El destino de la huerfana -
Capítulo 139
Capítulo 139:
Suspira profundamente y apoya las palmas de las manos sobre la mesa, como si se preparara, y me mira con fijeza. Hace una pausa para pensar, suspira con lentitud y luego sonríe con algo de tristeza.
“Sentí… o… tenemos algo llamado momento de visión. Es cuando un toque, una conversación o incluso una emoción fuerte nos dan un vistazo de algo. Es casi como un parpadeo que no captas del todo, pero que infunde una fuerte sensación de la que no puedes deshacerte, es casi como una premonición”, me explica y veo a Colton asintiendo a mi lado.
Sé que él lo ha experimentado porque ya me lo había contado.
“¿Y te pasó esto con ella?” pregunto, mientras Colton se queda quieto y la observa fijamente.
Está en silencio, reflexionando y las miradas que se cruzan entre madre e hijo me inquietan. A veces tienen esta forma silenciosa de comunicarse, que supongo que se debe a que son madre e hijo.
“Tuve la fuerte y abrumadora sensación de que Tawna desea hacerse daño para alejar a Enzo de Juan. Tal vez ella piensa que sin su beta su postura en la montaña se debilitará”.
Aparta la mirada hacia la ventana y hay un destello de dolor que me hace pensar que está segura de esto.
“¿Estás hablando de suicidio? Los lobos no hacemos eso… Es imposible que nos hagamos tanto daño a nosotros mismos como para matarnos. Nuestros dones de lobo entran en acción y nos curamos de forma instintiva, involuntariamente. No es fácil encontrar algo de lo que no nos podamos curar”, Colton se inclina.
Parece que ninguno puede comer mientras hablamos de esto. Frunzo el ceño y mi estómago se revuelve con el tema. Nunca he oído hablar de un lobo que se quite la vida, nunca.
Es inaudito, ya que podemos curarnos de la mayoría de las cosas de forma natural, incluso si es algo relacionado con la salud mental. Tawna se comporta de manera extraña porque está deprimida y no se está curando. Me pregunto si es una loba pura.
El chamán ha estado estudiando los libros de magia debajo de la casa, y ha mencionado que los mestizos a veces sufren alteraciones en el ADN del lobo. Tal vez Tawna no es tan pura como pensaba su pareja; más vomitivos secretos que el linaje Santo ha ocultado durante generaciones.
“Tal vez es un deseo que ella nunca llevará a cabo. No puede intentarlo. Ella ama a su hija, así que dudo que la deje sola. No hay manera de que pueda conseguir algo en la granja que la ayude a quitarse la vida. Podemos recuperarnos de casi cualquier cosa”, Colton parece estar tratando de convencerse a sí mismo de que esta es una preocupación infundada y que pasará el tiempo hasta que Tawna obtenga ayuda.
“Se necesita una voluntad de hierro para no convertirte en lobo cuando tu cuerpo se está muriendo. Tawna no es tan fuerte y dudo que pueda vencer el instinto de supervivencia. Deberíamos dejarla en la enfermería durante unos días, hacer que Anya la visite todos los días y dejar que el médico decida la mejor manera de ayudarla a largo plazo. Está deprimida y debemos tratarla con consideración, amor y cuidado”, Sierra interrumpe.
Nuevamente arrastra mi mente a la posibilidad de que Tawna no sea pura. Los lobos no se deprimen.
“Deberíamos llevar a Carmen para que conviva con la manada secundaria, para que hablen con ella, para incluirla de nuevo en el grupo. Fue su manada y necesita algo más que a su madre si quiere encontrar la fuerza para ayudarla a sanar. Si tenemos más lobos ayudando a Carmen a apoyar a su madre y a superar esta mentalidad oscura, ¿Quién sabe?, puede que esto las ayude a las dos. Carmen renunciará si lleva la carga sola”, sugiero de manera objetiva.
Dejo a un lado mis extraños y desordenados sentimientos sobre esa chica, mientras mi corazón de Luna toma el control. Colton palidece, incrédulo.
“¿Quieres poner a Carmen con la manada secundaria? ¿Necesitas acostarte un rato, nena?”, se inclina para tocar mi frente. Lo empujo y pongo los ojos en blanco. Está siendo demasiado dramático.
“Ella es una de nosotros y en realidad nunca dejó al grupo secundario… no se retiró ni la expulsaron. Todos se fueron de la montaña sin ella. Está sola y necesita a su familia. Puedo olvidar el pasado y ella dice que quiere hacerlo”, digo.
“Meadow se llevará mejor con ella ahora que ya no tiene vínculos contigo, y creo que cuando le explique esto a Meds, estará de acuerdo. Cuidamos a los nuestros y, nos guste o no… Carmen es de los nuestros. Ella necesita apoyo emocional en este momento”, en el fondo sé que así es como tiene que ser.
Como Luna, debo anteponer las necesidades de mi gente a mis rencores.
Puede que Carmen nunca se convierta en mi mejor amiga, pero mientras esté dispuesta a respetar mi posición como Luna, puedo aceptar que viva entre nosotros. No necesito competir por el afecto de mi manada, de mi mejor amigo o de mi compañero; ya lo tengo.
Y ella fracasó incluso cuando estuvo dos años con ellos. Ahora Carmen es solo una mujer en mi manada, nada más. Mientras tenga eso en mente, estoy segura de que eventualmente mis celos por su pasado con Colton se desvanecerán.
“Tal vez sin esa mala actitud que tenía, porque pensó que sería Luna, finalmente congenie con la manada. Ella siempre los trató como si fuera superior que ellos, por mi culpa. Tal vez ya no sea así. Podría haber una diferencia en la forma en que se relaciona con ellos”, Colton señala y se inclina rápidamente para lanzarme un beso en los labios y un ‘Estoy orgulloso de ti’ con esa linda sonrisa de niño, la cual me derrite.
Puedo sentir que irradia una especie de feliz sorpresa, lo cual despeja mis dudas y me infunde una sensación cálida y empalagosa que relaja mis músculos y aliviar mi tensión.
“Ella necesita apoyo. Tal vez eso la ayude a lidiar mejor con Tawna y a superar esto. Creo que Tawna necesita aprender a vivir sin su pareja y puedo ayudarla con eso, ser su apoyo y su mentora”, Sierra sonríe débilmente.
No puedo evitar sentir la punzada de dolor en el corazón que siempre experimento cuando habla de que está sola.
Los lobos están destinados a aparearse, es parte de nuestro propósito, y nunca debemos estar solos. Puede tratar de ocultarlo detrás de sonrisas tanto como quiera, pero siempre puedo sentir la verdad; Sierra vive con el corazón roto cada segundo de cada día.
“Está bien, con eso decidido, ¿Qué tal si me dicen cómo fue su día? Necesito un poco de ánimo después del mío. ¿Cómo van las obras del nuevo edificio? ¿Cómo fue el primer día de clases en su nuevo hogar?”.
Me estaba quedando dormida, tranquila y satisfecha, acurrucada en la cama entre los brazos de Colton.
Apoyaba la cabeza en su pecho, mientras escuchaba el ritmo constante de los latidos de su corazón. Sin embargo, algo me seguía despertando cada vez que lograba entrar en el sueño profundo, y no podía identificarlo.
Era como un sueño o una sensación que se perdía de vista, pero que parecía saltar para arrastrarme de vuelta cada vez que mi conciencia se alejaba. Tal vez era un malestar o una pesadilla amenazadora lo que me causaba tal desasosiego.
Pero, por más que lo intentaba, no conseguía caer en la venturosa oscuridad el tiempo suficiente. Entretanto, casi amanecía y calculé que apenas había dormido poco más de veinte minutos seguidos.
Me sentía frustrada y agotada, pero de ningún modo lograba descansar.
En cambio, Colton estaba inconsciente, envolviéndose a mí alrededor en un gesto protector. Silenciosamente, con su rostro enterrado en mi cabello, inhalaba y exhalaba pacíficamente, lo que al menos me brindaba una sensación de calma.
Yacía en su posición preferida, con todo el cuerpo acuñado contra mi costado y sosteniéndome en sus brazos, mientras yo estaba boca arriba, con la cabeza apoyada contra él. Dormía completamente ajeno a mi inquietud y con esa expresión suave y serena de un dormilón vulnerable. Eso me tranquilizaba un poco.
Entretanto, yo sentía cómo mi ansiedad interior se arremolinaba, y un fuerte presentimiento minaba poco a poco mi estado de ánimo. No tenía idea de lo que podía ser. La noche estaba tranquila, las patrullas no habían informado de nada extraño y, por una vez, la temperatura era agradable.
En aquel ambiente tan confortable, cualquiera conciliaría fácilmente un sueño reparador, pero yo, sin embargo, tenía que conformarme con cerrar los ojos, sabiendo que el sol saldría en breve. Entonces Colton se levantaría y los ruidos de la aldea alejarían esa sensación de soledad.
Me resigné a continuar tumbada, con la esperanza de poder dormir un poco antes de que eso ocurriera ya que, de lo contrario, me esperaba un mal día. Colton era muy madrugador y le gustaba patrullar los alrededores con el primer cambio de guardia, para comprobar que no había pasado nada durante la noche.
Parecía sobrevivir con un mínimo de sueño, pero, en cambio, yo nunca podía levantarme antes de las siete, e incluso antes de las nueve se me hacía difícil. Últimamente, mi capacidad para estar tan despierta y en forma como Colton había mermado, y pensé que estaba volviéndome malcriada y perezosa.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar