El bebe de mi jefe
Capitulo 16

Capitulo 16:

“¿Y si su opinión no ha cambiado después de eso?”, pregunté con algo de temor.

“Entonces, mi consejo es que busques tu felicidad, que la pongas como prioridad”

Advirtió haciéndome sonreír, pues mamá siempre acertaba justo en el clavo.

“¿Ese chico sigue haciéndote feliz?”

Guardé silencio un momento y la respuesta era clara para mí, pero aún así no la exterioricé, pues aún quería darle una oportunidad a esta relación que por tanto tiempo sí me hizo la chica más feliz del mundo.

“Gracias por tus palabras, mamá”, dije finalmente, evadiendo responder en voz alta su pregunta.

“No me des las gracias, cariño”, respondió de inmediato.

“Hablamos otro día, ahora iré a regar mis flores”.

“Te amo”, dije a modo de despedida y al escucharla decir lo mismo, colgué la llamada.

Mi relación con Andi había dado un giro drástico en los últimos meses. Parecía haber perdido interés en pasar tiempo conmigo. Al principio, pensé que estaba preparando una sorpresa, quizás una propuesta de matrimonio, pero pasaron las semanas y esa posibilidad se desvaneció.

¿Qué había sucedido entre nosotros para que Andi se alejara de esa manera tan dolorosa?

¿Ya no le resultaba atractiva?

Tal vez la monotonía había apagado la chispa del romance.

Lo único que tenía claro es que mi madre tenía razón, y debía enfrentar mis sentimientos y hablar con mi novio sobre mi deseo de ser madre.

Busqué mi celular nuevamente y le escribí un rápido mensaje a Andi, avisándole que estaría en casa todo el día y que necesitábamos tener una conversación importante.

Bloqueé mi celular con la esperanza de que respondiera pronto y luego me concentré en mi trabajo.

La empresa estaba a punto de lanzar un nuevo proyecto y todo debía estar en orden. Tenía que agendar algunas citas y confirmar otras pendientes para mi jefe.

Mientras organizaba el mes que se avecinaba, el teléfono de la oficina comenzó a sonar, indicando una llamada entrante.

Me levanté de la cama, alcancé mi bolsa y busqué el teléfono, preparada para atender aquella llamada importante.

“Buenas tardes, usted habla con Ruby Smith, secretaria de Athom Patel, ¿En qué puedo ayudarle?”.

Consulté con amabilidad, como siempre. Escuché un suspiro del otro lado de la línea, lo que me hizo arrugar las cejas con confusión.

«¿Aló?», insistí.

“Hola, hablas con Madison”

Espetó una voz femenina, que sonaba un poco ahogada.

“Quisiera dejar un recado para tu jefe, pues intenté contactarlo a su número personal, pero no obtuve respuestas”.

Caminé de vuelta a mi cama y busqué la aplicación de notas en la computadora, para poder registrar lo que aquella mujer tenía para decirle a mi jefe.

“Claro, dígame lo que necesita”

Accedí.

“¿Su apellido es…?”

Dejé la pregunta a medias, esperando una respuesta por su parte.

“Soy Madison Taylor, la madre de Asher”.

Guardé silencio un momento y mis ojos se abrieron de par en par ante aquellas palabras, comprendiendo la importancia de su llamada.

Escribí en las notas su nombre y apellido, dispuesta a pasarle el mensaje a mi jefe.

“La escucho, Señora Taylor”, dije con cautela.

“Necesito que Athom sepa que estaré internada en la clínica oncológica Kathleen Kilgour por si mi hijo necesita algo, o quiere ir a visitarme”

Soltó, dejándome con la piel de gallina.

¿Ella tenía cáncer?

¡Diablos, a eso se refería mi jefe al decir que ella estaba muy enferma!

Ahora entendía también por qué razón no podía cuidar de su pequeño hijo, pues seguramente su estado de salud era muy delicado.

Me recompuse de aquel golpe de información y anoté tal cual sus palabras en la aplicación de notas.

Cuando estaba por responder algo más, ella finalizó la llamada como si nada, sin esperar una respuesta por mi parte.

Suspiré al dejar el teléfono a un lado y me sentí triste por aquella mujer. Ponerme en su lugar me hizo comprender lo difícil que debía ser dejar a un hijo con un hombre que nunca estuvo presente en su vida, pero que llevaba sus genes.

A pesar de que mi jefe aún no lo aceptara, al ver aquel rostro angelical de Asher, era evidente que aquel pequeño llevaba consigo parte de él.

El resto de la tarde intenté sacarme de la cabeza las palabras de aquella pobre mujer, pero no lo conseguí, pues no dejaba de sentir pena por su situación y la de mi jefe.

Terminé mis labores del día y antes de por fin irme a dormir, le escribí a aquel hombre de intensos ojos azules, para avisarle sobre el recado que había dejado la madre de Asher, citando cada una de sus palabras al pie de la letra.

No esperé una respuesta por su parte y me refugié en las sábanas de mi cama, sintiéndome miserable al no tener ninguna señal de vida por parte de Andi, pues él no se había dignado a responder mi mensaje o a aparecerse por nuestra casa.

Una ligera lágrima corrió por mi mejilla, al sentirme menospreciada en aquella relación, hasta que el cansancio ganó y acabé rendida ante el sueño, dejando a un lado.

POV Athom…

“Jamás pensé que serías el típico cliché, Athom Patel”.

Alcé la mirada hacia Amalia, quien conducía con una sonrisa marcada en los labios, mientras yo iba en el asiento trasero con Asher en mis brazos.

Me anoté nuevamente el tener que comprar pronto una silla para que él pudiera viajar seguro, pues de lo contrario, también me arriesgaba a una multa.

“¿Disculpa?”

Cuestioné confundido hacia mi querida prima, sin entender su punto.

“Ya sabes”, musitó con diversión.

“El cliché del romance entre jefe y secretaria…”

Giré los ojos con fastidio, pues ahora sí entendía a qué se refería y odiaba ser el objeto de sus burlas, ya que no tenía que ser muy inteligente para saber que Amalia iría corriendo a contarle a Alexander que entre Ruby y yo existía algo más que una relación profesional.

“No inventes, Amalia”, dije con una mueca en los labios.

“Ruby solo me estuvo ayudando a armar la cuna de Asher, luego se quedó dormida en el sillón y yo en mi habitación, junto a este bebé”

Aclaré de inmediato señalando a Asher, quien sonreía mientras balbuceaba algo en su lenguaje infantil adorable.

“Ella solo es mi secretaria y además, tiene novio”.

“Vale, vale”

Amalia se encogió de hombros.

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