Capítulo 117:

Al principio estoy demasiado aturdida para reaccionar, pues sus cálidos y suaves labios se ajustan perfectamente a las curvas y la forma de los míos, calentando mi piel y silenciando mi malestar por completo.

Casi como si apretara un botón, el fuego dentro de mí se enciende y abro los labios un poco para dejarlo entrar.

Colton me besa con suavidad al principio, provocándome con la punta de la lengua. Yo respondo y encuentro el ritmo en la delicia de besarlo de nuevo.

Tantos sentimientos y dulces dolores afloran a la superficie al sentir este toque una vez más. Siempre funcionó de esta manera. Dejé que se convirtiera en un beso francés, con las lenguas acariciándose, los labios apretados y nuestras caras conectadas.

Deslizo mis brazos alrededor de su cuello y lo jalo tan cerca de mí como puedo, absorta en él, sin más voces mentales que tratan de alejarme. Lo quise siempre. Lo amaba incluso cuando me lastimó y esto es lo que he anhelado.

Colton coloca una mano sobre mi trasero, lo aprieta y me levanta hacia él con la brusquedad de un lobo lujurioso: su otro brazo serpentea a través de mi espalda y su mano encuentra la base de mi cuello. Me sujeta con fuerza mientras la desliza debajo de mi cabello.

Me abraza con intensidad, por lo que mis curvas se ajustan a él y me siento pequeña y frágil contra su cuerpo musculoso. Me envuelve completamente, como si me protegiera de todos los peligros del mundo, siempre. Mis pies se despegan del suelo cuando él me levanta; yo los alzo y dejo que me cargue por completo.

Esta vez nada va a detenernos. El fuego crece entre nosotros, y esta necesidad vibrante casi me deja sin aliento por la ferocidad con la que me consume.

Mi cuerpo palpita con la necesidad y el deseo, y aumento la pasión del beso, mordisqueando Su labio inferior con voracidad y deleitándome en la forma en la que me corresponde.

Colton contiene mi ferocidad con su especial manera de acariciar mi lengua, para que los dedos de mis pies se doblen, y por cómo saca y chupa mi labio inferior, de tal manera que casi hace que mis bragas se incendien.

La lujuria se extiende por mi entrepierna y me ciño más a él lo más posible. Coloco los dedos en su cabello y lo agarro con fuerza, levantando las rodillas para que él me posicione alrededor de su cintura y me eleve más.

Inclina la cabeza hacia atrás para seguir besándome, y yo bajo la barbilla para permanecer pegada a él, ya que ahora estoy más elevada que él. Me vuelvo salvaje, y esta necesidad por satisfacerme lo consume todo y clama por él. La pasión de mi loba se enciende y se vuelve loca.

La sesión de besos pierde su suavidad y nos volvemos casi salvajes por el deseo. Nos apretamos, los besos ya no son románticos sino agresivos y nos consumen mientras continuamos.

Colton pasa los dedos por debajo de mi cabello y tira de mi cabeza hacia atrás para poder acceder a mi cuello en un despliegue de dominio. Recorre mi garganta con su lengua y sus dientes, antes de permitirme bajar la cara para ser recompensada con otro beso.

Esta abrumadora energía dentro de mí me domina, y estar así no es suficiente, a pesar de que Colton me tiene suspendida en el aire, a horcajadas sobre él. Quiero explorar su torso desnudo con mi lengua, sentir cada parte de su piel sobre la mía, pero nos estorba la ropa.

Me libero, bajo las piernas, coloco la mano en su mandíbula y empujo su rostro hacia un lado. Me inclino, beso su cuello y lamo su yugular, desde la mandíbula hasta la manzana de Adán.

Él lentamente me pone de pie. Su piel es ligeramente salada, pero deliciosa, con ese olor y sabor que son solo suyos; atiza mi deseo.  La sangre alcanza el punto de ebullición, y todo lo que quiero es sentir su boca en cada centímetro de mi piel.

Mi cuerpo se calienta desde adentro, y lo más profundo de mi ser casi palpita con la imperiosa necesidad de sentirlo dentro de mí. Quiero unirme a él, en formas íntimas, que solo están destinadas para nosotros. Quiero probar su sangre y marcar a mi pareja.

Tan pronto como mis pies tocan el suelo, lo empujo hacia atrás con fuerza renovada, lejos de mí, con una risita. Me muerdo el labio inferior para frenar esta loca calentura que amenaza con apoderarse de mí. Él golpea la cama y se cae emitiendo una risa varonil.

Colton sonríe, se endereza para sentarse y apoya una mano detrás de él, para recostarse y mirarme. Sus ojos me devoran, y brillan de color ámbar, con pasión encendida, y casi puedo sentir su corazón latiendo al mismo ritmo que el mío.

“Te deseo tanto que no puedo soportarlo”, dice en un tono ronco que es casi inaudible, que me impulsa a seguir adelante.

Me subo en él y empiezo a desatar el cordón en la cintura de sus pantalones deportivos oscuros. Confío en que es mío y puedo hacer lo que quiera, como me plazca. Me acurruco sobre él de modo que puedo colocar las manos entre mis piernas para acceder a él.

Colton se incorpora para poder usar ambos brazos, desliza sus manos por mi garganta y hace círculos alrededor de mi mandíbula; luego hunde los dedos en mi cabello antes de jalarme hacia abajo y continuar besándome hasta dejarme sin aliento.

Me permite soltar sus pantalones mientras él se enfoca en jugar con mi lengua con la suya una vez más.

Cierro los ojos y saboreo la forma en que se siente, Ya nada importa, ni las semanas, ni las lágrimas, ni las peleas pasadas; todo lo que importa es lo bien que se siente, y cómo cada uno de mis sentidos me grita que lo haga mío.

Una vez que he terminado de desatar sus pantalones, dejo que mis manos deambulen por su pecho y abdomen, apreciando cada forma sólida, sensual, suave y caliente, arriba y abajo, hasta que las deslizo sobre sus hombros fornidos; cada centímetro está expuesto para mí.

Disfruto el hecho de poder explorarlo sin límites y de que tengo derecho a hacerlo, como lo hace él conmigo.

Es un espécimen perfecto, y solo su cuerpo me calienta y me da ganas de recostarme y tener sus cachorros.

Lo deseo.

La parte interna de mis muslos está palpitante y húmeda, y quiero que ponga sus manos donde desee, como lo estoy haciendo yo, pero siento que está siendo respetuoso y cauteloso en cuanto a lo lejos que puede llegar.

No está seguro de si esto está conduciendo al se%o o simplemente a una intensa sesión de caricias, y puedo sentir su vacilación.

“¿Vas a hacerlo o debo seguir esperando?”, me separo de sus labios para burlarme de él, invitándolo a llevar esto más lejos.

Sonrío de forma traviesa para que no me malinterprete. Sus ojos se fijan en los míos y me devuelve una sonrisa seductora.

“Oh, nena, no vas a salir de esta habitación hasta que haya hecho todo lo que he estado pensando en hacerte durante las últimas semanas… ¿Sabes lo mucho que he querido esto, cuántos sueños he tenido acerca de poder hacerte esto? Te juro que has sido una estrella en muchos sueños húmedos y p%rnográficos”, Colton no me da ni un segundo para responder.

Me atrapa en otro beso, me agarra y nos cambia de lugar con un movimiento rápido y experto, por lo que termino sobre la cama.

Se coloca encima de mí y permanece apartado de mi cuerpo sosteniéndose con sus fuertes brazos. Entonces los sueños er%ticos no eran solo míos. Si se parecen en algo a la realidad, será mejor que Colton se dé prisa.

Él no rompe el beso en el que me tiene atrapada. Busco la suave llanura de músculo duro con mis palmas y lo acaricio. Colton se apoya en un codo para mantenerse erguido y recorre mi muslo con su otra mano, hasta que encuentra la orilla de mi camisón.

Desliza su palma caliente debajo y traza la curva de mi cadera y abdomen, antes de dirigirse hasta mi seno derecho y sujetarlo con firmeza. Aprieta y acaricia mi pezón a través del fino encaje de mi sostén, hasta que provoca que me arquee y me retuerza debajo de él, en un frenesí en el que solo deseo que me tome ahora mismo.

Es una sensación diferente a las que he conocido: su tacto quema mi piel mientras me toca en lugares que nadie más lo ha hecho; y palpita y duele de una manera tan deliciosa que quiero sentirlo en cada una de mis partes íntimas.

No sabía que su contacto podía encender el fuego y el anhelo con esta gran intensidad, pero lo hace.

Hay una mezcla de aprensión y nervios en la boca de mi estómago a medida que nos ponemos más calientes, a pesar de desearlo más que el aire. Colton baja la pelvis entre mis muslos y se frota suavemente contra mí, encendiendo mi hambre con lo bien que se siente su atención. G!mo y muerdo su labio inferior.

Agarro su hombro mientras levanto las caderas hacia él y lo empujo para que lo haga con más fuerza. La sensación me excita por completo, y juro que nunca he estado tan lista para finalmente perder mi virginidad como ahora.

Este golpeteo en seco basta para empujarme al límite y casi enloquezco con el deseo de tenerlo dentro de mí.

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