El bebe de mi jefe -
Capitulo 50
Capitulo 50:
Me aparté un poco para mirarla. Su sonrisa sincera me hizo sentir un destello de esperanza en medio de la oscuridad.
De repente, todas mis dudas desaparecieron.
Era evidente que Ruby se había ganado un lugar en mi corazón de manera irremediable.
“Gracias por venir, Ruby”, dije con voz entrecortada por la emoción.
Sonreí, pero luego me di cuenta de que las personas comenzaban a entrar al lugar.
“No podía quedarme en casa sabiendo por lo que estás pasando”, dijo Ruby, provocando un cosquilleo en mi estómago.
“Tío Thom…”, escuché la voz de Ángel.
Sonreí y lo levanté en brazos.
“Hola, mi pequeño ahijado”, le dije, dándole un beso en la cabeza mientras él se aferraba a mí.
Hice una seña a Ruby y comenzamos a caminar juntos hacia la sala donde se encontraba el ataúd de Madison.
Nos unimos al resto de la familia Taylor en la habitación, donde Max lloraba junto a la urna de Madison. A su lado estaban sus padres, también visiblemente afectados por la pérdida. Agradecí en silencio que estuvieran allí para apoyarse mutuamente en este momento tan difícil.
“Gracias a todos por estar aquí”, dijo Amalia, llamando la atención de todos.
“En nombre de la familia Taylor, estamos agradecidos de que nos acompañen en la despedida de esta maravillosa mujer, que hoy nos ha dejado físicamente pero siempre vivirá en nuestros corazones”
Escuché algunos sollozos a mi alrededor y un horrible nudo se formó en mi garganta, deseando poder llorar libremente. Sentí una mano apretando mi hombro por detrás, y al girarme vi a mamá, quien estaba junto a papá, mirándome con cariño.
Me dejé abrazar por ella, aceptando el dolor de la pérdida de Madison mientras lloraba en su hombro.
«Tranquilo, Athom…”, murmuró mamá mientras acariciaba mi espalda.
Papá tomó a Ángel en sus brazos para que yo pudiera recibir el abrazo de mamá de manera más reconfortante.
«¿Cómo le diré a Asher que su madre murió?», pregunté frustrado.
«¿Acaso los niños se reirán de él por no tener madre?»
Mil preguntas más inundaron mi mente, y cada una de ellas aumentaba mi miedo de no ser suficiente para Asher.
Con la partida de Madison, toda la responsabilidad recaía ahora sobre mí, y me sentía abrumado por la carga.
«No estás solo, hijo», dijo mamá intentando calmarme.
«Tienes una gran familia que estará contigo para salir adelante”
Acepté sus palabras en silencio y me aparté de mamá para escuchar las palabras de consuelo de la madre de Max, quien nos contó innumerables anécdotas de Madison, destacando lo maravillosa que fue en vida.
El día transcurrió entre lágrimas y remordimientos, hasta que finalmente llegamos al cementerio y el féretro de Madison se perdió entre la tierra, llevándose consigo su cuerpo pero dejando un vacío imborrable en nuestros corazones.
POV Ruby…
Desde que Madison, la madre de Asher, había fallecido, no podía dejar de reflexionar sobre lo impredecible que es la vida y la importancia de aprovechar cada momento con nuestros seres queridos. Madison era una mujer joven, con toda una vida por delante y un hijo que la necesitaba, pero lamentablemente nos dejó, dejando un vacío inmenso en quienes la querían, especialmente en Asher, quien ahora crecería sin ella.
«Creo que tu celular está sonando, Ruby», musitó Josh a mi lado, sacándome de mis pensamientos. Desperté y tomé el teléfono para ver quién llamaba.
El nombre de Athom apareció en la pantalla, y sonreí al ver que era un video en el que Asher bailaba una canción pegajosa junto a su abuela Aurora.
Hacía unos días que el pequeño había comenzado a caminar, y aunque su desarrollo fue más lento de lo habitual, su pediatra aseguró que estaba bien. Ahora, además de caminar, Asher ya decía palabras como ‘agua’ y ‘papá’, lo que me parecía increíblemente tierno.
«Asher ya camina, e incluso baila», le informé sonriente a Josh, quien estaba ocupado anotando algunas cosas en su tableta electrónica.
«El pequeño ya camina y tú aún no te das cuenta de que el jefe está loco por ti», murmuró divertido, guiñándome un ojo.
Negué con la cabeza y me reí ante sus bromas.
«No seas ridículo, Josh», respondí con una sonrisa torcida.
«¿De dónde sacas esas ideas?», pregunté con curiosidad.
«Es obvio, amiga, solo tienes que ver cómo te mira, casi como un acosador», dijo riendo.
«¿A ti no te pasa nada estando con él? Digo, es evidente que el jefe es un bombón».
«Somos amigos».
Me encogí de hombros.
«Nunca lo he visto de otra manera… es mi jefe, Josh. Ya bastante fue asimilar que podíamos ser amigos como para pensar en algo romántico».
«¿Y qué tal si le ofreces se%o a cambio de un aumento?», bromeó, levantando una ceja.
Lo empujé ligeramente con el hombro, sabiendo que estaba jugando, y decidí ignorar su insinuación.
«¿Sabes?», pregunté, cambiando de tema.
«Ya no seré la niñera de Asher después del funeral», dije con tristeza.
«Eso no me lo esperaba», respondió Josh, tomando en serio mis palabras y dejando de lado su tableta para darme toda su atención.
«¿Por qué?»
«Después del funeral, Aurora se ofreció a cuidar a su nieto», expliqué con una mueca.
«Al parecer, ella y su esposo quieren pasar todo el tiempo posible con su nieto ahora que han dejado de viajar por el mundo… Me he encariñado tanto con ese niño que no puedo evitar entristecerme al pensar que ya no lo veré a diario como solía hacerlo».
«Lo siento, amiga», murmuró Josh, negando con la cabeza.
«Pero estoy seguro de que podrás ver a Asher cuando quieras. Han formado una hermosa conexión».
«Eso espero».
Asentí con la cabeza.
«Ahora, cambiando de tema…”, murmuró Josh, bajando la voz y acercándose más a mí para que nadie más pudiera escucharnos.
«¿Finn Patel estará aquí sin nada que hacer… volverá a trabajar en Intelligent?», preguntó con gran curiosidad, provocando mi sorpresa ante la idea.
«Lo hará, creo», respondí, aunque sin certeza.
«Pero no se lo digas a nadie, Josh. Por ahora es solo una suposición sin confirmar».
«Como usted diga, su majestad», dijo, llevándose una mano a la frente como si fuera un subordinado. Reí ante su gesto.
«Eres un chismoso», comenté divertida.
«Y a mucha honra, Ruby», me guiñó un ojo.
POV Athom…
Después de enviarle a Ruby el video de Asher bailando con mamá, esperaba ansioso una respuesta de su parte, pero en cambio, solo me dejó en visto sin decir nada, lo cual me golpeó en el corazón.
«Diablos…”, murmuré frustrado.
«Soy un hombre patético», me lamenté.
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