El destino de Tiana -
Capítulo 75
Capítulo 75:
POV: Ryder
“Ryder, acabamos de encontrar el cuerpo de Simeon, se ha s$icidado”, me dijo Adrian a través del enlace mental.
“Ese hijo de p%ta eligió el camino fácil”, maldije.
Hice lo mejor que pude para ocultar mis emociones a mi pareja, sabía muy bien que ella podía sentir todo a través de nuestro vínculo, y no es que no quisiera que supiera que ese cobarde
Alfa se había s$icidado, sino que quería que tuviera tiempo con su padre, así que no la molestaría con nada de eso por ahora.
Podía sentir todas sus emociones mientras hablaba con él: aunque al principio se sentía insegura, me alegraba ver que poco a poco había tomado confianza.
Me excusé para permitirles un tiempo a solas, y también necesitaba saber todos los detalles respecto a Simeon, porque no estaba nada feliz de que hubiera muerto tan fácilmente.
Aunque odiaba tener que dejar a mi pareja, sabía que no podíamos estar juntos cada segundo del día.
Salí al pasillo y caminé rápidamente hacia mi oficina, e incluso antes de llegar, pude percibir el olor de mi padre; al instante, apreté la mandíbula, él era el único que entraba a mi oficina cuando no estaba y sin mi permiso.
Cuando entré, estaba de pie junto a la ventana y de espaldas a la puerta: después de lo que le dijo a mi pareja, el ambiente se había vuelto más tenso, manteníamos nuestra relación estrictamente en lo profesional, y solo nos veíamos en las reuniones, porque había dejado de comer con él.
“Veo que ya la has marcado, Ryder”, dijo, todavía dándome la espalda.
Preferí ignorarlo, me acerqué a mi escritorio y encendí el ordenador.
Él suspiró antes de volverse hacia mí.
“No voy a juzgarte..”..
“No tienes derecho a hacerlo”, me quejé con enojo.
“Te he dicho mil veces que no entres a mi oficina sin avisar, pero parece que disfrutas haciéndolo”.
La poderosa aura de Rey Alfa llenó rápidamente la habitación, la misma que usaba para intimidara los demás, pero conmigo no iba a funcionar.
“Ya deberías saber que no puedes intimidarme, padre”, le dije con tono sarcástico.
Él se rio entre dientes, comenzó a relajarse antes de sentarse con cuidado frente a mí y luego habló:
“Hacía mucho tiempo que sabía que estabas listo, Ryder”.
“¿A qué te refieres?” Le pregunté mientras lo miraba fijamente
“Ya estás listo para tomar mi lugar como Rey Alfa”, explicó mientras se reclinaba en su silla.
“Este viejo ya se está oxidando, tú has sido quien ha lidiado con la mayor parte del trabajo en los últimos tres años, así que creo que ya es hora de que dé un paso atrás para que tú asciendas al trono. Además, ahora que has elegido a tu pareja, no veo ninguna razón por la que debas seguir esperando para convertirte en Rey”.
También me recliné en mi silla y levanté una ceja, me preguntaba por qué habría cambiado de tema.
“¿A dónde vas con todo esto?”. Dije, entonces.
“Quizá he subestimado mucho a tu pareja, hasta ahora ha demostrado que no es una debilucha: sé que fui duro con mis palabras, pero..”..
Sin embargo, no lo dejé terminar y fui directo al grano.
“¿Esto tiene algo que ver con el hecho de que ahora sabes que es de una raza especial?”
Él volvió a reírse.
“No, hijo, supe que era especial desde el momento en que puse mis ojos en ella”.
“¿Lo sabías?”, pregunté.
“A veces parece que tu orgullo te hiciera olvidar que soy el Rey Alfa y mi poder es superior al de cualquier otro en el mundo, ¿Qué clase de Rey sería si no reconociera una raza especial al verla?”
Él tenía razón, seguramente ya sabía que ella era especial, era bueno en ese tipo de cosas, tenía la experiencia de los años y conocía toda la historia; cuando se trataba de identificar diferentes razas de lobos, él era la persona más adecuada.
“Mira, sabía que Adeline no sería una buena reina, pero la única razón por la que acepté que fuera tu pareja era porque tenía sangre real”, añadió.
Sin embargo, la mención de mi ex pareja fue suficiente para hacer enojar a mi lobo; y un pequeño gruñido escapó de mi pecho y mi padre levantó sus manos.
“Sé que no te gusta escucharlo, pero es la verdad. Tu abuelo nunca estuvo de acuerdo con que me casara con tu madre, pero de todos modos lo hice: la amaba, y la sigo amando incluso después de su muerte”.
“Ella era una mujer fuerte, y me ayudó a ser más fuerte, y también me dio los tres regalos más valiosos que cualquier hombre podría desear: tal vez no lo diga mucho, pero debes saber que cada día me siento más orgulloso de ti. Nuestro reino ha crecido mucho en los últimos años gracias a ti”.
Lo miré con una evidente expresión de sorpresa en mi rostro, el Rey era alguien que casi nunca estaba complacido, así que escucharlo decir todas estas palabras era algo nuevo para mí.
“Dicho esto, no me interpondré en tu camino para que Tiana sea tu Luna, cuando llegue el momento, la coronaré, prepárate para asumir el poder en la ceremonia de apareamiento en quince días”, dijo con una sonrisa, y después se levantó de un salto.
“Por cierto, felicidades por resolver el caso de los lobos occidentales, escuché que el Alfa se ahorcó”, dijo, y yo asentí
Luego se giró para irse y suspiró.
“Ese desgraciado”.
“Padre”, lo llamé.
Él se volvió lentamente para mirarme con la mano ya en el pomo de la puerta.
“Gracias”, dije en voz baja, y una brillante sonrisa apareció en su rostro.
“Amo a Tee con mi vida, y la quiero a mi lado hasta el día de mi muerte, sería muy importante para mí si dejaras de hacerla sentir que no es bienvenida. Ella es parte de la familia”.
Mi padre agitó sus manos hacia mí, sonrió y repitió antes de irse.
“Ella es parte de la familia ahora”.
Cuando salió, suspiré, mi lobo estaba igual de emocionado que yo, ahora sabía que mi padre no me iba a impedir que me casara con Tiana, y eso era lo que más quería; aunque estaba decidido a hacerlo a como diera lugar, también sabía que ella no sería luna si el Rey Alfa no la coronaba, y sabía que tampoco sería feliz ni se sentiría libre en el castillo si mi padre continuaba haciéndola sentir que no era bienvenida en nuestra familia.
Miré el reloj de pared y vi que habían pasado más de treinta minutos desde que Adrian se comunicó conmigo a través del enlace mental para avisarme de la muerte de Simeon, así que tomé el teléfono fijo de la oficina, lo llamé y él contestó casi al instante.
“¿Qué ha pasado?”, le pregunté.
“Sigo esperando tus órdenes, ¿Qué hacemos con el cuerpo?”
No me interesaba ver el cuerpo sin vida de Simeon, y tampoco quería que mi pareja lo viera.
“Quémalo”. Le ordené.
“¿Estás seguro? Podría llevarte su cabeza”, dijo entre risas.
“No me interesa su cabeza”, respondí con desdén:
“Hubiera preferido que sufriera con su hijo en mis mazmorras, pero tuvo suerte”.
“Lástima”, añadió Adrian alegremente.
“Supongo que ya es hora de cerrar este caso para siempre”.
“Si, cerraré el caso de inmediato y enviaré los informes al consejo”, le expliqué.
“Por cierto, felicitaciones por finalmente marcar a tu pareja, todo el mundo está hablando de eso ahora y no podemos esperar para que sea la ceremonia de apareamiento. Louis ya también encontró a su pareja, así que ahora soy el único del equipo que no tiene una”, se quejó Adrian.
“La última vez que hablamos sobre el tema, tenías miedo de encontrar pareja y apegarte a una mujer”, dije con sarcasmo.
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