El destino de Tiana
Capítulo 54

Capítulo 54:

POV: Ryder

Tan pronto como nos acercamos, el ambiente me provocó una aversión instantánea, hoy se les había informado de mi llegada a los lobos occidentales, y su pequeña farsa y bienvenida no me agradó en lo más mínimo.

Louis creía que estaba dejando que mis sentimientos nublaran mi juicio, pero con una mirada severa le hice saber que no estaba de humor para sus teorías.

Sin embargo, Louis también tenía mucha ira hacia esta manada, su futuro Alfa trató de asesinarme, y uno de los asesinos de esa luna fue rastreado hasta aquí, lo que significaba que sabían más sobre los asesinatos de lo que habían admitido.

Han pasado muchas décadas desde que un miembro de la realeza de mi clase vino a visitar a los lobos occidentales, y ni hablar de una manada como Eclipse.

Alguna vez Louis había hecho una corta visita a estas tierras, pero tener al primer Príncipe aquí era algo insólito, normalmente no se me permitía asistir a misiones como esta, a excepción de que fuera completamente necesario, como era el caso.

Cuando mi séquito se detuvo en los límites de la que solía ser la antigua manada de Tiana, no hice ningún esfuerzo por ocultar mi desdén hacia ellos.

Un pequeño grupo de guerreros fue enviado a otros territorios de los lobos occidentales, y otros más a los cuatro límites de la Manada Eclipse.

La escena donde se encontró a la luna asesinada había permanecido vigilada desde que la descubrimos, y esta mañana nos llegó el informe de que ningún alma había cruzado por allí, como si no existiera.

El miembro de Eclipse que fue encontrado a pocos metros de la escena no dio mucha información, había perdido la capacidad de hablar; le habían arrancado la lengua.

Según los hallazgos, debía ser obra de quien estuviera detrás de esto, les arrancaba las lenguas a los trabajadores en los que no confiaba, o a los que sabía que no tenían la fuerza suficiente para no hablar en caso de que los atraparan.

Tenía la extraña sensación de que quienquiera que estuviera detrás de esto debía pertenecer a esta maldita manada; las únicas personas aparte de la realeza a las que se les permitía comunicarse con las brujas eran a los ancianos del consejo y a unas cuantas manadas que habían ganado la confianza de los de la tribu espiritual, y la Manada Eclipse no era una de ellas.

Entonces todavía no había una explicación sobre cómo Jordan consiguió la poción que pretendía usar contra mí, era obvio que haría cualquier cosa para poner sus sucias manos sobre mi pareja.

Se notaba que la Manada Eclipse se había tomado su tiempo para limpiar sus tierras lo mejor posible, y estaban organizando un banquete para celebrar mi llegada; esta era la atención de la realeza que cada miembro de los lobos occidentales anhelaba desde hacía tiempo, pero por desgracia, no estaba aquí para una visita amigable.

El estúpido comportamiento del Alfa de la Manada Eclipse solo había hecho que la realeza odiara aún más a los lobos occidentales.

Mi padre estaba muy enojado por el comportamiento de Jordan; tenía la opinión de que se le debían quitar sus tierras a la Manada Eclipse y sus miembros debían ser vendidos como esclavos a otras manadas, incluso los niños, como una forma de castigo, y no podía negar que me agradaba la idea.

Muchos espectadores se reunieron para presenciar nuestra llegada, y nos señalaron y vitorearon cuando nuestro vehículo se detuvo, pero los que no pudieron soportar tanto poder, se escondieron.

El Alfa de la Manada Eclipse y sus líderes, al igual que muchos hombres lobo ancianos, se reunieron para darnos la bienvenida; su luna estaba junto a su esposo, y aunque sonreía mucho, podía ver la tristeza en sus ojos, y no fui el único que notó lo tenso y agitado que estaba el Alfa Simeon.

Entonces una voz fuerte comenzó a cantar unas alabanzas.

“Todos saludad a vuestra alteza real, el Príncipe Ryder, el más fuerte y valiente de nuestra especie, el hombre lobo que gobernará en victoria durante muchas décadas, el verdadero hijo de su padre. Te saludamos, Alfa de los Alfa, el que puede detener mil corazones con un solo chasquido de sus dedos, el que romperá la maldición..”.

Cuando me acerqué, todos los miembros de la manada cayeron de rodillas, incluido el Alfa y los otros gobernantes; me detuve a solo unos metros de ellos y levanté mi mano derecha para silenciar al hombre lobo que seguía cantando esa serie de alabanzas para complacerme, y de inmediato todo quedó en silencio.

“Su majestad”, me saludó el Alfa Simeon todavía de rodillas y con la cabeza inclinada, su voz temblaba.

“Estoy seguro de que sabes que no estoy aquí por ningún asunto frívolo”, le dije con dureza.

“Por favor perdone los pecados de mi hijo”, sollozó su luna.

“Solo es un niño que no tiene idea de las consecuencias de sus acciones”.

No pude evitar pensar que si esta mujer no hubiera criado a su hijo para que fuera tan idiota, tal vez no hubiera terminado tan mal.

“Levántense”, ordené.

Lentamente se pusieron de pie, comenzando por el Alfa y su esposa; observé con desdén los líderes de la manada de m!erda que había maltratado a mi pareja durante años.

“Sabemos que lo hemos ofendido y no merecemos su presencia”, continuó el Alfa.

“Pero Eclipse dejará de ser una verdadera manada sin la presencia de un Alfa a quien le pueda entregar mi puesto, y la diosa de la luna me prohíbe pasar este título a alguien que no sea de mi linaje..”.. Simeon todavía estaba hablando cuando fue interrumpido por el hombre que estaba a su lado.

“Tonterías”, dijo ofensivamente, así que me giré de inmediato hacia él.

Por su parecido con el Alfa, supuse que eran hermanos.

“¿Quién eres tú?”, pregunté con la ceja enarcada.

“Soy el Beta Leo”, dijo con más confianza de la que me hubiera gustado, mientras Simeon lo miraba sin poder creer lo que estaba haciendo.

“Todos estamos de acuerdo en que el acto de Jordan estuvo fuera de lugar y merece enfrentar las consecuencias de sus acciones”, continuó.

“El Alfa actual y su luna no han sido profesionales y han faltado a sus deberes para con la manada, por ellos fue que Tiana sufrió tantos maltratos mientras estuvo aquí. Supongo que te ha dicho que fui uno de los pocos que la respetó como se merecía, y..”..

“Silencio”, grité.

Lo cual lo hizo estremecer visiblemente, sabía lo que trataba de hacer, quería que lo favoreciera, y era obvio que sabía que si mencionaba a mi pareja llamaría mi atención, se quería hacer el listo conmigo.

Se podía ver el odio en los ojos de Simeon mientras lo miraba.

“¿Es tu hermano?”, pregunté.

“Así es”, respondió él.

“El hermano mayor”, corrigió Leo, era evidente la enemistad y la tensión que había entre los dos hermanos.

“Por favor entre, su majestad, estoy seguro de que debe estar cansado de su largo viaje, y hemos preparado un festín para darle la bienvenida a nuestra manada”, dijo Simeon con una sonrisa triste.

“No me interesa ver la casa de la manada”, le dije sin rodeos.

“Estoy aquí por tres cosas. Primero, vine a descubrir la verdad tras la muerte de Jayce Walker y su relación con los asesinatos recientes en los territorios de los lobos occidentales”.

“Estoy seguro de que conoces nuestros más recientes hallazgos”, dije.

Luego hice una pausa para observar sus rostros.

“En segundo lugar, he venido a juzgaros a todos por acusar a una niña de cinco años de una muerte de la que no podía ser culpable; y por último, vine a discutir el destino de vuestra manada indigna por el intento de vuestro futuro Alfa de matarme y desafiarme por mi pareja”, añadí con disgusto.

Entonces su luna rompió a llorar y corrió dentro de su casa sollozando patéticamente, pero no sentí remordimiento por ella ni por cómo iban a cambiar las cosas a partir de ahora; mi dulce pareja tuvo que vivir doce años de tortura, y merecían vivir el resto de sus vidas sufriendo por lo que le hicieron.

“Y si da la casualidad de que estos asesinatos están relacionados con algún miembro de esta manada, debéis saber que las cosas no terminarán bien para ninguno de vosotros”, concluí.

Me dirigí a Louis y le indiqué que fuera adelante mientras nos mostraban dónde nos quedaríamos durante nuestra estancia en la Manada Eclipse, que deseaba que no fuera larga.

No podía esperar para volver a los brazos de mi pareja, sentía que una parte de mí estaba perdida solo por estar lejos de ella, y lo primero que hice tan pronto como tuve un tiempo a solas fue llamarla.

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