El bebe de mi jefe -
Capitulo 33
Capitulo 33:
El pequeño asintió en respuesta.
“Me gustaría que tú y Asher también pudieran amarse y cuidarse, tal como tu madre y yo lo hacemos”.
Los ojos de Ángel brillaron ante mis palabras y supe de inmediato que mi hijo tendría alguien con quien contar en su futuro, pues había caído en una familia maravillosa.
“Awww…”
Susurró Amalia a mi lado con evidente ternura.
“No entiendo cómo aún no eres capaz de conquistar a esa Rubí que tienes enfrente, si eres tan adorable, primito”.
“¿Qué dices, loca?”, pregunté en respuesta mirando de reojo a mi prima.
“Me refiero a Ruby, tu pelirroja secretaria que le hace honor a su nombre con ese lindo cabello”, espetó con diversión y luego extendió sus brazos hacia Ángel, quien de inmediato se dejó cargar por su madre.
“Entre Ruby y yo no pasa nada, Amalia”, le recordé con fastidio, pues no quería que se crearan falsas ilusiones respecto a mi relación con mi secretaria.
“Eso dices ahora”, me guiñó un ojo.
“Ya quiero verte en un tiempo más”
“¿Ya estás de casamentera?”, preguntó Alex llegando hasta nosotros con una botella de cerveza en la mano. Lo vi dejar un beso en la coronilla de Ángel y me pareció raro el hecho de verlo beber tanto, pues él no solía ser un hombre que disfrutara tanto del alcohol, a menos…
“¿Por qué, hermanito?”, preguntó Amalia en respuesta.
“¿Quieres que te ayude con Wang?”
Exploté en carcajadas ante la cara de pocos amigos que puso Alexander y choqué mi mano con Amalia, pues en definitiva, amaba su personalidad y lo contestona que podía llegar a ser, cuestión que atribuía a que ella era una de las mejores abogadas del país.
Nos mantuvimos varios minutos más conversando y molestándonos entre sí, hasta que mamá y papá se despidieron de nosotros, no sin antes preguntarme cuándo podrían volver a visitar a su nieto, a quien no dejaban de mirar y consentir.
“Madre, tú sabes que eres bienvenida cuando quieras”
Señalé al darle un fuerte abrazo que ella correspondió de inmediato.
“Es que estoy tan feliz de tener a ese pequeño en nuestras vidas…”, susurró.
Sonreí y tomé distancia de ella para guiñarle un ojo.
“Y te aseguro que él crecerá amándote cada día de su vida”, respondí.
Cuando mamá y papá se fueron, una interrogante saltó en mi cabeza, y es que…
¿Qué pasaría con Asher al saber que su madre estaba enferma?
Más bien, dudaba de si él lograría tener consciencia antes de que Madison muriera a causa de esa maldita enfermedad.
Observé a mi hijo jugar con Ángel y en mi interior le prometí llevarlo pronto a visitar a su madre, pues aunque él al crecer no lo recordara, yo sí lo haría y no estaría conforme al saber que no hice todo lo posible para mantener un lazo afectivo entre ambos.
Porque aunque su madre me hubiera escondido su nacimiento, yo no le guardaba rencores, por el contrario, le agradecía el haber traído a la vida a mi hijo, quien ahora era la luz de mi vida.
POV Ruby…
Sonreí al poner un pie dentro del edificio de Intelligent, pues por primera vez en mucho tiempo yo estaba llegando temprano al trabajo.
Saludé a Emma, la recepcionista, y luego subí tranquilamente por el ascensor que me llevó hasta mi piso.
“Wow… si hasta pareces otra mujer”
Me halagó Josh al verme llegar.
Le guiñé un ojo en respuesta y luego me acerqué a él para besar su mejilla a modo de saludo.
“Déjame decirte que la ruptura te ha sentado de maravilla, querida”.
“¡Estás exagerando, Josh!”, reí y negué con la cabeza.
“Lo digo en serio, te ves radiante, como si te hubieras sacado un muerto de encima”, dijo con una sonrisa torcida.
“Oh, vaya. ¡Es justo lo que hiciste al dejar a ese imbécil!”
No dije nada en mi defensa, pues en el fondo sabía que mi amigo tenía razón.
Al ya no tener a Andi en mi vida, me sentía mucho más tranquila, como si mis preocupaciones hubieran disminuido casi en su totalidad al acabar con esa relación.
Además, Zafiro me había mantenido bastante entretenida las últimas horas y me había dejado ver lo mucho que necesitaba de la compañía de una mascota.
“Lamento tener que echarte, pero tengo unas entrevistas por hacer”, le dije a Josh mientras encendía mi computadora y me sentaba tras mi escritorio.
“Eres una malagradecida, Ruby Smith”
Me reprochó con falso enojo, haciéndome reír.
Le lancé un beso a la distancia y él se marchó para continuar con sus asuntos y dejarme hacer mi trabajo.
Ayer por la tarde había podido agendar algunas entrevistas online con prospectos para niñeras, por lo que esperaba conseguir algo tangible que mostrarle a mi jefe lo antes posible, pues me había mencionado que necesitaba una niñera con urgencia.
Abrí la aplicación de videoconferencias y esperé pacientemente a que dos de las señoritas postulantes se conectaran a la reunión.
De pronto, aparecieron ambas en pantalla y sus rostros se me hicieron amables, por lo que me hizo reunir esperanzas.
Una de ellas era castaña y la otra tenía el pelo color zanahoria, muy similar al mío.
“Buenos días, señoritas”
Saludé con cordialidad.
“Soy Ruby Smith, y como bien saben, el motivo de esta reunión es para postular al cargo de niñera”.
“¿El jefe directo sería Athom Patel?”, preguntó la castaña interrumpiendo de golpe lo que yo estaba por decir.
Carraspeé con algo de incomodidad y asentí con la cabeza, intentando retomar el hilo de lo que quería comunicar, pero fui interrumpida por la otra chica, quien se mostraba muy emocionada ante mi respuesta.
“¡Cielos!”, chilló con euforia la chica de cabello color zanahoria.
Arrugué las cejas con confusión hacia ellas e hice una mueca de disgusto, pues no consideraba que lo que estaban haciendo estuviera a la altura de una entrevista laboral.
Por el contrario, parecían dos locas adolescentes esperando el concierto de su artista favorito.
“Como les decía, ustedes están postulando al cargo de niñera para un bebé de seis meses”
Retomé mis palabras, aún pudiendo observar las enormes sonrisas ilusionadas en sus rostros.
“Hay algunos requisitos que se deben cumplir para poder obtener el cargo”, expliqué.
“¡Yo estoy soltera, sin compromisos!”
Chilló la chica castaña, interrumpiendo nuevamente.
“Eso por si al jefecito le interesa”
Subió y bajó las cejas con picardía.
Abrí los ojos con asombro ante la actitud que demostraba aquella mujer.
La enorme sonrisa en sus labios solo me indicaba que lo que ella quería era mucho más de lo que un cargo como niñera podía ofrecerle, pues ella quería meterse en la cama de Athom Patel.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar