El bebe de mi jefe
Capitulo 91

Capitulo 91:

“Le voy a compartir el informe que preparé a su correo electrónico”, dijo con una sonrisa torcida.

Alcé ambas cejas al mirarlo con curiosidad.

“En aquel informe agregué además un listado de negocios potenciales, de algunos socios que se han contactado conmigo para evaluar una cita…”

“Hay que aceptarlos a todos”, dije de inmediato y Ariel asintió con la cabeza.

“¿Te puedes encargar de coordinar las reuniones?», consulté.

“Claro jefe, ese es mi trabajo”

“Gracias por prepararme un informe, Ariel”, dije después de recibir un correo electrónico por parte de aquel chico.

“Estás haciendo un buen trabajo”, concluí.

“Puedes irte, pero necesito que me hagas un favor”

“¡Claro, lo que sea!»

Accedió de inmediato.

“¿Puedes traer a Josh?», pregunté.

“El chico castaño del área de desarrollo técnico”

“¿Por qué?», preguntó a la defensiva. Arrugué mis cejas con confusión y ladeé mi rostro hacia Ariel.

“No te preocupes, yo lo llamo…”, susurré.

Sus mejillas enrojecieron y negó con la cabeza.

“No, jefe”, dijo apresurado.

“Yo lo busco, no se preocupe”, musitó antes de salir disparado de mi oficina.

No entendía la actitud que había tenido Ariel hace un momento, pero decidí ignorarlo y revisar el detallado e impecable informe que había preparado. Lo leí con cautela y tomé algunos apuntes en mi agenda, pues necesitaba llamar al Señor Brown y hacerle algunos comentarios respecto a un nuevo socio que quería ingresar al proyecto en Rusia.

“¿Jefe?», preguntó Josh asomando su cabeza en mi oficina.

Le hice un gesto para que entrara y lo hizo en completo silencio.

“Debo reconocer que solo fue un error y que posiblemente, no volverá a ocurrir”, dijo a la vez que mordía su labio inferior con nerviosismo.

“Josh…”

Comencé a decir con confusión, pero él me interrumpió.

“¿Ruby le dijo?», preguntó suspirando.

“Se suponía que era un secreto…”

“No sé de qué me hablas, Josh”, dije con diversión, pues él parecía muy afectado.

“¿Quieres contarme?”

“¿No me llamó por el escándalo?», preguntó.

Abrí mis ojos de par en par y me reí al no entender de qué hablaba el mejor amigo de mi novia.

“Ariel y yo…”

“¿Ustedes…?»

Dejé la pregunta en el aire y entonces las piezas del puzle se acomodaron y entendí la actitud de Ariel hace un momento cuando le pedí buscar a Josh.

“Mira, te llamaba por otra cosa…”

“¿No me va a despedir por haber tenido se%o en la empresa?»

Cuestionó abriendo la boca con asombro.

“Si no me dices, ni me entero»

Negué con la cabeza y entonces sus mejillas se tiñeron de rojo.

“Vamos, ahora no me puedes dejar con el chisme a medias»

Le insté a hablar y él liberó una carcajada.

“¿Para qué me llamaba entonces?», preguntó finalmente, mostrándose más relajado y desviando el tema de conversación.

“Necesito que me cuentes cómo va el desarrollo creativo del proyecto que tenemos con el Señor Brown”, le dije encogiéndome de hombros.

“Genial, Athom», dijo con una enorme sonrisa.

“Ay, digo… ¡Jefe!»

“Josh, me puedes llamar por mi nombre, no hay problema”, respondí con una risa de por medio, pues aquel chico no tenía remedio.

“Claro, pues me imagino que seré el padrino de la boda”, se encogió de hombros con una sonrisa en los labios.

“No lo dudo, Josh”, respondí divertido.

“Por cierto, felicidades por la mudanza de Ruby”, dijo cruzándose de brazos y suspirando.

“Ella se ve muy feliz”

“Tienes que ir a nuestra casa”, lo invité con cordialidad.

“Seguro Ruby estaría feliz de tenerte ahí”

Conversamos varios minutos más, entre risas y sus comentarios salidos de lugar que solo conseguían alegrarme el ánimo.

Sin duda, Josh era una persona muy carismática, y agradecía que Ruby tuviera un amigo tan leal como Josh lo era.

«¿En qué le ayudo, señora Williams?», pregunté a Aurora, la madre de Athom, quien había llegado temprano a nuestra casa para cocinar para la cena navideña familiar.

«Ay, Ruby…”

Suspiró Aurora con una mueca en los labios.

«Te he dicho mil veces que me llames por mi nombre”

«Aurora, entonces”, dije encogiéndome de hombros con una sonrisa tímida.

«¿En qué te ayudo? Soy buena en la cocina”

«Tal vez puedas ayudarme a preparar el postre»

Sugirió Aurora con una sonrisa.

Asentí con la cabeza de inmediato.

«¿Athom salió de casa?», pregunté.

«Sí, se llevó a Asher”, respondió.

«¿Qué postre haremos?»

Cuestioné, tomando un delantal para evitar ensuciarme.

«El postre favorito de Athom”, dijo Aurora con complicidad.

«Brownie de chocolate con helado de vainilla”

«Entonces me pondré a hornear el brownie”, dije con una sonrisa al descubrir algo nuevo sobre el hombre de mi vida.

«Y yo terminaré de rellenar el pavo»

Aseguró Aurora con un guiño de ojo.

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