El bebe del millonario -
Capítulo 29
Capítulo 29:
Incluso si había contratado a niñeras, había hecho su mejor esfuerzo para estar cada vez que lo necesitaban.
“No recuerdo cuando fue la última vez que dormí una noche de corrido y, gracias a Adriano y Michelle, sé que eso no va suceder pronto. Aunque no estoy solo, Nerea me ha ayudado desde el principio, no sé qué habría hecho sin ella”
“¿Así que Nerea? Siempre has sido temerario, pero elegir a la hija de Giovanni… Te amo, pero espero que no hagas nada para enfurecerlo”.
“¿Por qué creo que elegirías su lado?”, preguntó divertido.
“Por supuesto que sí. Uno tiene que reconocer cuando no está en posibilidades de ganar. Él es como una máquina de destrucción cuando está detrás de algo. Me sorprende que te dejara con vida cuando se enteró que estabas saliendo con su hija”.
“Eso no me asusta para nada”, dijo con ironía.
Su papá soltó una carcajada.
Las personas consideraban a su padre como un hombre frío. Piero no había entendido muy bien por qué hasta que creció y lo vio desenvolverse en su trabajo. Aun así ´frío´, no era un adjetivo que utilizaría para describirlo. Por supuesto que no aguantaba estupideces de nadie, ni siquiera de sus hijos. Aunque debía reconocer que había cambiado bastante desde que Ava apareció. Su mamá, no solo había cambiado la vida de su padre, sino también de él y Fabrizio.
“Me aseguré de educarte bien. Eso debería mantenerte fuera de peligro”.
Escucharon el sonido de algunos autos acercándose.
“Nuestros invitados llegaron”.
Iré a abrazar a mi hija unos minutos porque estoy seguro que no la recuperare al menos por unas cuantas horas.
“Ve el lado positivo. Cuando necesites que alguien cuide de Alba, tienes muchas personas a las que llamar. Espero que mi nombre siempre este primero o tu mamá se sentiría decepcionada”.
Sacudió la cabeza divertido.
…
Nerea miró su computadora con una sonrisa de satisfacción.
Después de años de constante investigación y mejora al fin tenía listo todo un sistema de seguridad mejorado y funcionando en toda la instalación de BSecurity.
Reconocimiento por voz, cámaras de reconocimiento facial, sistemas de cierre de emergencia por pisos y a nivel de todo el edificio, línea de comunicación completamente segura y prácticamente imposible de bloquear, marcado automático a unidades de policías y bomberos.
Y todo eso era solo el comienzo.
Había muchas funciones más, algunas de ellas solo para manejo de aquellas personas que contaran con la autorización.
En ese momento eran la única empresa de seguridad del país que contaba con una tecnología tan avanzada. Había costado una gran inversión, por supuesto, pero valdría la pena si todo funcionaba como se esperaba. En el futuro unirían su sistema al de sus clientes, lo cual les permitiría brindarles una mejor protección.
“¿Terminaste?”
Levantó la mirada y le dio una sonrisa a Victor.
“Sí, por fin”.
Se levantó y tomó sus cosas.
“No puedo creerlo, al fin lo logramos”.
“Lo lograste, yo no tuve nada que ver en nada. Demonios, creí que el profesor Smith exageraba cuando dijo que tu cerebro era único”
Victor también había asistido al MIT.
“El sistema que creaste es increíble”.
“Gracias”
Soltó un bostezo que cubrió con la mano
“Creo que es hora de que nos vayamos”.
Miró el reloj y vio que pasaban de las siete. La mayoría de los chicos de su equipo se habían retirado media hora atrás. Ella se había quedado para ultimar algunos detalles finales y Victor se había ofrecido a ayudarla con lo que hiciera falta.
“Escuche que le mencionaste a Claudia que dejaste tu auto en el taller. ¿Quieres que te deje en tu casa de pasada?”
“No es necesario, tengo movilidad”.
Piero le había prestado el auto que había dejado de usar cuando compró uno donde pudiera acomodar mejor a Alba.
Apagó sus equipos y se puso de pie.
“Maldición, todo el cuerpo me duele”.
Victor soltó una carcajada.
“No me sorprende, no te moviste en toda la tarde”.
“Cierto. Y aún tenemos una semana estresante por delante, debí considerarlo mejor cuando el jefe me preguntó si estaría disponible para viajar tan pronto”
Un equipo de la empresa, entre ellos Nerea, saldrían de la ciudad al día siguiente por la tarde. Un nuevo cliente había solicitado sus servicios para brindarle seguridad de tiempo completo, además de un sistema de seguridad inteligente. Según lo que sabía, el cliente era un empresario que había hecho millones en el último año.
“¿Estás emocionada por ese trabajo?”
En otras circunstancias habría respondido sin dudar. Su trabajo era una de las cosas que más le gustaba hacer en el mundo, pero pasar tiempo lejos de Piero y Alba no la entusiasmaba demasiado. No se imaginaba estar una semana lejos de ellos.
Todavía no se había decidido a hacer oficial su mudanza, pero prácticamente ya vivía con ellos. No había ido a su departamento desde una semana atrás y fue solo a recoger algunas cosas que necesitaba.
Soltó un suspiro.
“Supongo que sí”.
“¿Tiene que ver con Piero?”
Asintió.
“¿Cómo está él?”
“Bien”.
Nerea era reservada con su vida personal. La única con la que compartía un poco más que con el resto era con Claudia y solo porque llevaba tiempo conociéndola.
“¿Y Alba?”
“Creciendo a una velocidad impresionante”.
“¿Cuánto tiempo ya tiene?”
“Un poco más de cuatro meses”.
Nerea sonrió.
El tiempo se había ido volando. No podía creer que ya llevaba tres meses de relación Piero. Al principio le había asustado que las cosas no resultaran entre ellos, pero conforme avanzaban los días, más confiada se sentía. Tal vez porque Piero siempre era abierto. Él había compartido con ella los miedos que lo habían llevado a no buscar una relación formal.
“Debe estar enorme”.
“Así es. Bueno, nos vemos mañana”.
“Está bien”.
Se subió a su auto y salió del estacionamiento antes que Victor.
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