El arte del sexo
Capítulo 95

Capítulo 95:

Entre tanto Michele lame el ano de Daviana tal cual como si estuviera lamiéndole el coño, era sorprendente el grado de dulzura de esa mujer.

No existía un rincón de su cuerpo que no fuese dulce y apetitoso.

Mientras más le lamia el culo, ella empezaba a dejar de estar tensa y comenzaba a disfrutar el acto. Cuando sintió que Daviana estaba lista, se incorpora un poco quedándose de rodillas con las piernas de ella en medio de sus muslos.

Michele sujeta su polla por la base y masajea un poco para lubricar, moja su dedo pulgar con su lengua para luego pasarlo por el orificio del ano de ella… seguidamente acerca la punta de su pene del cual brotaba una gota transparente de sus propios fluidos. Esta cae justo en el centro de su culo lo que lo hace presionar la cabeza de su polla contra el ano de ella.

– Noooo… ¡no podemos hacerlo por allí!

– Daviana se sobresalta al sentir que la polla de su jefe presiona la entrada de su culo -. ¿Está loco? no podemos follar por el culo.

– Tranquila, ¡claro que podemos coger por aquí! -Michele sonríe debido al nivel de inocencia de Daviana.

– Pero…

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– Relájate, te prometo que seré muy cuidadoso… si te tensas no lo vas a disfrutar, Daviana y deseo que disfrutes de cada cosa que haga con tu cuerpo -le dice mientras coloca una almohada debajo de su vientre.

Ella piensa en sus palabras y por alguna extraña razón se tranquiliza, su voz era como un bálsamo para su cuerpo. Daviana termina por asentir y relaja su cuerpo, sin embargo, sus muñecas seguían atadas lo que le impedía huir en caso de que esa jodida penetración le doliera como el infierno.

Michele al intuir que ella se había relajado

empieza a ejercer un poco de presión contra el culo de ella, el apremio que sentía su polla al entrar en ese culo era prodigiosa. Lo lleva a cerrar los ojos y concentrarse en no convertirse en un animal y lastimar a Daviana.

¿Qué si sentía dolor? ¡Claro que lo sentía! Pero al menos era tolerable, sin embargo, esperaba que pudiera disfrutarlo como le decía Michele. Pero en cuanto siente que él presiona más y mete un poco más su polla en su interior ella grita.

– ¡Ahhhh! -apaga los gritos contra la almohada mordiéndola al mismo tiempo.

Michele se detiene para que el interior de ella se adaptara a su polla, entre tanto masajeaba su cadera con movimientos sensuales para relajar el cuerpo de Daviana, frotaba sus enormes nalgas hasta abrirlas un poco.

La mitad de su polla se encontraba dentro de ella y para ese momento la castaña lo había aceptado sin problemas. Se aventura a adentrarse más y al no oír quejas de su amante de cama consigue entrar todo.

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