El bebe de mi jefe
Capitulo 94

Capitulo 94:

A lo largo de estos años, Ruby se había convertido en mi pilar, en mi compañera y además, en la madre de Asher, pues fue inevitable que al crecer, mi hijo la reconociera como su figura materna, a pesar de que hace poco, él había descubierto que Madison era su madre biológica, pero había fallecido por el cáncer. Inesperadamente, Asher lo había aceptado muy bien, incluso mejor de lo que Ruby y yo habíamos pensado.

Yo sabía que aquella pelirroja era la mujer de mi vida, y que quería tener una familia mucho más grande con ella, pero aún no había encontrado el momento indicado para pedirle que fuera mi esposa, por lo que ahora que ‘Happy Kids’, su guardería, se había consolidado, creía que era el momento preciso para pedirle que se convirtiera en mi esposa, pues ella ya era una pequeña empresaria y tenía un trabajo que amaba, por lo que solo nos faltaba por fin oficializar lo que ambos sabíamos: que estaríamos juntos hasta la muerte.

Y aunque no me gustaba mentirle al amor de mi vida, no podía contarle sobre mis planes, pues quería que fuera una sorpresa, por lo que simplemente le había dicho que Alexander me necesitaba y que lo acompañaría, cuando lo cierto es que la historia era al revés.

“Espero que uno de esos sea para mí”, musitó Alexander al sentarse a mi lado.

Lo miré con una sonrisa y miré la hora en mi reloj para comprobar que en efecto se había tardado solo ocho minutos en llegar luego de mi llamado.

“Claro, toma”, le extendí uno de los vasos de café y además, la bolsa de panecillos, de la cual tomó uno y se lo llevó a la boca con hambre.

“Necesito de tu ayuda, Alex”, espeté mientras le daba un sorbo a mi café.

“Soy todo oídos”, dijo mirándome de reojo.

“Necesito que me ayudes a encontrar un anillo para Ruby”

Alexander me miró fijamente por largos segundos, hasta que sus cejas se alzaron y sonrió con amplitud.

“¡Llegó el momento! ¡Diablos!”, dejó su vaso de café a un lado y se puso de pie para extender sus brazos hacia mí.

Me levanté y me dejé abrazar por mi primo.

“¡No puedo creerlo, Athom!”

“Ya, ya”

Negué con la cabeza y solté una carcajada.

“En algún momento debía de tomar la iniciativa, pues bien sabes que Ruby es la mujer de mi vida”

“No lo dudo, primo”, dijo y luego frotó sus manos entre sí.

“Vamos, hay que elegir un hermoso rubí para tu chica”

“¿Literalmente?”

Cuestioné divertido.

“Claro, sin duda…”

Susurró y luego arrugó sus cejas.

“Deberíamos pedirle ayuda a Amalia…”

“No”, dije de inmediato.

“Sabes que terminará por decirle a Ruby y se me arruinará la sorpresa”

“Y sí, pues desde que son las mejores amigas ya no se guardan nada”

Ambos reímos y luego comenzamos a caminar hacia la joyería más cercana, donde estaba seguro que encontraría el anillo adecuado para mi chica.

“¿Cómo estuvo tu día, hijo?”, pregunté a Asher, quien ya estaba acostado en su cama. Acaricié su cabello y luego besé su frente con cariño.

“Muy bien, papi”, dijo con una sonrisa.

“Mamá y yo compramos todo para mi fiesta y luego comimos helado”

Sonreí con ternura al escucharlo hablar así, pues cada día me convencía más de que Ruby era mi ángel guardián y que había llegado a nuestras vidas para curar todo lo que ella no había roto.

Me levanté de la cama de Asher y miré afuera de la habitación para asegurarme que ella no estuviera cerca, y cuando me cercioré de aquello, volví con Asher, quien me miraba con curiosidad.

“Hijo, ¿Eres capaz de guardar un enorme secreto?”, pregunté.

“¿A quién no se lo puedo decir?”

Cuestionó de vuelta haciéndome reír, pues sin duda aquel niño era muy inteligente.

“A nadie, es un secreto muy secreto”, expliqué haciéndolo reír.

“No se lo diré a nadie, papi”, respondió con sus ojos chispeantes.

“Tampoco a mami. ¿Cierto?”

“No, a mami tampoco”

“¿Qué es?”, preguntó con curiosidad.

“Voy a pedirle a mami que se case conmigo, pero es una sorpresa”, dije.

Sus ojos se agrandaron y llevó ambas manos hasta su boca, para cubrirla a causa del asombro.

“¿Habrá una boda?”

Cuestionó bajando el tono de voz y yo me reí al ver la emoción en su rostro.

“Claro, si ella acepta…”, susurré.

“Amo a mi familia”, dijo de pronto, llenando mi corazón con aquellas palabras, por lo que me acerqué más a él y lo abracé, pues aquel niño sin duda había llegado como una bendición a mi vida, y la había mejorado en un mil por ciento.

Nos quedamos un momento más hablando, sobre todo y nada, y cuando sus ojos se comenzaron a cerrar, besé una vez más su frente y luego lo dejé descansar.

POV Ruby…

“¡Feliz cumpleaños, mi vida!»

Chilló Aurora al ver a Asher correr hacia ella. Observé cómo se agachó con dificultad y cuando estuvo a su altura abrazó a su nieto con fuerza.

Aurora seguía siendo una mujer jovial y con mucha vitalidad, pero el paso de los años poco a poco hacía estragos en su cuerpo, al igual que Finn, quien ahora tenía su cabello completamente blanco.

«¡Hola, abuelita!», respondió Asher muy emocionado.

Unas manos se posicionaron sobre mis ojos y sonreí al identificar de inmediato aquel delicioso perfume masculino que tanto amaba.

«Hola, guapa”

Me giré sobre mis pies y sonreí como idiota al ver a Athom frente a mí.

Traía puesto un traje muy elegante con una corbata roja, combinando a la perfección con mi vestido.

Se veía guapísimo y yo me sentía afortunada al notar cómo las madres de la escuela de Asher miraban a mi hombre con deseo, pues sabía que aunque lo miraran de ese modo, él era completamente mío.

«No te había visto, mi amor»

Ladeé mi rostro y noté cómo se ponía nervioso ante mi comentario.

«¿Qué pasa?», pregunté.

«Nada, mi vida», dijo restándole importancia.

«Alexander me pidió un favor, solo eso”

«¿Qué se traen ustedes?», pregunté con curiosidad, pues los últimos días ambos habían estado actuando muy raro, y yo no era la única que lo notaba, porque Amalia también se había dado cuenta de aquello.

«No pasa nada, mi amor”,, dijo negando con la cabeza.

«¡Fotografía!»

Chilló Amalia llegando hasta nosotros.

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