El destino de Tiana
Capítulo 74

Capítulo 74:

POV: Tiana

No sabía mucho sobre hombres lobos especiales, y descubrir que era una de ellos fue una sorpresa para mí; había leído sobre los cazadores que se enorgullecían de cazar a este tipo de hombres lobo, pero nunca creí que fuera cierto, porque no conocía a ninguno de estos lobos.

Mi padre se pasó los dedos por el cabello y lo único que pude ver en sus ojos fue dolor y arrepentimiento: había estado culpándose a sí mismo durante toda su vida, y sentí la necesidad de decir algo para aliviar su culpa.

“La muerte de mamá no fue culpa tuya, no había manera de que la pudieras proteger si ni siquiera sabías dónde estaba”, le dije en voz baja.

“Me he dicho lo mismo durante mucho tiempo, pero la verdad es que yo fui quien la puse en esa posición; si ella no hubiera sido mi pareja, no habría tenido ninguna razón para dejar a su familia”, dijo con una sonrisa triste.

Me fui acercando a él con pasos lentos hasta quedar a solo unos centímetros de distancia.

“No se puede elegir a una pareja, así que no veo por qué sería culpa tuya”. Agregué

Estaba empezando a sentirme un poco más relajada a su lado, y me di cuenta de que él también estaba más tranquilo que cuando me vio por primera vez.

“Significa mucho para mí que no me culpes por su muerte, no pude evitar que se fuera y muchas cosas cambiaron después de eso”.

Hizo una pausa.

“No tienes idea de cuántas veces pensé en matar a Simeon, pero aunque lo hubiera hecho, no sabía a cuántas personas más les había hablado sobre tu loba, así que quizá eso no hubiera resuelto por completo la situación”.

“Cada día me amenazaba con entregarte a los cazadores o venderte al clan enemigo, y esa sola idea me asustaba muchísimo; ya le había fallado a tu madre, y no te podía fallar a ti también, así que cuando me di cuenta de que el problema era yo, supuse que si salía de su camino, quizá podría salvarte”. Relata.

“La noche que mataron a Jayce escuché una discusión entre Simeon y Leo; Leo quería tomar el puesto de Alfa a la fuerza, y después de muchos intentos fallidos, ya se estaba sintiendo frustrando”. Dijo mi padre.

“No tenía idea de que él era el responsable de la muerte de Jayce, y cuando sugirió que tú podrías haber tenido algo que ver, los enfrenté a ambos, así que Simeon pensó que lo mejor era sacarme de la manada”.

“Dijo que no necesitaba a un Gamma como yo y me amenazó diciendo que si te llevaba conmigo, no dudaría en alertar a los cazadores y sería peor para mí; entré en pánico, pero aun así decidí no irme, hasta esa noche en que me sacó a la fuerza de la manada como si fuera un objeto”.

Al escucharlo, ya no fui capaz de seguir conteniendo las lágrimas, que ahora rodaban por mis mejillas.

“Tiana, no ha pasado un día en el que no haya pensado en ti o rezado a la diosa de la luna para que me volviera a poner en tu camino: no podía acercarme a los límites de la manada porque Simeon amenazó con matarme y exponerte a los cazadores si me volvía a ver”.

“Sabía que descargaría en ti toda su ira por la muerte de su hijo, y no tienes idea de cuánto me dolió todos los días saber que también había fallado en proteger a mi propia hija”. Dijo en un tono de frustración.

Entonces extendió las manos y tomó las mías entre las suyas.

“Lamento haberte dejado atrás y no haber podido protegerte, si pudiera devolver el tiempo, haría las cosas de manera diferente. A pesar de tantos remordimientos que tengo en mi vida, tú no eres uno de ellos: en realidad, eres lo único que hice bien”.

Retiré mis manos para darle un abrazo y él dejó escapar una suave risa antes de envolverme en sus brazos; me parecía que mi padre necesitaba ese abrazo más que yo.

“Lo siento mucho”, dijo, conteniendo las lágrimas.

“Lamento que hayas tenido que pasar por todo eso”, respondí, también a punto de volver a llorar.

“Te pareces mucho a tu madre, ella estaría muy orgullosa de ti”, agregó.

Esta vez fui yo quien dejó escapar una risa triste.

“Tiana, me recuerdas mucho a ella. Debo tener una foto suya por aquí en alguna parte”. Dijo

Luego me soltó y empezó a buscar frenéticamente en sus bolsillos hasta que sacó una foto vieja que puso en mis manos.

Mis ojos comenzaron a lagrimear de nuevo mientras miraba a la mujer en la imagen; tenía mi misma estatura, y sus ojos, labios y facciones también eran exactamente como las mías. Mi padre tenía razón, parecía una versión joven de mi madre.

Ella llevaba unos vaqueros viejos y holgados, una camisa de rayas blancas y negras, y tenía las manos metidas en los bolsillos; debió haber tenido mi edad cuando le tomaron esa foto, y también se veía feliz.

Me sequé las lágrimas con el dorso de mis manos y me reí.

“Le tomé esa foto en la celebración del primer mes de habernos conocido”, dijo mi padre con orgullo

“Fue el mismo día en el que le dejé mi marca”.

Entonces me acerqué a Ryder y le entregué la foto para que la viera.

“Ya veo de dónde sacaste toda tu belleza”, dijo mientras me daba un suave beso en la frente, y yo me sonrojé.

“Cuando escuché que tu pareja era el Príncipe de los hombres lobo, no me sorprendió”, intervino mi padre.

“¿Por qué no?”, le pregunté.

“Eres especial, y los dos forman una poderosa pareja. Jordan simplemente no te merecía”.

Fruncí el ceño al escucharlo, parecía que mi padre sabía más sobre mi vida que yo sobre la suya.

Ryder se rió entre dientes y me tomó por la cintura para acercarme a él, sabía que acababa de leer mi mente.

“¿Cómo supiste lo de Jordan?”. Le pregunté.

“Todo el mundo sabe que ese maldito está pudriéndose en la cárcel por haber tratado de robarle su pareja a un Príncipe Alfa”, se burló.

“Hijo de p%ta, como dicen, de tal palo, tal astilla”, respondió.

Ryder me apretó posesivamente, y supe que su estado de ánimo había cambiado, aunque escondía muy bien sus emociones de mi padre, yo podía sentirlas: no le gustaba que le recordaran a Jordan ni los eventos que lo llevaron a su situación actual.

Sabía que necesitaba ver a Jordan para cerrar este ciclo, pero todavía no había pensado en cómo abordar el tema sin que Ryder se volviera paranoico.

Entonces él le ofreció a mi padre.

“Puedes quedarte en el castillo de los hombres lobo si quieres”.

Sus ojos se iluminaron

“Esa oferta es muy generosa, Ryder, y me encantaría estar más cerca de mi hija para tratar de compensar todos estos años que no estuve en su vida, pero solo si ella está de acuerdo”.

Los dos volvieron sus ojos hacia mí, esperando ver cuál sería mi respuesta. No quería que siguiera viviendo esa vida solitaria que tenía, llena de dolor y remordimientos: además, ya había encontrado una nueva familia, y quería que él también fuera parte de ella.

“Quiero que seas parte de mi vida, papá”.

Le dije:

“Eres bienvenido a quedarte aquí todo el tiempo que quieras”.

Una cálida sonrisa se formó en sus labios y me acerqué para abrazarlo una vez más.

“Gracias, Tiana”, me susurró.

Asentí y le devolví la foto, pero él dudó en recibirla.

“Si quieres, puedes quedarte con ella”, me dijo.

“¿Está seguro?”, le pregunté con escepticismo.

“Mereces saber cómo era tu madre”, dijo en voz baja mientras asentía.

“Es bueno ver que os entendéis”, intervino Ryder.

“Les daré tiempo para que puedan hablar. Estaré en mi oficina si me necesitan”.

Luego se acercó a mí y se inclinó para darme un suave beso en los labios; aunque solo fue un leve roce, fue suficiente para calentarme por completo.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar