El bebe del millonario -
Capítulo 26
Capítulo 26:
Extendió las manos para tomar a Alba.
Asintió y se la entregó.
“Oh, es hermosa. Siempre quise tener más hijos. Adoraba tener bebés; pero la última vez no fue tan bien”.
La mirada de Mia se llenó de anhelo.
“Lo que tu querías era más cómplices para mantenerme alerta”, comentó Giovanni devolviéndole la sonrisa a su esposa.
“Eso también”
Mia se acercó a su esposo.
“Mírala es tan pequeña como nuestra hija cuando tenía su edad».
…
Días después.
Nerea se giró hacia el hombre junto a ella.
“Este es el fin del recorrido”, dijo con una sonrisa.
“Aquí es dónde trabajarás”.
Señaló el escritorio.
Victor esbozó una sonrisa. Ese era su primer día en BSecurity. Nerea lo había conocido durante la entrevista de posibles candidatos y había visto su potencial, debía tenerlo para trabajar con ellos.
Conseguir una plaza en BSecurity no era nada fácil. Todos tenían que pasar por una serie de evaluaciones de habilidades dependiendo el área en el que trabajarían. Además, su padre y el tío Luka insistían en revisar personalmente el historial de cada postulante. A esas alturas, ambos hombres debían saber hasta lo que Victor prefería para el desayuno.
“Es mucho más grande de lo que esperaba”, comentó Victor.
“Me gusta mucho este lugar, las personas parecen bastantes agradables”.
“Somos una gran familia. Sé que en la mayoría de ocasiones cuando las empresas dicen eso no es un buen augurio, pero aquí es en serio”.
Victor le dio una sonrisa.
“Tranquila te creo. Averigüé sobre ustedes antes de presentarme. Vuestra reputación los precede y es por eso que tenían tantas ganas de obtener el puesto”.
“Bueno, es hora de trabajar. Ya se te asignó tu primer encargo. Se trata de una empresa online que apenas está comenzando. El director ha solicitado nuestra asesoría para evaluar la seguridad de su página. Sabes que hacer, pero si tienes alguna duda puedes consultarme o a cualquiera aquí. Al terminar debes presentar un informe completo”.
“Gracias, me pondré a ello”.
Asintió y fue hasta su propio escritorio para encargarse de los trabajos que tenía pendientes.
Nerea había tenido que esforzarse bastante para poder estar a cargo de los proyectos más grandes de la empresa y constantemente estaba haciendo comprobaciones de seguridad. El mínimo error y podía llevar a la quiebra a grandes compañías.
Estaba concentrada en sus cosas cuando Victor se acercó a ella.
“Espero no molestarte”.
“No, por supuesto que no. ¿Qué sucede?”
Después de pasarse más de tres horas trabajando sin parar, necesitaba una distracción y moverse un poco.
“Tengo la evaluación inicial, me gustaría que le eches un vistazo para poder continuar”.
“Dame cinco minutos y estaré contigo”.
Victor asintió y regresó a su escritorio.
Alzó las manos al aire para estirar sus músculos y luego guardó la información de su trabajo.
“¿Entonces?”, preguntó deteniéndose junto al asiento de Victor.
Él hizo el amago de ponerse de pie para cederle su asiento.
“No, estoy bien así. Mi cuerpo me va castigar si me vuelvo a sentar”.
Victor asintió y empezó a hablar.
“Aún me falta evaluar muchas cosas, pero de entrada noté varios errores”.
Victor le hizo un resumen de todas las fallas de seguridad que podían poner en riesgo a la empresa que estaban asesorando.
Eran bastantes, pero nada extraño si se tenía en cuenta que los dueños no sabían mucho en cuanto a seguridad. En su lugar, se habían enfocado en la parte del diseño. De haberlo lanzado así al mercado, habrían presentado problemas a los días, si no es que horas.
“Tienes mucho trabajo que hacer”, comentó cuando él terminó.
“Es nuestro trabajo asegurarnos de que ninguna de las posibilidades que planteaste lleguen a suceder. No te olvides de hacer el informe cuando acabes toda la revisión”.
“Lo haré”.
Nerea miró la hora en el reloj de pared. Era la una de la tarde. La mañana se había ido bastante rápido.
“Puedes continuar después, es hora de ir a comer. Nos vemos después”.
Estaba por alejarse cuando él la llamó.
“Disculpa mi atrevimiento, pero… ¿Te importaría si bajamos a comer juntos? Aún no conozco a nadie”.
Nerea estaba por disculparse, pero alguien se aclaró la garganta detrás de ella para llamar su atención. Incluso antes de darse la vuelta sabía que se encontraría con Piero.
Él le había dicho que iría a verla a para luego fueran a recoger los resultados de la prueba de ADN. Las dos semanas habían pasado más rápido de lo que se había imaginado, quizás porque era feliz.
Piero estaba parado a unos metros de ella con las manos alrededor del canguro de Alba. Parecía esos modelos de revistas para vender productos para bebés. Seguro que con él en esas revistas las ventas aumentarían.
“Piero”, saludó con una sonrisa dejando de divagar.
Piero tenía los ojos fijos en Victor y tardó un tiempo en reaccionar. Era raro verlo actuar así cuando por lo general era agradable con todo el mundo.
“Hola, cariño”, saludó acercándose a ella. La tomó del mentón y le dio un beso.
“¿Terminaste con el trabajo?”
“Sí. Déjame presentarte a Victor el nuevo empleado del que te hablé”
Señaló al hombre que de inmediato se puso de pie.
“Victor, este es mi novio, Piero”.
“Un gusto”, dijo Victor.
Piero asintió con la cabeza y se giró a ella. Su expresión se suavizó.
“¿Estás lista para irnos a almorzar?”
“Sí, solo tengo que recoger mi bolso”.
“Te espero aquí”.
Nerea se alejó de los dos hombres, insegura de si debía dejarlos a solas. A Piero parecía no haberle agradado ni un poco Victor y quién sabía por qué. Más tarde se detendría a preguntárselo.
Recogió su bolso y regresó al escritorio de Victor más rápido que pudo. Nada parecía haber cambiado entre ellos por eso se sorprendió cuando Piero habló.
“Invité a Victor a comer con nosotros”.
Miró de Piero a Victor sin entender qué estaba pasando. ¿Había malinterpretado la actitud de Piero hacia Victor? Tal vez sí.
“No quiero ser ninguna molestia”, intervino el aludido.
Nerea se recuperó y sacudió la cabeza.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar