El destino de la huerfana -
Capítulo 135
Capítulo 135:
Ella aún alberga un mundo de agonía en su interior. Por mucho que mire hacia atrás y sienta que una vez mereció mi enojo, ya no creo que sea así. Carmen va a la deriva, sin ancla. Su hogar se ha ido, su compañero está con otra, su padre es un traidor y su madre… se aleja lentamente de ella a medida que pasan los días.
Solo hay devastación y miedo escondidos detrás de esta p$rra fría, y me pregunto por lo que ha pasado en los últimos meses, bajo el gobierno de Juan, para perder los últimos dejos de ternura que a veces se permitía mostrar. Me pregunto por qué más estará pasando nuestra gente en este momento, mientras vivimos en una burbuja de seguridad y felicidad.
“El pasado ya pasó. Centrémonos en el ahora y el futuro y en hacer que tu mamá esté bien”, pronuncio en voz baja, pero con determinación.
Siento la necesidad de ofrecerle algún tipo de esperanza ahora que percibo que su estado de ánimo ha vuelto a ser distante y cerrado. Es como si no hubiera ninguna luz en esta chica, quien se ha acostumbrado tanto a vivir en la oscuridad que su calidez desaparece en el momento en que la lleva de regreso a su cueva húmeda.
“Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que tuvimos un líder real, o una Luna… que olvidé lo que se siente tener a alguien con quien compartir la carga y que te hace sentir que todo va a estar bien”, ella se mira los pies y un pequeño estremecimiento recorre la línea de su mandíbula y sus cejas.
Parece desenfocarse por un segundo cuando un pequeño toque de color acude a sus pómulos ante sus propias palabras; y luego desaparece con la misma rapidez.
Es un indicio de algo, tal vez de gratitud, tal vez de esperanza genuina; luego ¡Bam!, se cerró de nuevo y reprimió su descuido una vez más.
Por primera vez, creo que veo lo que Colton hizo todos estos años y por qué trató de quedarse con ella antes de que nosotros estuviéramos juntos. Lo conozco y sé que le gusta ver lo mejor de las personas y tiene complejo de héroe.
Ahora veo a la niña asustada debajo de la dura capa exterior y las señales que emite, con tanta sutileza que podrías pasarlas por alto si no las estás buscando.
Veo destellos de ella cuando olvida ponerse la máscara, en las pequeñas grietas de su armadura, las palabras descuidadas o el contacto no deseado conmigo. Te hace querer ayudarla, llevarla hacia el calor y quitarle los grilletes que se ha puesto a sí misma para mantener alejada a la gente.
La p$rra no es lo que parece. Las rabietas, su comportamiento, la personalidad arrogante, todo es una máscara para protegerse.
Se parece más a su mamá de lo que cree, y tal vez no sea tan inverosímil que su madre sea una loba débil e incapaz de valerse por sí misma. Tal vez por eso Carmen aprendió a ser así, después de ver que manipulaban a su madre debido a sus defectos.
Carmen es frágil, a su manera, pero al mismo tiempo es mucho más fuerte de lo que yo creía, de una forma completamente diferente. Es más capaz que Tawna, y es menos probable que se rompa en mil pedazos, como parece hacerlo su madre. Sin embargo, la vulnerabilidad está justo allí, y la tristeza.
Necesita un compañero fuerte que le dé lo que le falta, seguridad devoción lealtad que encuentre su autoestima y alguien que la ame y le brinde paz al igual que Colton a mí. Necesita una familia en la que se pueda apoyar en lugar de que ellos se apoyen en ella y la conviertan en la única protectora.
Tal vez sea culpa, tal vez sea que ahora que la veo bajo una nueva luz realmente siento pena por el papel que jugué en su desdicha. El destino la ignoró, la hizo a un lado y Colton ya no pudo soportar mirarla cuando ella traicionó su vínculo
Ahora entiendo lo que ella le hizo cuando se unió a otra persona. Ni siquiera puedo imaginar lo que le provocó mental y emocionalmente, pues solo podía confiar en él.
Tomé su lugar en el corazón de Colton; en su cama y en la manada, y ella se quedó en la fría montaña sola para sortear la tormenta y descubrir cómo salvará su madre. Observó cómo todos se fueron y su vida dio un vuelco mientras intentaba mantener unidas las piezas que le quedaban de! naufragio.
Tal vez ella tiene más razones para odiarme que yo a ella. Sin embargo, de pie aquí, ya ni siquiera encuentro un rastro de eso. Es como si sus emociones hubieran muerto y todo lo que queda es la necesidad de mantener a salvo su único salvavidas: su madre, o no tendrá nada por lo que seguir.
“Ahora estás en casa. Resolveremos esto… como una manada”, intento esbozar una radiante sonrisa que le haga saber que todo está bien, que nosotros nos encargaremos, y hago a un lado cualquier otro pensamiento y sentimiento.
Los ojos de Carmen se empañan, se gira tragando saliva y se aclara la garganta, emitiendo unas vibraciones fuertes e incómodas.
Incapaz de pronunciar ni una palabra, asiente con la cabeza y se limpia la mejilla con el dorso de la mano en un gesto casi infantil, para que no vea que otra lágrima cae por su rostro. Siento su vergüenza y su decepción de sí misma al dejar que viera su debilidad. Ella simplemente nunca deja de luchar.
“Ve a sentarte con tu mamá y yo iré a ver a Sierra. Enviaré té y pastel a su habitación y ya veremos qué pasa”, ignoro su comportamiento y me siento un poco aliviada cuando se aleja de mí.
Obviamente se cansó de mi compañía y se marcha, lo cual me deja descansar de sus emociones y me da mi espacio. Estoy contenta aunque esta interacción me ha dejado un poco sacudida y confundida acerca de mis sentimientos, y en cuanto a lo que haré con Carmen.
Necesito un poco de espacio para pensar en todo esto. Le ruego a Dios que Sierra pueda ayudarla, tal vez que calme y sane a Tawna, para que acepte el pasado y avance en una nueva vida con nosotros.
Me refiero a que una mujer cuyo compañero la puso en coma durante ocho años para mantenerla en silencio podría entender mejor la traición y la desesperanza que siente. Tal vez sea bueno para ambas.
Necesito ir a buscar a mi pareja y hablar de esto con él, porque me siento muy rara debido a que la chica que le dije que no quería aquí esta mañana ahora está en mi lista de prioridades del día, y no tengo idea de cómo sucedió esto.
Todavía no sé cómo reaccionaré cuando los vea juntos una vez más en cualquier tipo de interacción.
“Hola, hermosa. ¿Cómo estuvo tu mañana?”, Colton se desliza detrás de mí y coloca sus brazos alrededor de mis hombros.
Me besa en la cabeza antes de acariciarme y calmar toda mi ansiedad con un solo toque; es lo que me hace mantener los pies en la tierra, me permite deshacerme de mis preocupaciones y hace que me derrita. Cuando me reúno con él me doy cuenta de cuánto lo extrañé todo el día.
“Interesante. Carmen me buscó. Larga historia. Envié a tu mamá a visitar a Tawna un rato. No le está yendo muy bien y pensamos que podría ayudarla. No he tenido más que hacer hoy, excepto comer, pasear por el pueblo, recibir un montón de regalos cada vez que me ven y tomar una siesta. Estoy muy cansada y no tengo idea de por qué”, digo y coloco mis brazos sobre los suyos.
Me hago hacia atrás, acomodo mi cabeza en el hueco de su garganta y suspiro pesadamente. Cierro los ojos mientras me sumerjo en mi celestial espacio personal. El familiar aroma masculino y seductor de Colton y su calidez dominan mi piel y el aire, aumentando la sensación de que estoy en el paraíso.
“Tal vez es estrés. Carmen, eh… ¿Y sigue viva? Quizá estás enferma”, bromea.
Levanta una mano para tocar mi frente simulando que tengo fiebre. Le doy un ligero codazo en el abdomen.
“¡Ja, ja! Sentí pena por ella… se comporta de forma diferente”, declaro con simpleza.
No estoy lista para entrar en el terreno escabroso de mis emociones después de mi encuentro con ella. No estoy cien por ciento segura de saber cómo me siento acerca de que ella se encuentre aquí.
“No lo sé. La he evitado como a la peste desde que llegaron. He estado ocupado y simplemente no sé cómo manejar ese lío. Estoy siendo un cobarde”, exhala contra mi sien e impulsivamente desliza una de sus manos sobre mi pecho para apretarlo con rapidez.
Luego se dirige a mi cintura para acurrucarse. Mi cuerpo hormiguea cuando me toca, lo cual enciende el deseo que parece no extinguirse entre nosotros.
“Deja de evitarla. ¡Ella es parte de la manada!.. No es una amenaza. No me enojaré contigo por interactuar con ella, porque sé que tarde o temprano tiene que suceder, De todos modos. no creo que se ocupe de nosotros, y parece confundida. Tengo la impresión de que tú y yo estamos muy abajo en su lista de cosas que joder”, le digo.
No puedo criticar la lealtad de mi pareja, y sé que la única razón por la que la evita es para que no me moleste.
A veces es transparente como el cristal.
Confío en él y en nuestro vínculo. Sé que ya no alberga ningún tipo de sentimiento romántico hacia ella, así que, lógicamente, yo no debería sentir celos. Ella necesita un alfa que se preocupe, necesita sentir que su lugar está con estas personas.
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