El destino de Tiana -
Capítulo 69
Capítulo 69:
POV: Tiana
“Sabía que debía dejar de huir de mis sentimientos por ti, y para hacerlo, tenía que aclarar ese problema de una vez por todas, tus palabras fueron el empujón que necesitaba para ir directamente a la Manada Eclipse. Quiero pasar el resto de mi vida mostrándote lo mucho que te necesito junto a mí”, dijo.
Otra lágrima rodó por mi mejilla mientras lo miraba sin poder creerlo, y él la limpió con su pulgar izquierdo; en definitiva Ryder no había dicho esto solo por el calor del momento, él siempre tenía el control, y podría haberme dicho todas estas palabras la última vez que estuvimos en esta situación.
“¿Lo dices en serio?”, pregunté en voz baja, y él lo afirmó asintiendo.
“Sí, Tee, sé que he sido un idiota, pero no te pareces en nada a mi ex. Supongo que todo tuvo que suceder de la manera en que sucedió para que llegaras a mí, y voy a tratar de darte más libertad, aunque va a ser difícil, creo que siempre querré saber dónde estás”, dijo con algo de tristeza.
Tomé sus mejillas entre mis manos.
“Ryder, he estado esperando mucho tiempo para escuchar estas palabras”. Le susurré.
Entonces tragó saliva mientras sus ojos miraban los míos con avidez.
“Hay algo que debes saber”. Dijo.
“¿Qué cosa?”, pregunté con curiosidad.
Ahora su voz tenía un tono diferente.
“Quería estar seguro antes de decírtelo”, hizo una pausa y después dijo en voz baja
“Tu padre no te abandonó”. Dijo en voz baja.
“¿Qué?”, me sacudí y me dejé caer sentada en la cama.
“Estoy seguro de que tienes muchas preguntas sobre por qué la raza de tu lobo es tan rara”, dijo y asentí.
“Bueno, hice algunos hallazgos, y al final descubrí que tu papá no quería dejarte, sino que Simeon lo hizo ir de la manada”.
Parpadeé, abrí los ojos en señal de que continuara con su explicación, y él dejó escapar un suspiro.
“Tee, eres especial, y si tu lobo cae en las manos equivocadas, nuestra especie podría sufrir mucho daño. Simeon sabía que no eras común y amenazó a tu padre, por lo que él tuvo que irse y así poder protegerte. No se podía arriesgar a que alguien supiera lo especial que eras, y menos a esa edad: además, el Alfa ya estaba frustrado por lo que le pasó a su hijo, y pensó que debía hacerte sufrir por eso”. Explicó.
“Aparentemente, cuando cumpliste dieciséis y no te transformaste, dejó de creer que lo harías, porque un lobo de tu especie normalmente se transforma a los catorce años”.
Cerré los ojos para asimilar toda esta información.
“¡Ese desgraciado!”, maldije y Ryder acarició mis rodillas con sus palmas.
“Lo siento, Tee, pero no descansaré hasta llevar a ese desgraciado ante la justicia; además, lo que suceda con la Manada Eclipse ahora dependerá totalmente de ti”.
Abrí los ojos, vi su mirada de preocupación, y asentí; en este momento, lo único que quería era ponerle fin a esa manada olvidada por Dios.
“De todos modos, contraté a alguien para buscar a tu padre, y ya lo hemos encontrado, Tee”, añadió.
Mis ojos se iluminaron de emoción, las palabras no me alcanzaban para agradecerle a este hombre que estaba lleno de sorpresas, había hecho mucho por mí, y esta información hizo que mi amor por él aumentara aún más.
“Él viene en camino al castillo ahora, espero que puedas verlo mañana”, dijo.
Entonces lo envolví entre mis brazos y estallé en sollozos, simplemente no podía encontrar las palabras correctas para darle las gracias o explicarle lo mucho que esto significaba para mí.
Entre sus brazos encontré todo el calor y la confianza que necesitaba.
No sabía cómo hablar con mi padre después de tantos años, ni siquiera estaba segura de cómo habría sido mi vida si Ryder no hubiera aparecido en ella, él me meció suavemente y susurró dulces palabras a mi oído.
“Si pudiera hacer algo para cambiar la forma en que viviste en la Manada Eclipse en los últimos años, lo haría sin dudarlo”, me susurró al oído.
“Ninguno de ellos podrá evadir las consecuencias de todo lo malo que te hicieron”.
“Gracias”. Le dije en voz baja.
Mi corazón se sentía cálido ante la dulzura de su voz, luego rozó mis labios con su pulgar y sus ojos lujuriosos miraron con avidez mi cuerpo.
Entonces metí mi mano en sus pantalones y tomé su enorme miembro sin despegar mis ojos de los suyos, y él comenzó a respirar bruscamente.
“No”, me advirtió, pero el tono de su voz me excitó aún más.
Así que lo acaricié suavemente, haciendo que creciera con cada movimiento, pero él tomó mi mano y me detuvo con la mirada más oscura que jamás había visto.
“No empieces lo que no puedes terminar, querida loba”, dijo con voz ronca.
“¿Y quién dijo que no puedo terminarlo?”, respondí con tono seductor, lamiendo mis labios y moviendo mis párpados tentadoramente.
“Basta, Tee”, me advirtió con un g$mido.
Sacó mis manos de sus pantalones con suavidad, y agregó mientras desabrochaba mi sostén:
“Ahora déjame complacerte”.
Cuando me quitó el sostén, mi pecho rebotó rápidamente y luego siguió con los jeans.
Una vez más, se detuvo para admirar mi cuerpo.
“Dios mío, eres perfecta, no te imaginas lo que me haces, mujer”, dijo con una voz llena de lujuria.
Mi cuerpo se calentaba con su mirada, mis mejillas se habían sonrojado incontrolablemente, y todo mi cuerpo se estremecía al sentir sus caricias, su piel contra la mía, y g$mí de placer cuando sus labios tocaron mi p$zón izquierdo: lo besó suavemente, y luego comenzó a acariciar mi areola con su lengua, haciendo que mi cuerpo se estremeciera.
Cuando su lengua tocó mis provocativos pezones y los mordisqueó suavemente, me aferré con fuerza a su nuca e intenté reprimir mis g$midos, pero no pude lograrlo mientras sentía su otra mano en mi p$zón libre y las corrientes de placer continuaban recorriendo mi cuerpo.
“Ryder..”., g$mí suavemente
“Por favor, tómame, por favor”, le supliqué y él g!mió sin dejar de hacer maravillas con sus labios en mis p$zones.
“Tiana…”.
“Estoy lista, quiero que estés dentro de mí, Ry”.
Apenas podía reconocer mi voz llena de lujuria, y comencé a tirar de sus jeans.
“Maldición, Tee, ¿Estás segura?”, preguntó, acercando sus ojos a los míos.
“MaIdita sea, estoy segura, Ry, quiero esto”, asentí.
Había logrado bajar sus jeans hasta la mitad de su trasero, y su gran miembro rogaba por ser liberado.
“Si esto sigue así, Tee, no estoy seguro de que me pueda controlar”, me advirtió de nuevo.
“Entonces no lo hagas”, le dije con frustración.
Después, respiró profundo antes de quitarse la ropa que le quedaba, quedando completamente desnudo: cuando contemplé el tamaño de su gigantesca p$ne expuesto descaradamente ante mis ojos, sentí un escalofrío que me recorrió toda la espalda.
¡Era tan grande que no podía dejar de mirar!
Todo su cuerpo estaba perfectamente esculpido, sus facciones cinceladas, su torso definido, su cintura delgada, sus bíceps abultados, sus largos y atléticos muslos, hasta su enorme miembro; no pude evitar estremecerme mientras me preguntaba cómo alguien podría engañar a un hombre así.
Él sonrió, dejando ver sus hoyuelos.
“¿Asustada?”, bromeó con una ceja enarcada.
Como no podía encontrar las palabras correctas, solo recorrí con mis dedos el tatuaje en su pectoral izquierdo.
“¿Te gusta?”, preguntó, y yo asentí.
Realmente me gustaba cada detalle de él.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar