El bebe de mi jefe
Capitulo 83

Capitulo 83:

“Debo decirlo, pues hasta el momento no lo he reconocido”, musitó al abrir sus ojos y mirarme fijamente.

“Estoy completamente enamorada de ti, Athom Patel”.

Sonreí y guardé silencio unos segundos, pues podía sentir como con aquellas palabras cargadas de sentimiento ya me estaba dando luz verde para poder formalizar la relación que estábamos construyendo día a día.

La acerqué más a mi cuerpo y besé sus labios con calma, dedicándome a disfrutar de aquel mágico momento que estábamos compartiendo juntos.

“Te amo, Ruby Smith”, solté sobre sus labios.

“También yo, Athom Patel”, respondió logrando hacerme el hombre más feliz del mundo.

POV Ruby…

Me sentía como la protagonista de una hermosa y empalagosa película de romance, y es que Athom era un sueño hecho realidad.

Seguía con la adrenalina a tope a causa de habernos subido a ese maravilloso globo aerostático que nos había llevado a viajar por los aires de Moscú, y eso solo me hacía recordar una y otra vez que Athom era el primer hombre que realmente se había dedicado a conquistarme, por lo que solo esperaba que esto no acabara nunca, pues ya me encontraba perdidamente enamorada de él.

Mientras lo observaba a mi lado no podía dejar de sonreír como una adolescente enamorada, pues Athom y sus atenciones habían conseguido convertirme en esta nueva y mejorada versión de mí misma, la cual se permitía sentir todo lo que quisiera y no le temía al amor.

“¿Cuál es el siguiente destino, mi amor?”, pregunté al tomar su mano y entrelazar nuestros dedos.

Athom sonrió y me guiñó un ojo con picardía.

“Y no me digas que es una sorpresa, por favor”.

Pedí al leer sus intenciones.

“No seas aguafiestas, mi amor”

Negó con la cabeza a la vez que se reía.

Sonreí de medio lado y me acerqué más a él para recostarme sobre su pecho y mirarlo directamente a los ojos.

“Iremos a cenar, bonita”, dijo finalmente.

Me abracé a su torso y apoyé mi cabeza sobre su pecho.

Athom se dedicó el resto del viaje a acariciar mi cabello y dejar besos al azar sobre mi coronilla.

Luego de algunos minutos, el chofer que nos habían designado se estacionó fuera de un restaurante, por lo que le agradecimos y después nos bajamos para entrar a aquel lugar que fácilmente podría haber sido confundido con un palacio, pues era hermoso y muy elegante, además de tener una luminaria que lograba darle un toque especial al ambiente.

Enganché mi brazo en el de Athom y me sentí la mujer más especial al poder presumir a un hombre como él, tan caballero, romántico y educado.

“Buenas noches”.

Saludó el recepcionista.

“¿Tienen reservación?”, preguntó amable y Athom le explicó que no, que solo nos habían recomendado aquel lugar, y al decirle que estábamos en la ciudad por el Señor Brown, el pobre chico corrió de inmediato para buscarnos un lugar disponible.

“¿Siempre abusas de tus influencias?”

Cuestioné divertida haciéndolo reír.

“Solo cuando es necesario”, respondió divertido al guiñar un ojo en mi dirección.

“Vengan por aquí, por favor…”, musitó el chico volviendo a nosotros con una sonrisa de oreja a oreja.

“He conseguido un lugar perfecto para ustedes”

Lo seguimos de cerca y nos llevó hasta el fondo del restaurante, donde tenía una mesa para dos, con una hermosa decoración sobre la mesa, además de una botella de champán dentro de una cubeta con hielos.

“Volveré en un momento para tomar sus órdenes”, indicó con una sonrisa educada y luego nos dejó solos.

Athom se paró a mi lado y como todo un caballero me ayudó a correr la silla para poder sentarme. Le agradecí el gesto y luego tomó asiento frente a mí.

“Me encanta lo caballero que eres conmigo, Athom”, le dije con una sonrisa de idiota bailando en mis labios.

“Y a mí me encantas tú, mi amor”

Indicó logrando derretir mi corazón con aquellas palabras, como siempre lo hacía con los pequeños detalles que tenía conmigo.

“¿Qué quieres comer?”, preguntó con amabilidad al tomar la carta entre sus manos.

“A ti”

Solté coqueta.

Athom me examinó con una mirada lobuna, coqueteándome con una sonrisa torcida y luego lamió sus labios lentamente, haciéndome imaginar mil cosas no aptas para todo el público.

“Créeme, que yo también te comería aquí mismo”, espetó con un tono de voz lo suficientemente bajo para no llamar la atención de nadie más.

Sentí como mi sangre comenzaba a calentarse bajo mi piel y tuve que cruzarme de piernas para poder mermar un poco el cosquilleo que se formó en mi centro al escucharlo hablarme de aquel modo.

¡Diablos, Athom Patel me estaba volviendo una ninfómana!

“¿De qué te ríes?”, preguntó alzando una ceja hacia mí y yo negué con la cabeza a la vez que mordía mi labio inferior.

“De nada, amor”, dije finalmente, pues no podía reconocerle que me había calentado con lo que había dicho.

POV Athom…

“¡Entonces decías que Josh quiere comerse a mi nuevo secretario?”

Susurré en un tono de voz muy bajo, llamando la atención de Ruby, quien fingía estar muy concentrada en la conferencia.

“Athom… concéntrate, por favor”, respondió ella a mi lado, manteniendo las cejas muy juntas en mi dirección.

Sonreí de medio lado y luego miré hacia el frente, donde un accionista mayoritario de la empresa del Señor Brown hablaba sobre la importancia de saber llevar un imperio comercial con eficiencia.

Estaba muy aburrido, pues llevábamos más de dos horas escuchándolo hablar sin parar, y yo lo único que deseaba era irme del sitio junto a mi chica y poder aprovechar de nuestra pequeña escapada romántica, aunque probablemente eso me traería problemas con el Señor Brown.

Ayer había sido un día muy productivo, después de subirnos al globo aerostático, habíamos cenado juntos y al llegar al hotel, habíamos hecho el amor incontables veces.

Hoy, por el contrario, habíamos salido del hotel para dar un paseo tranquilo y luego, nos habíamos tenido que presentar aquí, en la conferencia por la cual había viajado hasta Moscú.

“Creo firmemente en que uno debe seguir sus instintos”

Puntualizó aquel hombre de cabello canoso.

“Si crees que puedes conseguirlo, tal vez con mucho esfuerzo, así sea…”

“¡Esto me huele a cursilería motivacional básica…!”

Susurré acercándome al oído de Ruby, quien me miró con reprobación, pero con una sonrisa divertida marcada en los labios.

“Athom…”

Advirtió fingiendo seriedad.

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