El destino de Tiana -
Capítulo 27
Capítulo 27:
POV: Tiana
Sus rasgos se endurecieron de nuevo mientras cerraba la puerta detrás de él, indicando que esta conversación había terminado. Fruncí el ceño y me pregunté qué le pasaba a su estado de ánimo.
Este hombre tenía serios problemas de actitud y la forma en que cambiaba de humor era inquietante.
Pensaba que acabamos de tener un momento íntimo, pero debía haber sido mi imaginación. Me recordé a mí misma que él solo tenía que lidiar conmigo por el vínculo de compañeros. Luego me derrumbé desesperanzada en la cama:
Estaba bajo constante vigilancia. Thomas no me había perdido de vista durante las últimas cuatro horas.
Era espeluznante. Pensé que había obtenido mi libertad, al menos hasta cierto punto. Podía moverme a donde quisiera dentro de la casa de Ryder y algunas áreas dentro del palacio real, pero no tenía permitido estudiar con los demás.
Tal como había dicho el Príncipe, me asignaron una tutora especial que se presentó como la Señorita Pamela. La mayoría de mis clases eran en línea, pero ella me explicaba muchas cosas que no entendía. Era una profesional en su propio campo, el álgebra.
Lo demás lo tenía que hacer en línea.
No sabía qué era peor, estar encerrada en la habitación del Príncipe Ryder o esta constante vigilancia de Thomas. ¿No se suponía que él debía estar siguiendo a Ryder? ¿Por qué m!erda tenía la mirada pegada en mí como si fuera una prisionera que estaba planeando escapar?
Escapar… Ahora que lo pensaba, no hubiera sido una mala idea dejar el palacio real durante unos días, tal vez dos o tres.
Podría ir a ver lo que tenía para ofrecer el mundo real. Durante toda mi vida, nunca había tenido la oportunidad de explorar el exterior. De todos modos, no era como si me necesitaran en este lugar.
Sabía que el Príncipe Ryder me buscaría e incluso podría castigarme si me encontraba, pero al menos habría tenido unos días de respiro, tal vez dos días lejos de él.
La Señorita Pamela por fin terminó su clase por hoy.
Estaba agradecida de que hubiera terminado, ya me había cansado de su charla imparable y necesitaba ir a comer algo.
Esta mañana, había desayunado en la casa del Príncipe Ryder en lugar de en el palacio real, por supuesto con Thomas todavía cuidándome. No había visto a Ryder desde que se había ido.
No podía creer que Jordan hubiera hablado en serio. Había tenido el descaro de mandarle un mensaje a la realeza para decirles que me devolvieran.
Me preguntaba qué le pasaba. No creía que hubiera nadie en la Manada Eclipse que no supiera que ahora el Príncipe Ryder era mi compañero.
“Te veré mañana”, me dijo la Señorita Pamela y se fue.
Apagué el portátil que me habían dado, ni siquiera podía quedármelo para mi uso personal.
No sabía cuál era el problema de Ryder con querer alejarme de la civilización y de las personas en general.
Thomas me siguió a la mesa del comedor, donde encontré a Elsie sentada. Ella le había pedido a Thomas que me diera el mensaje de que almorzaríamos juntas porque no había rastro de Ryder.
No la había visto desde que habíamos cenado con el Rey hombre lobo el día anterior. Cuando llegué, me estaba esperando. Intercambiamos saludos, me senté a su lado y le dije al cocinero lo que me gustaría comer.
“Siento mucho lo de mi papá. Quería hablar contigo después de la cena, pero Ryder no me dejó”. Hizo un puchero.
Me encogí de hombros y fingí que no me importaba, aunque una parte de mí estaba muy preocupada de que no le agradara al Rey hombre lobo. ¿Le agradaría si no fuera la compañera de su hijo? Supuse que nunca llegaría a averiguarlo.
“No te preocupes. Bueno, ya me lo hablas advertido”, respondí.
Luego asentí con la cabeza para darle las gracias al cocinero mientras dejaba nuestra comida en la mesa. Este cocinero en particular era más amigable que Priscilla, la encargada de la cocina en el palacio real. Tal vez porque era hombre.
Las mujeres de aquí siempre me miraban como si les hubiera robado algo.
“Sé que es un imbécil. Que sea mi papá no significa que lo apoye cuando se equivoca”, agregó.
Solté una risita al escuchar el insulto que le había dicho a su padre y tan solo sacudí la cabeza.
“¿Siempre eres así de directa?”, pregunté.
“Bueno, soy así cuando disfruto de la compañía de alguien y tú me agradas, Tee. Es muy fácil hablar contigo”, comentó.
“Creo que no les agrado a muchas mujeres de aquí”. Suspiré y esto hizo que Elsie se riera.
Me giré hacia ella y enarqué una ceja.
“Bueno yo también estaría celosa si fuera ellas”, dijo entre risas.
Fruncí el ceño y pasé la comida que tenía en mi boca.
“¿Celosa? ¿A qué te refieres?”“.
“Todas quieren estar con Ryder. ¿Crees que estarán felices ahora que saben que arruinaste cualquier oportunidad que tenían con el futuro Rey?”. Levantó una ceja y me mostró una amplia sonrisa.
“Oh”. Parpadeé, sin saber cómo sentirme al respecto.
Todas querían un poco de mi hombre. Al fin y al cabo, era muy atractivo, pero era mío.
“Oh, claro que es tuyo, Tee. No ha mirado en ninguna otra dirección desde que te vio”, comentó Elsie.
Me quedé boquiabierta al instante.
“Dios mío, ¿Dije eso en voz alta?”. Sentí que la sangre se me subió a la cabeza y dejé caer la cuchara al suelo.
“Oye, parece que viste un fantasma. No, no lo dijiste en voz alta”, respondió.
“¿Y…cómo…?”. Quería golpearme a mí misma.
“A veces puedo leer la mente de las personas”.
“¿Qué?”. Me parecía algo difícil de creer, pero no era del todo imposible ya que ella era una Princesa hombre lobo.
“No puedo explicarlo”, bajó su tenedor.
“Solo puedo hacerlo si esa persona quiere que lo haga. A veces, cuando alguien quiere dejar algo en claro y está desesperado por ser escuchado, y justo mi loba está alerta en ese momento, puedo leer su mente. No todos sus pensamientos, solo la parte que le gustaría poder decir en voz alta. ¿Lo entiendes?”.
No respondí de inmediato a su pregunta.
“Mi mamá también tenía este don, así que se lo saqué de ella. Solo escuché lo que estabas pensando porque tú querías que te escuchara. Quieres que Ryder sea tu hombre en todos los sentidos, pero sientes que es demasiado bueno para ser verdad, así que prefieres no hacerte ilusiones”, finalizó.
¿Quería que Ryder fuera mi hombre? Por poco me reí a carcajadas. Toda mujer viva en este mundo querría un hombre como Ryder, pero era muy arrogante e inaccesible.
Además de posesivo y molesto al mismo tiempo. No parecía una persona que se comprometería con una sola mujer y hubiera sido un error pensar que alguna vez podría llegar a ser mío.
No obstante, me sentía avergonzada de que Elsie hubiera escuchado eso en mi mente, pero trataría de no pensar en ello.
“Vaya”, dije.
Ella sonrió.
“No tienes que sentirte avergonzada. Es tu compañero y tienes derecho a reclamarlo como tuyo”, dijo y continuó comiendo.
“¿Qué otros dones tienes?”, pregunté.
Me mostró una sonrisa.
“Ya lo descubrirás”, respondió.
“¿Tienes compañero?”. Había querido hacerle esta pregunta desde hace un tiempo.
Soltó su tenedor de nuevo y bebió un gran trago de agua.
“Sí”, respondió sin emoción y entrecerró los ojos.
“Oh, pero no suenas emocionada”. Este tema me interesaba.
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