El bebe de mi jefe
Capitulo 85

Capitulo 85:

Mamá tomó su distancia y luego tomó la bandeja de aperitivos en sus manos, para después hacerme una señal para que volviéramos a la sala, donde se encontraba el resto de nuestra familia, quienes nos habían preparado una bienvenida.

“Este es solo el comienzo, hijo”, dijo mamá en voz baja.

Aparecimos en la sala de estar y fui directo hasta donde Ruby se encontraba, con Asher en sus brazos.

“Ruby”, dijo mi chica separando las sílabas de su nombre y Asher le sonrió con dulzura.

“Ruby”, repitió.

Abrí los ojos de par en par y me dejé caer a su lado, mientras lo observaba en estado de shock.

“M!erda”, espeté.

“¿Ya hablas, mi niño?», le pregunté a Asher, quien solo me miró emocionado.

“Mieda”, dijo Asher haciéndome estallar en carcajadas.

Negué con la cabeza y mordí mi labio inferior, pues desde ahora tendría que cuidar más lo que decía, ya que al parecer, Asher lo repetía todo.

“¡No le enseñes esas malas palabras, Athom!»

Me reprendió Ruby con las cejas arrugadas.

“Asher, no debes decir eso, mi amor”, le dijo con ternura.

Mi hijo la miró con curiosidad y luego simplemente se colgó de su cuello para abrazarla con fuerza mientras ella se reía y lo abrazaba con cariño.

Sonreí como un idiota ante aquella imagen, pues se veían adorables juntos, y no podía dejar de pensar en que, sin duda, Ruby me ayudaría mucho en la crianza de Asher, pues aunque no era su obligación hacerlo, ella amaba mucho a mi pequeño hijo y yo tenía claro que podía contar con ella para cualquier cosa.

“¡Cómo estás, primito?», preguntó Alexander llegando hasta mí.

Se dejó caer en una silla desocupada a mi lado y yo me volteé para verlo al rostro.

De inmediato noté que Alexander se veía más feliz de lo habitual, pero no dije nada al respecto, pues de seguro en eso tenía algo que ver la periodista Wang.

“Yo estoy muy bien”, respondí con sinceridad, pues desde que Ruby había aceptado ser mi novia, todo se sentía en el lugar correcto. Alex miró de reojo a Ruby, quien le sonrió con amabilidad.

“¿En serio le diste la oportunidad a Athom?»

Cuestionó llevando una mano hasta su pecho.

“Siempre pensé que yo sería el afortunado de la familia en conquistarte, Ruby…”

“Alexander…”

Advertí arrugando las cejas, dándole una mala mirada a mi primo, quien solo se encogió de hombros y me dedicó una mirada divertida.

“No seas aguafiestas, Athom, es solo una broma”, dijo restándole importancia.

“De igual manera, ya soy un hombre conquistado, y no hay nada que hacer al respecto”, espetó a la ligera.

“¿Cómo es eso, Alex?», preguntó Ruby, y se lo agradecí internamente, pues no quería ser yo quien lo preguntara directamente.

“¿Estás de novio?»

Cuestionó con curiosidad.

“Deberías de presentarnos a la afortunada”

Alexander desvió la mirada y luego se puso de pie como un resorte.

“Creo que Amalia me estaba buscando”, dijo con una sonrisa torcida y luego caminó alejándose de nosotros.

“¡Eres un cobarde!», le grité y él solo se dio media vuelta para mostrarme el dedo medio, sacándome una risotada.

“Para la próxima seguro nos enteramos del chisme, mi amor”, dije hacia Ruby, quien me miraba divertida.

“Chime…», repitió Asher mirándome con curiosidad.

“Oficialmente tenemos un nuevo hablante”, dijo Ruby con una enorme sonrisa en los labios al ver cómo Asher ahora había comenzado a decir nuevas palabras.

“Hijo, debes aprender a decirme papá”, le hablé a Asher, quien solo me observó en silencio.

“Pa…pá”, repitió Ruby con mayor lentitud y Asher abrió su boca haciendo una perfecta ‘o’.

“Papá»

Soltó haciéndome gritar de emoción y me acerqué a él para plantar un beso en su coronilla.

“¡Ese es mi hijo!», celebré.

POV Ruby…

No podía dejar de mirar a Athom, quien estaba sentado en el suelo, con las piernas abiertas, mientras Asher estaba de pie frente a él en aquel espacio que quedaba entre las piernas de su padre y ambos se reían, como si se entendieran a la perfección.

“Son muy tiernos, ¿No?», preguntó Amalia llegando a mi lado.

La observé con una sonrisa y acaricié el cabello de Ángel, quien me miraba con una sonrisa mientras reposaba en los brazos de su madre.

“Lo son»

Asentí con la cabeza.

Amalia bajó a Ángel de sus brazos y le sonrió con dulzura.

“Hijo, ve a jugar con tu Tío Athom»

Lo animó y el pequeño asintió con la cabeza, muy emocionado, para luego ir hasta aquel hombre que me tenía loca y comenzar a hacerle cosquillas.

“Lo siento si esto te incomoda, pero debo preguntar…”, musitó la castaña llamando mi atención.

“Claro, no hay problema, dime»

Me encogí de hombros y la miré con curiosidad.

“¿Estás enamorada de mi primo?», preguntó directamente.

Alcé ambas cejas y entendí por qué lo estaba haciendo, pues ella no solo era prima de Athom, sino también su cómplice y mejor amiga.

“Estoy muy enamorada de Athom”, reconocí desviando la mirada, pues decirlo en voz alta aún me daba algo de pena, ya que no solía hablar de mis sentimientos ante otras personas con frecuencia.

“Creo que nunca antes me había sentido enamorada de verdad, ya sabes, eso de sentir mariposas en el estómago y no querer despegarte nunca de aquella persona…”

“Te entiendo”, dijo con una sonrisa. La miré a los ojos y ella simplemente se acercó para rodearme en un fuerte abrazo.

“Gracias por hacerlo feliz y por querer tanto a Asher”

“No me debes dar las gracias, Amalia”, le respondí con algo de pena.

Amalia se separó de mí y asintió con la cabeza con seguridad.

“Créeme que no cualquier mujer estaría con un hombre que es padre soltero”, ladeó la cabeza y se encogió de hombros.

“Y por lo que veo, tú disfrutas mucho de estar con mi primo y con el pequeño Asher”

“La verdad es que Asher se ha ganado mi corazón y todo mi amor”, reconocí.

“Incluso antes que su padre”, bromeé, haciéndola reír.

“Entonces no me queda más que darte la bienvenida a esta loca familia”, se encogió de hombros y yo sonreí con gratitud.

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