El destino de Tiana -
Capítulo 80
Capítulo 80:
POV: Tiana
Fruncí los labios.
“Lo sé, ella me lo dijo”.
Él murmuró algo incoherente.
“Me gustaría que siga siendo un secreto, al menos por ahora”, agrego.
“¿Por qué?”, pregunté.
Ya podía sentir la furia surgiendo en mi interior. Layla era mi mejor amiga y tenía una personalidad muy simpática, así que no me parecía justo que Louis estuviera con ella a escondidas, sobre todo si aún no había tomado una decisión.
“No es tan fácil como parece”, explicó con un suspiro.
“¿Qué quieres decir?”, espeté.
“Es hermosa, inteligente, y me atrae de todas las formas en que un hombre puede sentirse atraído por una mujer. Pero..”.
Louis hizo una pausa y me miró a los ojos.
“¿Me prometes que no se lo dirás? “, suplicó.
“Intentaré no hacerlo”, gruñí.
Por un momento, Louis se quedó en silencio.
Parecía estar decidiendo si era una buena decisión contarme la verdad; pero tras unos segundos, se encogió de hombros.
“Layla no es muy fuerte, y sé que a mi padre no le gustará. Es posible que ella tampoco sea capaz de enfrentarse a él… como lo hiciste tú, y eso lo enfurecerá”. Dice
“Por eso me parece mejor que lo mantengamos en secreto por ahora, al menos hasta que todo se solucione y tengamos la seguridad de que nos queremos. Layla me gusta mucho, pero no sé, tengo el presentimiento de que algo va a salir mal”.
“¿Me estás diciendo que todo esto es por tu padre?”, pregunté sin ocultar mi irritación.
“Pero tú puedes hacerla fuerte, Louis. Es lo que pasó con Ryder y Tee. Solo tú puedes ayudar a tu pareja a encontrarse a sí misma”, intervino Elsie.
“Ustedes dos son mujeres, no espero que lo entiendan”, murmuró él.
“Mira, experimenté algo parecido con Anthony. Ni siquiera les comenté a ninguno de vosotros que había encontrado pareja, pero lo único que hice fue retrasar lo inevitable, y eso no resolvió nada”, explicó Elsie
“Es una decisión que solo depende de ustedes dos. Pero si ella te gusta tanto como dices, deberías encontrar una solución. Tal vez ya no tengas una segunda oportunidad si lo arruinas. No todos tienen tanta suerte”.
“Lo sé, pero padre..”..
“¡Olvídate de nuestro padre, Louis!”, explotó Elsie.
“Lo único que has hecho en toda tu vida es complacer a ese hombre. Deseas tanto ser su favorito que ya no sé qué pasará contigo. ¿No te das cuenta de que, si continúas obedeciéndolo, siempre serás el segundo detrás de Ryder?”
”Padre no solo prefiere a Ryder y lo elegiría sobre cualquiera de nosotros porque es su primer hijo, sino porque él si lo enfrenta. Ryder es el único que lo desafía, así que seguir siendo su títere no hará que te prefiera más. Esconder a tu pareja no te hará ningún bien, créeme”. Espetó
Todos nos quedamos en silencio, pero sentí la furia emanando de Louis. Él se las arregló para mantener un rostro serio y los ojos inexpresivos.
No obstante, su cólera no podía enmascararse.
Sin decir nada más, Louis le dio la espalda y se alejó con los hombros tensos.
“Parece que acabas de herir su ego”, comenté con una mueca. Detestaba involucrarme en disputas familiares.
“Ahora eres nuestra familia”, me corrigió Elsie.
Oh, perfecto. Acababa de proyectar mis pensamientos a través del enlace mental.
“Mi hermano estará bien, y merecía saber la verdad. Soy consciente de cuánto se esfuerza por ser el favorito de papá, aunque no lo haga correctamente”, agregó Elsie con un suspiro.
“Tal vez se sienta ofendido, ya que en algún momento tú le gustabas. Pero necesitaba saber la verdad, por más que sea dolorosa”.
“¿Yo le gustaba?”, pregunté encogiéndome.
Elsie lanzó una risa.
“Eso ya quedó en el pasado, estoy segura, pero sabes cómo son los hombres”.
Luego, se encogió de hombros.
“Bueno, olvidémonos de él. Hablemos de ti y de tu próxima ceremonia de apareamiento”.
Aquello fue suficiente para que mi loba aullara de emoción, pero mi corazón empezó a acelerarse por la incertidumbre. Elsie se aferró a mis brazos y me jaló a su coche. Parecía estar más emocionada por la ceremonia que yo.
“¿Adónde vamos?”, pregunté.
“A conseguirte un vestido. Si bien tendrás que ponerte el traje real para la ceremonia, sé que te gustaría cambiarte a algo más moderno para la recepción”. Puse los ojos en blanco.
“Parece que has tenido este plan durante mucho tiempo”, murmuré.
Elsie se rio entre dientes
“Más de lo que imaginas, pero considérate afortunada de tener a la mejor cuñada del mundo”, confesó con un guiño.
Estaba tan exhausta que solo quería meterme a la cama y dormir.
Pero la noche aún era joven.
Elsie y yo habíamos estado de compras todo el día, intentando hacer arreglos para la ceremonia de apareamiento, había mucho que hacer para ese día y recién me daba cuenta de que contábamos con poco tiempo.
Elsie tenía energía de sobra; y si yo no hubiera insistido en que continuáramos mañana, aún estaríamos afuera.
Me sentí más animada cuando entré a la casa de Ryder y descubrí que estaba ahí. Me había llamado, pero no pudimos hablar mucho. A toda velocidad, subí las escaleras hacia la habitación.
Nuestros cuerpos y mentes estaban conectados, por lo que sabía que él había sentido mi presencia apenas ingresé a la residencia, así como yo sentí la suya.
Cuando entré, Ryder estaba saliendo de la ducha, con una toalla enrollada alrededor de su cintura. Me puse a babear al ver su cuerpo.
Nunca sería capaz de apartar mis ojos de su pecho y sus bíceps. Lo abracé y aspiré su aroma. Él se rio entre dientes antes de envolverme con sus grandes brazos.
Sus manos se deslizaron hacia mi cintura y me apretó contra su cuerpo. No pude evitar que un g$mido escapara de mis labios. Ya podía sentirlo crecer allá abajo, y una oleada de calor se extendió a través de mi intimidad.
“Me extrañaste”, comentó.
“Tú también me extrañaste”, declaré con un puchero.
Ryder volvió a reírse y se inclinó para posar un suave beso en mi frente. “Anda a ducharte, daremos un paseo con mi padre”, susurró.
Me quedé helada. “¿Con tu padre?”, pregunté cautelosamente.
Ryder asintió. Tras nuestro primer encuentro, él nunca me pidió que volviera a ver al Rey de los licántropos, y yo tampoco deseaba hacerlo.
El Rey me odiaba, por lo que no tendría sentido intentar agradarle.
“Tiana, mi padre no te odia”, me aseguró Ryder en voz baja, apartándose un mechón de cabello mojado de la frente.
“Yo sé que es imposible complacerlo, pero él mismo solicitó hablar contigo”.
“Sí, como la última vez”.
En ese entonces, había tenido esperanzas de que él finalmente me diera la bienvenida a su familia.
“Necesito que te lleves bien con él. Como mamá ya no está, papá es el único que puede darte la corona”, explicó.
Lancé un suspiro, pues sabía que no tenía muchas opciones. Ryder realmente deseaba que yo fuera coronada como reina el mismo día que él se convirtiera en Rey de los licántropos.
“Está bien”, contesté a regañadientes.
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