El destino de Tiana -
Capítulo 78
Capítulo 78:
POV: Tiana
“Lo que sea que sentí por ti, murió en el momento en que entré en el camión que me trajo hasta aquí, y te odié durante mucho tiempo, pero ya te he perdonado y he superado todo eso”, le dije.
Después de terminar mis palabras, dejé escapar un suspiro de alivio, luego sentí los brazos de mi pareja en mi cintura, y me incliné hacia él para respirar su aroma.
“Lo siento”, dijo Jordan entre sollozos, pero simplemente negué con la cabeza.
“Adiós, Jordan”.
Me giré y dejé que Ryder me llevara a la salida, y mientras nos marchábamos, escuché los fuertes sollozos de Jordan, pero no me conmoví; lo único que quería ahora era salir de esta mazmorra, y una vez que estuve fuera, dejé escapar un fuerte suspiro de alivio.
Nos subimos al coche para irnos, pero Ryder no arrancó de inmediato, sino que se volvió hacia mí y con su dedo índice acercó mi rostro al suyo.
“¿Estás bien?”. Preguntó.
Asentí y respondí.
“Solo necesitaba desahogarme. Ya no me importa lo que le pase, él mismo se lo ha buscado”.
Entonces me abrazó, frotó mi espalda suavemente y, luego de liberarme de su fuerte abrazo, me preguntó:
“Entiendo. ¿También te gustaría visitar Eclipse?”.
Lo pensé un poco, no había vuelto a la manada desde la vez que me fui, y me pareció que ir hasta allí para ver las cosas por mí misma no era tan mala idea.
“Creo que quizá debería hacerlo”, respondí.
Ryder asintió y dijo: “Recuerda, tú eres la que decidirá lo que suceda con la Manada Eclipse: si deseas que siga o si prefieres que acabemos con ella, todo depende de ti. Estoy seguro de que todavía hay algunas personas allí con las que también necesitas hablar”.
“Sí, casi con cada uno de ellos, si me lo preguntas. No se me ha olvidado que Bella, la hija de Leo, fue un dolor de cabeza constante y me acusó de intentar seducir a su padre”, arrugué la nariz ante este recuerdo
“También estaba la Señorita Anna, que me castigaba severamente si no terminaba todas las tareas que me había asignado para el día, para ella nunca hice nada bien. Todavía no estoy segura de qué debería hacer con Eclipse, pero no creo que quiera que siga existiendo, aunque también hubo Omegas inocentes que sufrieron como yo”.
“Sí, me gustaría visitar la manada y ver cómo están las cosas ahora”, añadí.
“Mañana podemos ir, si estás lista”, dijo.
Se inclinó hacia mí, me dio un beso en la frente, luego encendió el coche y nos marchamos.
El castillo real era enorme y las mazmorras estaban muy lejos de la casa de Ryder, así que tuvimos que conducir; mi pareja tomó mis manos con su mano derecha y siguió conduciendo con la izquierda. Dormité un poco durante el corto trayecto desde las mazmorras hasta su casa.
Era un largo recorrido desde el palacio real hasta la Manada Eclipse, por lo que habría tenido miedo si mi pareja no estuviera a mi lado. La última vez que viajé durante tantas horas fue cuando escapé del palacio real para esconderme de Ryder.
Recién me daba cuenta de que había sido una decisión muy estúpida. Ya no podía alejarme de él, y ni siquiera quería intentarlo.
Nos detuvimos frente a la residencia y miramos a nuestro alrededor. Mucho había cambiado desde la última vez que estuve ahí. Los guardianes nos saludaron y asumieron sus posiciones cuando entramos. Tras los vidrios polarizados del vehículo, pude divisar a madres cargando a sus cachorros y corriendo para refugiarse, temerosas del Príncipe Alfa.
La manada había estado bajo el mando de la realeza durante los últimos días, por lo que varias cosas eran diferentes.
La atmósfera se había vuelto inusualmente sombría, incluso los guerreros tenían expresiones tristes. Las paredes de la residencia se veían más oscuras de lo que recordaba. Los árboles y las plantas que habían decorado el lugar ahora estaban completamente secas.
Al parecer, la Diosa de la Luna también estaba enfurecida con la manada.
“¿Estás bien?”, preguntó Ryder, reconfortándome con un apretón en mi brazo.
Me giré para mirarlo a los ojos y asentí.
“No me siento como si estuviera en mi hogar”, murmuré.
En realidad, no había considerado a esa manada mi hogar desde aquel incidente, pero había crecido ahí. No tuve una vida extravagante, pero me dieron un techo. Había sido la única manada que conocí, ya que no se me permitía salir a excepción de los días que tenía escuela, pero de vez en cuando me escabullía.
Sin embargo, ahora me sentía como una completa extraña.
“Está bien, Tee”, respondió él y se inclinó para besar mi frente con gentileza.
“Si no puedes soportarlo, regresaremos”.
Negué con la cabeza decisivamente. No había venido tan lejos para acobardarme.
“Puedo soportarlo, Ry”, aseguré.
Los guardias abrieron la puerta del vehículo y bajamos. Ryder tomó mi mano. Muchos de los guardias habían caído de rodillas, mientras que un hombre estaba cantando alabanzas al Príncipe Alfa y su Luna desde el otro extremo. Yo era su Luna. Todavía no me acostumbraba a ese título.
Uno de los hombres de Ryder se acercó para susurrarle al oído, y él asintió en respuesta.
Justo cuando se estaba yendo, Bella se detuvo a unos centímetros de nosotros e inclinó la cabeza hacia el suelo, sin atreverse a mirarme a mí ni al futuro Rey.
Estaba más delgada y había perdido su hermosura. Tenía el cabello demasiado corto y teñido de un rosa sucio. Lo único que no había cambiado era su altura. Sus largas piernas que alguna vez envidié estaban demasiado flacas.
Detrás de ella, los demás miembros de la manada salieron para darle la bienvenida al Príncipe Alfa. Todos tenían el cuello al descubierto, y tragué saliva cuando entendí lo que estaba pasando.
Esas mismas personas que toda mi vida me habían hecho sentir inservible ahora exponían su cuello hacia mí, tanto hombres como mujeres.
La Manada Eclipse no era una de las más grandes, pero varios de sus miembros ya se habían ido, por lo que su número se había reducido.
Reconocí a la señorita Anna entre la multitud. ¡Se veía tan vieja! De hecho, todos parecían haber envejecido desde mi partida. No pude evitar sentir lástima por ellos.
A pesar de que no contaba con una posición de autoridad, incluso yo sabía que no podrían mantenerse como manada.
¿Quién sería su líder? El consejo y la realeza seguían furiosos con ellos. Al parecer, yo era la única que les tenía pena.
Un hombre se acercó para apartar a Bella de nuestro camino, pero alcé una mano para detenerlo. Parecía que ella quería decirme algo, así que la escucharía.
“Tiana..”., empezó.
“¡Es Luna Tiana para ti!’“. Ladró Ryder.
La furia era evidente en su voz.
“Lo siento mucho, su Alteza”, tartamudeó ella. Con los ojos todavía fijos en el suelo.
“Bella, te ves horrible”, comenté.
Mi personalidad malvada estaba saliendo a la superficie.
Bella era la persona que peor me había tratado, por lo que sentí la necesidad de devolverle el favor. Sin embargo, cuando la vi echándose a llorar, supe que yo no tenía esa naturaleza.
Bella cayó de rodillas entre sollozos.
“Juro que no sabía que mi padre estaba detrás de eso. Juro que yo no participé en nada. No he podido estar en paz y todos me tratan como una m!erda desde que se enteraron”. Su voz sonaba apagada.
Su rostro estaba enterrado entre sus manos, pero aun así podía distinguir sus palabras.
“¡No me lo merezco!”, exclamó dramáticamente.
Pude escuchar un pequeño murmullo entre la multitud.
¡Qué ironía!
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