonia de entrega terminara pronto.

Luego de lo que pareció un largo discurso, la multitud se quedó en silencio, y el entusiasmo que había sentido inicialmente, se fue desvaneciendo hasta que el miedo se apoderó de mí.

“¿Hay alguien aquí que piense que Ryder Cadwalder no merece el puesto de Rey de los hombres lobo? Si alguno cree que puede desafiarlo a una pelea, que hable ahora o calle para siempre”, la voz autoritaria del Rey retumbó a través de los altavoces.

La multitud se quedó en silencio y lo único que podía oír eran los latidos de mi propio corazón, Ryder no parecía preocupado en lo más mínimo, su expresión permaneció rígida y sin emociones mientras sus ojos escaneaban la multitud en busca de quién se atrevería a desafiarlo por su derecho de nacimiento.

Los segundos se convirtieron en minutos, y el Rey saliente repitió las palabras, pero ni un solo movimiento ocurrió entre la multitud.

“Solo el Príncipe Ryder es digno de la corona”, rugió uno de los caballeros cuando vio que nadie apareció.

Luego, lentamente se arrodilló.

“Nadie es más poderoso, y nadie se atreverá a luchar contra el más fuerte de nosotros. Le juramos nuestra lealtad este día, Su Alteza, su palabra será ley para nosotros, y solo usted nos podrá guiar y proteger desde este día y para siempre”.

Tan pronto como terminó de hablar, la multitud comenzó a arrodillarse, jurando lealtad al Rey entrante y a su luna; se suponía que no debía llorar, se suponía que no debía mostrar ningún tipo de debilidad frente a mis súbditos, pero era muy difícil, y aunque pasé muchas semanas preparándome para este momento, todas las emociones se habían mezclado dentro de mí.

Sin embargo, Ryder no parecía muy complacido, había estado entrenando fuertemente para una pelea, y desde que se aprobó esta tradición, no había habido ni una sola ceremonia de entrega en la que el Rey entrante no fuera desafiado a una pelea por al menos una persona.

Ryder había venido preparado para una pelea, pero no tener que verlo pelear era un alivio para mí.

Cuando terminó esta parte, su padre se volvió hacia él, la sonrisa que tenía se había desvanecido por completo de su rostro, y le preguntó a Ryder:

“¿Te gustaría desafiar a alguien de aquí a una pelea, hijo?”

Los dos hombres se miraron, y apreté el brazo de Ryder, llevaba días tratando de disuadirlo de desafiar a su padre a una pelea, pero no estaba segura de que lo hubiera logrado convencer de que no lo hiciera.

Entonces, lentamente, una sonrisa apareció en su rostro y dijo

“No, padre”

Dejé escapar un suspiro de alivio que ni siquiera sabía que estaba conteniendo. El Rey asintió y miró hacia otro lado con los ojos llenos de orgullo; no sé cuál hubiera sido el resultado de una pelea entre él y su padre, y tampoco quería averiguarlo.

Después, me dio un suave beso en la mejilla riéndose entre dientes y me susurró al oído:

“Sabes apaciguarme de la mejor manera”

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