El destino de Tiana
Capítulo 53

Capítulo 53:

POV: Tiana

Tan pronto como abrí los ojos, miré fijamente el reloj de la pared y me sorprendí al ver que ya era mediodía, había estado durmiendo durante más de diez horas; quité la sábana de mi cuerpo desnudo y me senté en la cama mientras los recuerdos de la noche anterior volvían a mi mente.

Ese imbécil obviamente no había regresado, y tampoco quería enfrentarlo todavía, seguía esposada a la m*Idita cama, lo cual me hizo g$mir de rabia, ¿Cómo me iba a bañar o hacer cualquier cosa con las manos atadas a la p%ta cama? ¡A la m!erda con Ryder!

Estaba perdida en mis pensamientos sobre los eventos de los últimos días cuando golpearon la puerta, eso me sacó de mi ensimismamiento, y de inmediato me volví a cubrir con las sábanas hasta el cuello.

“Adelante”, dije secamente.

Mi rostro se iluminó al ver a Sadie y Nora junto con mí querida amiga Layla, quien se apresuró a abrazarme, y después Nora y Sadie se turnaron para hacer lo mismo; había estado en el castillo con ellas todo este tiempo, pero ni siquiera las había podido ver.

Quería escuchar lo que habían estado haciendo y también preguntarle a Layla cómo estaba y si no resultó herida de ninguna manera, eran las personas que necesitaba ver.

“¿Dónde está Rosie?”, le pregunté a Nora, quien estaba entretenida admirando la habitación del Príncipe Alfa.

Entonces se encogió de hombros, y Sadie habló en su lugar.

“Supongo que con su pareja”, dijo.

“¿Pareja?, ¿Rosie tiene pareja?”, pregunté sorprendida.

“Si”, asintió Nora.

“Dos semanas después de que llegamos encontró a su pareja y desde ese día son inseparables, es uno de los guerreros del castillo”.

Vaya, tampoco me sorprendió que con todo lo que había estado sucediendo a mi alrededor no estuviera enterada de lo que pasaba en el castillo por estos días; al parecer había sido bueno para Rosie que la hubieran enviado aquí después de todo.

Nora y Sadie tampoco se veían mal, y solo había otra persona a la que desearía ver en este momento, Elsie; ojalá estuviera bien, aunque Ryder dijo que no iba a quedar impune, espero que no estuviera hablando en serio.

“¿Estás bien?”, intervino Layla, observándome con gran entusiasmo.

“Cuéntame sobre tu primera transformación, tenía la esperanza de estar allí para ver a tu loba, pero el príncipe Ryder no quería que nadie cercano estuviera presente”, tenía el ceño fruncido mientras hablaba y esta expresión me hizo reír suavemente.

Nora y Sadie me rodearon para escuchar sobre mi loba, al parecer, se había difundido la noticia de que ayer tuve mi primera transformación, pero Ryder era el único que sabía cómo era mi loba, así que les conté todo sobre ella y cómo me sentí.

Les expliqué que después del dolor, vino el momento más feliz de toda mi vida, conocer a mi loba, y todo el apoyo que Ryder me había dado durante ese proceso.

No omití ningún detalle, y cuando terminé, todas estaban convencidas de que mi loba era especial; los lobos negros son únicos, comunes solo entre los Alfa, mientras que los lobos blancos son los más raros, así que una combinación de ambos tenía que ser algo realmente especial.

Sadie me ayudó a ponerme un top sin mangas y unas bragas para cubrir mi cuerpo, no podía ponerme nada que tuviera que pasar por mi cuello o mis brazos.

Antes no tenía amigos y cualquier tipo de atención me provocaba vergüenza, pero ahora me daba cuenta de que me había estado perdiendo de algo maravilloso.

No puedo negar que ahora que mi loba estaba conmigo, me sentía poderosa y definitivamente mi aura había cambiado; sabía que ser la pareja del Príncipe también tenía mucho que ver con lo diferente y poderosa que había resultado ser mi loba.

Quería entrenar más con ella, pero sospechaba que a Ryder no le gustaría.

Layla continuó explicándome lo que sucedió luego de que me desmayé y después de la llamada con Elsie; ella estaba completamente asustada y no sabía qué hacer, así que quiso volver a la manada Daystar, pero el séquito del Príncipe la interceptó poco después.

“Creí que también me desmayaría”, dijo con una leve risa.

“Estaba segura de que el príncipe Alfa me iba a matar en el acto, se veía lleno de ira, pero en realidad estaba muy preocupado por ti, Tee”.

Negué con la cabeza, miré las esposas en mis manos y protesté.

“Si realmente le importara, no me haría esto”, iba a agregar que se había alejado de mí después de ese momento intenso de anoche, pero me pareció mejor no hacerlo.

“Supongo que le preocupa que vuelvas a huir de él”, dijo Nora encogiendo sus hombros levemente.

“Nos pidió a todas que hoy te hiciéramos compañía y te ayudáramos en todo lo que necesitaras”, agregó Layla.

“En este momento me deberían estar torturando por haber ayudado a escapar a la pareja del Príncipe, pero él no dejó que nadie me pusiera un dedo encima; de hecho, tengo una enorme habitación para mí sola y dijo que estaba a salvo porque le suplicaste que no me hiciera nada y cree que si me hacía algo, eso te lastimaría”.

“¿En serio dijo eso?”, pregunté sorprendida, y ella asintió varias veces; él mismo me había hecho creer que no la dejaría sin un castigo.

“Incluso tuvo la decencia de avisar a mis padres que estaba en buenas manos”, concluyó Layla.

“¿Y qué hay de Elsie?”, pregunté preocupada.

“No la he visto”, respondió.

“El príncipe Ryder no lastimaría a Elsie, la ama demasiado, pero escuché que ella ya no tiene permitido volver a su parte del palacio”, agregó Sadie.

Ay, pobre Elsie, espero que esto no afecte la relación entre los dos, sé cuánto cariño le tiene a Ryder, mucho más que a su otro hermano, Louis.

Estuvimos hablando durante unos treinta minutos, y de repente alguien llamó a la puerta, y luego de que Nora comprobara quién era, abrió; reconocí de inmediato a ese hombre de cabello oscuro, se trataba de Adrian, el Beta de Ryder, y venía con Thomas.

Me alegró volver a ver a Thomas, tenía miedo de que hubiera perdido su trabajo por mí.

“Ryder y Louis se han embarcado en una misión por el territorio occidental”, nos informó Adrian, lo cual era algo nuevo.

El príncipe Ryder nunca había visitado a los lobos de esas tierras.

“¿Está todo bien?”, pregunté con preocupación, pensé que tal vez quería estar lo más lejos posible de mí.

“Pronto lo sabremos”, respondió Adrian.

“En su ausencia, debo cuidarte y asegurarme de que no intentes escapar; tu criada personal te traerá todo lo que necesites, y tus amigas también estarán aquí para hacerte compañía”, continuó.

Entonces se acercó y sacó la llave de las esposas, y aunque me sentí muy aliviada, luego sacudí la cabeza.

“Solo te voy a liberar para que uses el baño y hagas lo que necesites”, me aclaró y lo miré con el ceño fruncido.

“Volveré en treinta minutos, espero que hayas terminado con todo eso para entonces”.

“¿Cuánto tiempo vas dejarme esposada a esta cama?”, le grité.

“Lo siento, Tiana, pero esa es la orden del Príncipe. No puedo desobedecerlo si quiero seguir con vida”, dijo con una sonrisa.

Cuando abrió las esposas, froté mi muñeca suavemente y lo miré, el hecho de saber que el Príncipe estaba lejos me hizo sentir cierto vacío, pero no estaba dispuesta a admitirlo, ni siquiera dejar que se notara, sabiendo lo que había hecho.

“Debo advertirte que no intentes hacer nada tonto”, agregó con una sonrisa maliciosa.

“El Príncipe duplicó la seguridad después de que intentaste escapar. Aparte de Thomas, hay otros dos guardias afuera de la puerta de esta habitación, así que no hay forma de que puedas escapar, no importa los disfraces o trucos que uses”.

“De hecho, ahora se deben verificar las huellas dactilares de todos los que pasen por aquí para saber quiénes son antes de dejarlos entrar o salir; las cuatro entradas del castillo han sido equipadas con esta tecnología, así que no hay forma de que puedas escapar”, explicó.

Aunque la primera vez que vi a este chico me había agradado, ahora mismo no estaba tan segura.

“Solo está cumpliendo las órdenes del Príncipe”, lo defendió Layla como si pudiera leer mi mente.

“A mí me gustan de esos”, se rio Nora mirando hacia la puerta por la que Adrian acababa de salir.

Puse los ojos en blanco y caminé abatida hacia el baño, sin olvidar que solo tenía treinta minutos de libertad.

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