El bebe del millonario
Capítulo 53

Capítulo 53:

Piero la empujó con suavidad para ayudarla a levantarse y la imitó poco después. De pie, él se inclinó para cargarla, así la llevó hasta la habitación.

“Definitivamente eso me hizo sentir mucho mejor”, dijo Piero con tono jocoso.

Ambos estaban en la cama, ella estaba recostada sobre el pecho de él.

“Tonto”, respondió dándole un suave golpe en el pecho.

“Amas a este tonto”.

“Comienzo a replanteármelo”.

Piero la dio vuelta y quedó encima de ella sujetándola por las muñecas.

“Es una lástima, no pienso dejarte ir nunca”.

Él se inclinó y le dio un corto beso.

Los dos se quedaron en cama acariciándose y robándose besos con cualquier excusa, sin llegar a nada más.

“Sigo sin creer que ella intentara besarte”, dijo Nerea mucho más cuando al fin se animaron a salir de la cama o, para ser más precisos, cuando sus estómagos los obligaron a hacerlo.

“Te ves sexy cuando estás celosa, aunque no tienes por qué estarlo. Ella no significa nada par mi y un beso suyo tampoco lo habría hecho”.

Frunció el ceño ante la desagradable imagen que apareció en su cabeza.

“Si estás intentando calmarme, no vas por el camino correcto”.

“Lo sé”

Piero le dio un guiño.

“Solo disfruto ver ese brillo amenazante en tu mirada”.

Sacudió la cabeza. Tenía el novio más extraño del mundo, eso sin duda.

“¿Crees que Alba esté bien?”, preguntó cambiando de tema.

“No lo sé. Está recibiendo las atenciones de tu madre, que casi nos la arrebata de las manos para llevarla a ver todo lo que le había comprado mientras los resguarda tu padre, un hombre que asusta con una sola mirada. ¿Tú qué crees?”

“Ya entendí. Es solo que es raro pasar la noche sin ella, la extraño”.

Piero tomó su mano y la levantó para darle un beso en el dorso.

“¿Acaso no puedes ser más perfecta?”

“No sería justo para el resto de la humanidad”, bromeó, aunque su rostro se sonrojó debido al halago.

Piero soltó una carcajada.

“Yo también la extraño”, dijo Piero cuando dejó de reír.

“Es la primera noche que estoy lejos de ella y apenas estoy resistiendo el impulso de ir a buscarla. No lo haré, si quiero seguir siendo del agrado de tu padre. Además, me encanta la idea de tener una noche a solas contigo”, terminó con una sonrisa ladina.

Nerea había disfrutado pasar un tiempo a solas con Piero, pero un día lejos de Alba y se sentía lista para tenerla de regreso. Esa mañana se había despertado temprano por costumbre, lista para cambiarla y preparar su fórmula. Pero la cuna vacía pronto le recordó donde estaba su pequeña.

En cuanto llegaron a casa de sus padres, se dirigieron directo al interior. Encontró a sus padres en el jardín de atrás, sentados a la sombra de un árbol y se detuvo a observarlos.

Su padre tenía a Alba en brazos y, por la manera en la que la sujetaba, dudaba que algo pudiera sucederle a su pequeña. Era como si su padre estuviera en una misión, la de cuidar a toda costa a Alba de cualquier peligro.

El ‘click’ de una cámara la sacó de sus pensamientos. Giró la cabeza y vio a Piero capturando el momento con la ayuda de su cámara.

“Nerea, Piero”, saludó su madre casi saltando de su asiento y se acercó a saludarlos con un abrazo.

“¿Hace cuánto tiempo llegaron?”

“Hace poco más de unos minutos”, respondió su padre levantándose con calma y acercándose a ellos de la misma forma.

“Señor”, saludó Piero asintiendo con la cabeza.

“Piero”.

Alba posó la mirada en su padre y luego en ella, les dedicó una sonrisa, pero no parecía interesada en ser cargada por ninguno de ellos.

“Hola, cariño”, dijo Piero inclinándose a darle un beso en ambas mejillas y Alba sonrió aún más.

“Espero no les haya dado problemas durante la noche”, dijo Nerea acariciando la mejilla de Alba, luego depositó un beso en su frente antes de ponerse de puntilla para saludar a su padre con beso en la mejilla.

“Para nada”, respondió su padre de inmediato.

“Es la niña más tranquila que he conocido… y he criado a tres”.

Su padre siempre se había mostrado encantado con Alba, pero ahora parecían aún más unidos.

“Fingiré que no dijiste eso”, dijo divertida.

“Siempre he sido un ejemplo a seguir”.

“No sé si tus profesores estarían de acuerdo contigo. Estoy seguro que uno de ellos casi le da un ataque cuando…”

“Está bien, está bien. Tú ganas”.

Su padre tenía razón había tenido su buena cuota de travesura.

“¿Cómo pasó la noche?”, preguntó volviendo al tema de Alba.

“Se despertó un par de veces, pero se volvió a dormir después de tomar su fórmula, tu padre parece haberse convertido en su nueva persona favorita”, se quejó su madre, aunque tenía una sonrisa divertida.

“La segunda vez que despertó incluso se quedó dormida sobre él. No es que pueda juzgarla, tu padre es bastante cómodo como almohada. Podría hacer una fortuna si se lo propusiera”.

“¿Estarías de acuerdo con que me dedicara a eso?”, preguntó su padre con una pequeña sonrisa.

Su madre frunció el ceño y luego sacudió la cabeza.

“No, no lo pensé muy bien”.

“¿Cómo fue su reunión de ayer?”, preguntó su padre mirando a Piero.

“¿Así de mal? ¿Eh?”, continuó él.

No eran necesarias las palabras, sus rostros debían decirlo todo.

“La comida está lista”, anunció su madre.

“Acompáñame a traer las cosas mientras tu padre y Piero se ponen al día”.

Asintió y salió tomada del brazo de su madre.

Esperaba que ella comenzara con las preguntas, tan pronto se alejaran, pero ella no dijo nada al respecto.

“Tu padre está enamorado de Alba”, comentó en su lugar.

“Casi había olvidado lo protector que puede ser. No lo había visto tan alerta desde que tú y tus hermanas eran unas pequeñas revoltosas corriendo de un lado a otro”.

Nerea sonrió al recordar su infancia. Giovanni Vitale era el mejor padre del mundo y no le importaba ser imparcial. Siempre había pensado en él como su superhéroe personal que podía protegerla de cualquier peligro.

“Él se tomaba bastante en serio la seguridad de ti y tus hermanas”, continuó su madre.

“Más de una vez tuve que intervenir para que no amenazara a algún niño que tuvo el atrevimiento de fastidiarlas”.

“Era un matón”, comentó divertida.

“Ni que lo digas, pero era bastante tierno”.

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