El bebe de mi jefe
Capitulo 45

Capitulo 45:

“Tenemos que llegar a un acuerdo, pues soy capaz de prohibirte la entrada a Intelligent”

Advirtió con una sonrisa interrumpiendo mi discurso. Giré los ojos en respuesta y me reí suavemente.

“¿Qué propones entonces?”, pregunté a la vez que caminé hasta el sillón para sentarme y poder descansar.

Zafiro se soltó de mis brazos y fue corriendo hasta su plato de comida.

“Tengo una idea un poco loca, pero creo que es lo mejor”, dijo convencido.

Se sentó a mi lado y me miró con cautela.

En este poco tiempo lo había aprendido a conocer bien, y su mirada me hizo pensar en que probablemente la idea que tenía en mente no me gustaría, pero hice un ademán para que hablara de una vez.

“¿Puedes cuidar de Asher mientras te recuperas?”, preguntó.

Arrugué las cejas con confusión, pues no entendía su punto, ya que cuidar a Asher seguía siendo parte de mi trabajo.

Ladeé el rostro hacia mi jefe y asentí con la cabeza.

“Claro que puedo hacerlo…”

“¡Perfecto!”, dijo emocionado y sonriendo ampliamente.

“Mi plan es que tomes todo lo necesario y vayas a habitar mi casa por la siguiente semana, que es lo que dura tu licencia médica, y así solo te preocupas de Asher, para que no sientas que no estás haciendo nada y al mismo tiempo no tengas tanta sobrecarga laboral”.

“¿Quieres que me vaya a dormir con ustedes?”, pregunté para confirmar.

Athom sonrió y asintió con la cabeza en respuesta.

“¿Como una Roomie?”

“Es justo lo que estoy diciendo”, musitó.

“Yo tengo a alguien que puede ir a preparar la comida para ambos, tu labor solo sería estar con Asher y descansar. Te habilitaré una habitación de huéspedes y tendrás libertad de hacer lo que quieras en casa, incluso puedes llevar a tu gata”.

Diablos, aquello me parecía algo muy extremo.

Intenté ponerme de pie para ir a revisar el arenero de Zafiro en un intento de escapar de la incómoda situación, pero quedé a medio camino cuando un mareo me invadió por completo, logrando que tenga que volver a sentarme de golpe antes de exponerme a caer al suelo.

“¿Estás bien?”, preguntó Athom alarmado al acercarse a mí y tomarme del brazo para sujetarme.

No, no estaba para nada bien, y al sentirme completamente inútil también sentía que su propuesta cobraba sentido en mi mente, pues al estar en su casa estaría más cerca de la oficina, y en este caso de él, por lo que no estaría sola si algún mareo lograra hacerme desmayar una vez más. También tenía la opción de pedirle a mamá que me cuidara por unos días, pero no quería preocuparla de gusto con algo que se me quitaría con buena alimentación y vitaminas.

“¿Qué ocurre si un mareo me ataca y Asher cae conmigo?”, pregunté aterrada ante aquella posibilidad.

“No pienses en aquello”, dijo de inmediato y me guiñó un ojo con complicidad.

“Créeme cuando te digo que ya lo tengo todo calculado. Anda, acepta ir conmigo… sólo quiero asegurarme de que estarás bien y que te tomarás un descanso”.

“Pero…”, susurré en respuesta intentando buscar algún motivo que me impida cometer aquella locura, pero en definitiva yo parecía estar completamente desquiciada, pues la idea de irme junto a mi jefe y su pequeño hijo estaba lejos de molestarme.

“No perdamos tiempo, te ayudo a empacar”

Se ofreció con una sonrisa de labios apretados.

Bufé y luego miré de reojo a mi pequeña gatita.

“No puedo llevar a Zafiro conmigo”, dije con tristeza.

“Tendré que pedirle a Josh que venga a cuidarla por mí”.

“No me molesta que vayas con ella…”

“No sabemos si Asher puede ser alérgico a los gatos”

Puntualicé con una sonrisa triste.

“Entonces espero que Josh sea un buen amigo y te ayude a cuidar de Zafiro”, dijo Athom con una postura pensativa.

“De lo contrario, podría darle algún susto con el jefe de recursos humanos…”

“¡Athom!”

Me reí y negué con la cabeza al ver que estaba bromeando.

“Está bien, acepto ser tu Roomie por una semana”.

POV Athom…

Aún no lograba borrar la estúpida sonrisa de mis labio.

Ruby había aceptado mudarse a mi casa por unos días, mientras duraba su licencia médica, y eso sólo significaba que la vería mucho más.

Abrí la puerta de casa y de inmediato busqué a mi madre con la mirada, pero no la encontré por ningún sitio y tampoco escuché su voz o los típicos balbuceos de Asher. Hice pasar a Ruby y le pedí que me esperara en el sillón mientras yo resolvía aquel asunto.

“Tal vez salieron de paseo…”

Comenté mientras dejaba su maleta a un lado.

“Iré a ver en la habitación”.

“Está bien”

Accedió ella con una sonrisa y luego tomó su celular.

Me di media vuelta y subí las escaleras hasta mi habitación, encontrándome con mi madre profundamente dormida junto a Asher.

Aquella escena era adorable, por lo que tomé mi celular y les tomé una fotografía para tener como recuerdo en un futuro.

Me retiré del lugar permitiendo que ambos continúen descansando y fui a comprobar que la habitación de invitados estaba totalmente armada y equipada para Ruby.

Bajé la escalera y caminé hasta donde se encontraba aquella pelirroja hablando por teléfono.

“Es solo por esta semana, Josh”, dijo con un tono de súplica.

“Prometo recompensarte…”, sonrió de medio lado al verme llegar a su lado y luego continuó hablando.

“¡Gracias, te adoro!”

Finalizó la llamada y me miró con una sonrisa en los labios, lo que solo significaba buenas noticias.

“¿Josh accedió a cuidar de Zafiro?”, pregunté.

“Claro, solo que me advirtió que luego debería darle un buen regalo de cumpleaños”

Giró los ojos a la vez que dejaba salir una pequeña risita. Me la quedé observando como un imbécil, pues casi sentía que estaba a nada de comenzar a salivar ante la presencia de aquella mujer.

“Ven, te mostraré tu habitación temporal”, le indiqué.

Me acerqué más para ayudarla a ponerse de pie y cuando lo logró, tomé su maleta y tuve precaución al momento de subir las escaleras, pues Ruby aún se notaba muy débil y con un equilibrio cuestionable.

Caminamos con cuidado hasta la habitación que desde ahora ella utilizaría y dejé su maleta a un costado del closet.

“Es muy linda”, dijo mirando todo con una sonrisa desde la cama.

“Incluso es más grande que mi habitación”, dijo con diversión.

“Siéntete como en casa”, la animé.

Me senté a su lado en la cama y le sonreí.

“Cualquier cosa que necesites, ya sabes que puedes contar conmigo”, indiqué.

“Gracias por todo esto, Athom”, musitó bajando la mirada hasta sus muslos.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar