El destino de Tiana
Capítulo 61

Capítulo 61:

POV: Tiana

“¿Qué niño?”.

Llevé mi daga ahora a su dedo anular.

“¡El hijo del Alfa de la Manada Eclipse!”, respondió, llorando preso del pánico mientras la sangre seguía brotando de donde había estado su dedo meñique minutos antes.

Sentí que mi interior se enfriaba a medida que más rabia emanaba de mí. Ya sabía que todo esto estaba relacionado con Jayce Walker. Un par de mis hombres se reunieron a nuestro alrededor.

“Alguien lo mató”, dije con seguridad, no como una pregunta.

Al fin y al cabo, lo sospechaba desde que Tiana me había contado la historia de cómo había muerto.

El renegado lloraba de dolor.

“Traidor. Traidor, deberíamos haberte quitado la lengua como a los demás”, grita su líder.

Observé que uno de mis hombres se acercó a él y le metió un pedazo de tela en la boca.

“¡De todos modos, todos vamos a morir!”, gritó otro de ellos.

“¿Dónde están ellos ahora mientras sufrimos a manos del Príncipe despiadado? Nos prometieron que nada podría dañarnos mientras estuviéramos protegidos por la magia, pero nos engañaron”, mencionó otro.

“Todos estamos acabados”, dijo otra voz.

“¡Cerrad la boca!”. Gruñí, y todo se quedó en silencio, excepto por el g$mido del hombre al que acababa de quitarle un dedo.

“Continua”, le ordené.

“Te juro que no participé en su muerte. Los dos renegados que asesinaron a ese niño murieron hace mucho tiempo. Él los mató”.

“¿Quién?”, pregunté.

“No puedo decirlo o moriré. Ni siquiera mi Rey puede protegerme, él apoya esta causa”.

Sin duda alguna, el Rey de los Renegados era un idiota de mala vida. Apenas mostraba su rostro en público porque lo matarían en cuanto lo vieran. No me sorprendía en lo más mínimo que estuviera a favor de todo esto.

Esto explicaba que pudieran usar magia, él tenía conexiones con las brujas y muchos otros seres sobrenaturales.

Clavé mi daga en su dedo anular y lo separé de su mano, su fuerte grito inundó la habitación de nuevo.

“Ahora, te quitaré las bolas”, dije con burla mientras llevaba mi daga hacia debajo de su cintura.

“El Alfa de la Manada Eclipse sabe que dos Renegados asesinaron a su hijo. Hizo que los mataran, pero no fue suficiente para él y pronto comenzó a reunir un pequeño grupo hasta que las cosas se salieron de control”.

Sentí que mi corazón se contrajo y un fuerte gruñido brotó de mi pecho. Lo solté y me di la vuelta, maldiciendo. ¿Simeon estaba detrás de esto? Él sabía que unos Renegados habían asesinado a su hijo, pero ¿Aun así había hecho sufrir a mi compañera durante muchos años mientras mataba a otros Alfas y a sus herederos?

Sin embargo, no tenía ningún sentido. ¿Por qué se vengaba matando a otros Alfas?

“Louis. Dirígete a la Manada Eclipse. Arresta a su Alfa y tráelo aquí”, le ordené.

“Enseguida”, respondió.

Giré hacia el renegado

“Mátame, por favor. Quiero morir, ¡Mátame de una vez!”. Imploró de rodillas.

“Todavía no. No olvides que la muerte sería una salida demasiado fácil para cualquiera de ustedes”.

Miré alrededor de la habitación y sacudí la cabeza con asco.

“Cada vez que se le ocurre un nuevo sospechoso de la muerte de su hijo, nos ordena matarlo a él, o a su luna o su hijo, lo que sea que él crea que los hará sufrir. Sin embargo, no está seguro de quién lo hizo. ¡Además, quería llamar su atención!”, gritó el renegado.

“Durante muchos años, las regiones occidentales han tenido que sufrir el abandono de la realeza debido a unos malentendidos que tuvieron los líderes anteriores. Cuando pedían fondos, solo recibían menos de la mitad de lo que se suponía que era su presupuesto”.

“¡No teníamos otra opción!”, gritó otro de ellos.

“Haremos lo que sea para lastimarlos porque ellos no saben lo que es ser un renegado. Ninguno de vosotros sabe lo que es ser tratado como basura”.

“Es cierto que hicimos justicia con nuestras propias manos y lo convertimos en nuestra causa. Invadimos manadas y matamos a sus Alfas, de esa manera logramos herir a toda la manada sin tener para matarlos a todos. ¿No ves que hemos hecho más bien que mal? Ayudamos al Alfa a conseguir justicia mientras nos beneficiamos al ver sufrir a las manadas una y otra vez”. Explicó

“Cierren la boca, ¿Cuál es su problema?”. Intervino otro.

Corrí hacia él para tomarlo del cuello y lo arrojé con fuerza contra una columna. Su cuerpo hizo un fuerte sonido al golpear el cemento duro y se deslizó hacia el suelo.

G!mió de dolor y perdió el conocimiento mientras los demás solo miraban.

“Solo hablaran cuando les diga que hablen”. Les gruñí.

“Una palabra más y me desquitaré con todos ustedes”, les advertí.

“Ryder”, me llamó Louis.

Giré la cabeza para mirarlo mientras daba varios pasos largos hacia mí.

“El Alfa de la Manada Eclipse se ha ido, al igual que su Beta”, me informó.

“¡¿Se fue?! ¡Esos idiotas nunca hacen nada bien! Todo lo que tenían que hacer era asegurarse de que nadie saliera de la Manada Eclipse en mi ausencia”. Estaba furioso.

Señalé a algunos hombres y los llevé fuera del almacén. Luego les di instrucciones de ir en diferentes direcciones para buscar al Alfa y a su Beta. Mataría a esos m*lditos guerreros por su incompetencia.

Mientras tanto, tenía que sacar a la Señorita Hughes y a su esposo de la Manada Eclipse, por lo que envié un mensaje para que los escoltaran al palacio real.

La Manada Eclipse pronto sería historia.

Caminé a lo largo del almacén, lanzando puñetazos a las paredes de vez en cuando y maldiciendo. En las últimas horas, me había enterado de muchas más cosas que en casi dos años desde que había comenzado con este caso.

Todas esas muertes estaban relacionadas con el asesinato de Jayce Walker.

No sabíamos quién lo había asesinado, pero estábamos seguros de que el Alfa de la manada Elipse había convencido a otros de matar a los lobos occidentales para obtener justicia por la muerte de su hijo y averiguar quién estaba detrás de su asesinato.

Había obtenido la ayuda del Rey de los Renegados, que haría cualquier cosa para causar daño a los hombres lobo y sus manadas, por esto tenían magia.

Ahora tenía sentido cómo Jordan había conseguido esa poción que había querido usar para matarme. Ese imbécil debería haber sabido que la magia por sí sola no sería suficiente para derrotar al Príncipe Alfa, pero era tan ingenuo y despistado como su padre, que pensaba que matar a Alfas inocentes era la decisión correcta para vengar la muerte de su hijo.

Lo único que quería y había logrado era llamar mi atención. Quería que la realeza volteara a ver a los lobos occidentales porque los habíamos descuidado durante muchos años.

No obstante, esto solo arruinaría más cualquier relación que pudiera haber entre nosotros. Se habían metido en un gran problema debido a la estupidez de un Alfa que creía que podía tomar la justicia en sus propias manos.

Además, ese idiota sabía que unos Renegados habían asesinado a su hijo, pero había culpado a Tiana y la había convertido en una marginada. No solo eso, había desterrado a su padre de la manada y había hecho parecer que la había abandonado porque ella atraía la mala suerte.

¿Cuál había sido el crimen de Tiana? Solo presenciar la muerte de Jayce Walker cuando era una niña y había sido condenada al exilio por ello.

Lo mataría en la primera oportunidad que tuviera. No, matarlo sería demasiado piadoso para él. Quería que él y su miserable hijo sufrieran por el resto de sus vidas hasta que murieran de una manera lenta y lamentable.

Habían muerto personas inocentes por su culpa. Además, no me había equivocado cuando dije que su hermano no era inocente.

Nadie había dicho nada sobre el Beta Leo, pero no podía olvidarlo. ¿Por qué había desaparecido de repente junto a su hermano?

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